30. Black-Blood

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Reto: una historia retorcida de romance entre Black y yo en que mataramos personas.

Nos estacionamos fuera de la casa. Estudiamos a esos sujetos por semanas. No queremos ir a la carcel por hacer lo que hacemos.

Todo comenzó esa noche.

Conocí un sujeto en un bar y lo lleve a mi casa;pero las cosas se salieron de control. Quería golpearme y no me deje. Al ruido de la trifulca, mi nuevo vecino,llego a la puerta para ver que pasaba. Hasta ese día yo sólo sabia que era un policía que habían desvinculado de la institución temporalmente,por un caso de corrupción. Derribo la puerta de una patada y le apunto al tipo con un revolver. El sujeto trato de usarme como escudo,pero la fina punteria de ese,entonces,policía me libro de esas inmundas garras.

Antes de esa noche lo había visto un par de veces. Me miraba de una forma muy peculiar.No me molestaba,él me resultaba atractivo y no por su aspecto precisamente. Había algo en sus ojos negros y esa media sonrisa que me causaba un escalofrío que terminaba en...

Una vez pase por su lado,en el pasillo entre nuestros departamentos, sujeto mi cabello. No tiro de el,sólo lo sujeto y se le quedo viendo.

-Blood-murmuro-Tu cabello me recuerda el color de la sangre-me dijo con esa sonrisa avisada.

No respondí y lo deje sostener mi barbilla con sus dedos. Acaricio mis labios con su pulgar y se inclimo un poco,como si fuera a besarme.

-Un poco de escarlata en estos labios, no estaría mal-me dijo y se aparto de mí.

Lo admito. Eso fue excitante en muchas formas,pero no más que lo que paso esa noche en que me salvo.

Entrar en la casa fue sencillo y lo mismo llegar a la alcoba de esos dos. Matarlos...matarlos tomo más tiempo. Nunca es un proceso lento,nos gusta que sangren y pinten las camas de rojo. Ese color,ese maldito color nos exalta la pasión;pero tiene que ser el rojo palpitante de la sangre fresca.

Por fin no se mueven más y los arrojamos al piso. Lo miro y parece una fiera enardecida,sus ojos negros centelleantes,su sonrisa que oscurece todo y sus manos que me arrancan la ropa;encienden en mi esa hoguera por tantos años negada. Es como esa vez,la primera vez,cuando me hizo suya en esa alfombra bañada de la sangre de mi agresor.

El extasis que alcanzamos empujados por el olor metálico que inunda la habitación,nos lleva a un frenesí del que no salimos hasta apagar la ultima brasa encendida en nuestras almas, pero él hace una pausa y me mira. Se cuanto le gusta ver en mi piel esas manchas carmesí. Su respiración y la mía son resoplidos de bestias voraces. Quiero que siga con lo que hacia,pero no lo hace.

-¿Qué sucede?-le pregunto.

-Falta algo-me dice y humedece los dedos en la almohada para pintar mis labios de sangre-Ahora si...que hermosa te vez,Blood...

Me levanto un poco para abrazar su cuello y humedeciendo su lobulo con la sangre que escurre de mi boca le susurro:

-Sigue,Black...

Y seguimos la noche entera. Ah y no se sientan mal por esos dos. Eran unos pedofilos de mierda. Limpiamos la sociedad y tenemos el mejor sexo que pudiera haber. La vida es buena.

Ruleta RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora