𝕌𝕟 𝔸𝕞𝕠𝕣 𝔽𝕒𝕞𝕚𝕝𝕚𝕒𝕣

2.-𝒰𝓃 𝓅𝒶𝓈𝑒𝑜 𝒹𝑒𝓂𝒶𝓈𝒾𝒶𝒹𝑜 𝓁𝒶𝓇𝑔𝑜

Después de 10 minutos caminando hacia casa de Inés estamos hablando sobre como era mi vida antes de que mis padres se divorciaran y como era la de Alex antes de que su padre muriera en un accidente de coche  y tuvieran que venirse a vivir aquí.

Alex me explico, que Katie volvio a ser feliz cuando encontro a mi padre. Después de 2 años de la muerte de su marido, no comía, apenas bebía y si bebía era alcohol para intentar olvidar.

Alex tuvo que cuidar a Shelly durante esos dos años, ya que su madre no era la más indicada para hacerlo.

-Pero... cuando conoció a tu padre en aquel bar... desde ese día todo cambio, comía, bebía e incluso sonreía cosa que  no la había vuelto a ver hacer desde su muerte- dijo Alex, su voz era melancolica a la vez que alegre al ver que su madre volvía a ser feliz.

-Me alegro- le conteste yo, aunque tenía el presentimiento de que me pondría a llorar en cualquier momento.Después de esa historia cualquiera lloraría, bueno... yo soy un poco sensible pero, no creo que afecte.

Ya solo quedaban 15 minutos para llegar a la casa de mi amiga, cuando entonces Alex se paro en frente de una casa, se parecía bastante a mi anterior casa.

Al principio pensé que le había dado un amarillo o que se había quedado tupi al ver esa casa pero, pronto comprendí que no. Sin rodeos, llamo al timbre de aquella maravillosa casa que se parecía a la casa de mi infancia. Entonces, empeze a recordar mi infancia al completo...

No, Julia, a lo que vamos.

-Alex, ¿pero qué estas haciendo?- dije enfadada pero susurrando para que los dueños de la casa no me oyesen.

-Ah... creo que se me olvidó preguntarte si podía llevar a un amigo a casa de Inés- dijo, mientras me miraba con cara de cachorito o más bien con cara de "por favor no me mates".

Antes de que pudiera echarle la bronca o al menos dejar que preguntara a Inés , la puerta se abrió y apareció un chico rubio, alto, y con lo ojos azul celeste, bastante atractivo por no hablar de los maravillosos músculos de su abdomen, y esos biceps... después de mucho pensarlo llegué a la conclusión de que estaba esculpido por Miguel Ángel o era un dios griego rencarnado.

-Hola muñeca, yo soy Marcos encantado- me dijó mientras una sonrisa fanfarrona se dibujaba en sus hermosos y carnosos labios.

-Marcos te presento a Julia, mi hermanastra- la voz de Alex me saco de mi viaje astral.

-Sí, encantada- dije yo con una voz en la que se podía intuir que estaba nerviosa.

Durante el camino a casa de Inés, Marcos me contó que el también se había mudado aquí hace poco porque su padre debía atender unos asuntos de trabajo aquí y que empezaría el nuevo curso en mi instituto como Alex, ya que ambos tenían la misma edad aunque Marcos aparentaba ser mayor.

-Y ¿cómo os conocisteís?- pregunté esperando que me respondiera Marcos, como no ¡no se está todos los días con un dios griego!

- Bueno... se podría decir que ya nos conociamos de antes, ya que Katie y mis padres fueron juntos a la universidad y Alex y yo ya nos habíamos visto más veces- respondió mi amor plátonico.

- Interesante, jajaj- reí yo.

Y entonces nos empezamos a reír los tres al no saber porque me estaba riendo.Supongo que mi risa era nerviosa, lo típico que dices cuando no sabes qué responder aunque poco a poco se convertió em una veradera risa de "estoy loca".

Y entre risa y risa llegamos a la casa de mi mejo.

Llame al timbre y nos recibió con una enorme sonrisa. Me dio un cálido abrazo mientras que saludaba a los chico con un "hola" normal.

-Sabía que vendría Alex pero, nadie me dijó que vendría él- dijo mi mejo apuntando hacia Marcos.

-Ya, para mi también fué una sorpresa- la respondí yo divertida.

-Me llamo Marcos, por si preguntas belleza- dijó Marcos mirando a Inés con unos ojos melosos.

Mi mejo se sonrojó mientras que yo la presentaba a Alex. Después de todas las presentaciones, subimos al cuarto de Inés.

-Inés ¿tus padre están aquí?- pregunto Marcos mientras revisaba toda la casa con todo lujo de detalles.

-No, se fueron hacía varias horas con mi hermana, creo que dijeron algo de ir a pasar el día fuera de compras. No volveran hasta tarde- nos explico-tenemos la casa para nosotros solos.

Eso sono algo pervertido a la vez que gracioso.

Entramos en su cuarto y nos acomodamos en su cama hasta que Alex interrumpió la paz.

-Por qué no jugamos a ¿verdad o reto?- pregunto con una sonrisa maliciosa.

Y esto señores se pone interesante.

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OS AMO!