Episodio 8

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—¿Q-Que demonios...? –Hinata estaba confundido y molesto.– ¡Eso no tiene ningún sentido!

—¿No es evidente que las pruebas son necesarias para fortalecerse? ¿Y no es obvio que cuanto más dura sea la prueba, más fuerte te vuelves? –Añadió Komaeda.– Es como... querer que tu boxeador favorito vaya en contra de un gran oponente... y verlo ganar.

—¡Y-Yo no lo veo así! –Refuto Koizumi– ¡Simplemente eso te hace un psicópata

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—¡Y-Yo no lo veo así! –Refuto Koizumi– ¡Simplemente eso te hace un psicópata...!

—Supongo... Podría parecer así desde tu perspectiva, pero no creo que yo encaje en tal etiqueta. –Sonrió el albino.– Verás... Yo no tengo la audacia de soñar con sobrevivir a costa de los demás.

—Es esa la razón por la cual... –Hinata lo miraba con estupefacción.– ¿No te importo que Hanamura descubriera tu plan...?

—Oh quizás... –Tomo la palabra Nanami.– Has preparado todo adrede para que lo hiciera... ¿No?

—¡¿Eh?! –Hanamura miro a la pelirosa pálido con sorpresa.

—Yo creo que Komaeda esperaba que el misterio se volviera aún más complicado si el estratagema de Hanamura se enredaba con el suyo... –Apunto la chica gamer al albino.– ¿No es por eso que intencionalmente le revelaste tu plan...?

—Bueno... Me atrapaste y es verdad... Realmente tenía muchas esperanzas puestas en él. –Admitió Komaeda.– Incluso soy quien le mencionó "casualmente" la ubicación del pasaje secreto a en la bodega.

– Incluso soy quien le mencionó "casualmente" la ubicación del pasaje secreto a en la bodega

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—¡Esta loco! –Acuso Souda.– ¡Estas completamente enloqueciendo...!

—S-Si... ¡Lo está! –Apoyo Hanamura.– Es por eso que yo... yo solo estaba tratando de detener sus planes chicos, ¿A-Ahora lo entienden verdad...?

—Por supuesto, esa es otra forma de verlo... –Menciono Monokuma.– ¡Pero seamos honestos, has visto los planes de Komaeda como tu gran oportunidad de llevar a cabo tu propio plan!

—¡No...! –Hanamura negó apretando sus puños.– ¡E-Eso no es cierto en lo absoluto!

—Decidiste por ti mismo usar su propio plan contra él, nadie se daría cuenta de que eras tú el culpable... ¿Verdad? –Puntualizo Monokuma.– ¡Al final, estabas lo suficientemente desesperado para realizarlo! no te importaba el hecho de sacrificar a todos los demás para salvarte, Upupupu~ ¡Bien podrías limpiar tu conciencia durante tus últimos momentos!

Nagito Komaeda, esperanza y desesperación 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora