2 "En el que una maldición toma lugar"

89 6 0
                                    

Los días venideros no fueron para nada agradables, la madrastra había elegido un nuevo castigo para atormentar a la muchacha: No podría asistir al final de curso y mucho menos cantar como estaba previsto que hiciera y eso la distanció por completo de sus nuevas amistades quienes contaban con su hermosa voz. Sin embargo eso solo hizo regocijarse a la malvada mujer quien ahora se jartaba de haber matado al querido Coral.

Los tirones de pelo, los golpes de un cinturón o los gritos eran tan solo una reprimenda al lado del maltrato psicológico constante que sufría Melodía quién a pesar de todo se veía obligada a servirla como limpiadora de la casa y las cosas empeoraron el día en que de forma misteriosa el señor Comarca cayó enfermo y no se volvió a despertar nunca más. Toda la herencia fue recibida por la madrastra, la señorita Minélody seguía abusando de su nueva doncella e incluso le impedía asistir a las clases.

_ ¿Ya vas a volver a comer de nuevo? _ Sonrió con malicia. _ Veras cariño, estás cogiendo demasiados kilos.

Y era una mentira, era justamente lo contrario, la muchacha estaba demacrada y no entendía como aquella mujer la seguía manteniendo con vida ¿Era quizá que deseaba tanto la muerte que hasta eso le impedía? Suspiró para sí y no respondió a la provocación, siguió limpiando preguntandose una y otra vez si aquella mujer era realmente un demonio pero negó con la cabeza ya que aquellas cosas sólo ocurrían en sus libros de fantasía. Y era nada más terminar todas sus tareas que se recostaba sobre la cama a seguir leyendo su novela favorita.

El peor de los males se desató a la siguiente semana mientras Melodía estaba friendo los huevos que servían como desayuno para la madrastra.

_ Hija ¿Acaso no te he dado una mejor ropa? Luces horrible. _ Se rió casi de forma compasiva, eran tantas las veces que aquella mujer la ponía a prueba que simplemente no pudo evitar rechazar la provocación.

_ ¿Acaso me das algo que no sirva para tu regocijo? _ Lo dijo en un tono frío que la mujer no pasó por alto y con una extremada violencia le cruzó la cara con la mano.

_ Esto ha sido culpa tuya, niñata._ Y cada una de sus palabras quedaron contaminadas con el mayor de los desprecios. _ Si acaso te has creído capaz de compararte conmigo ¿Tú? ¿Una estúpida niñata que ni siquiera sabe quién es?

_ ¿Tú? Una malvada Galesa con aires de superioridad ¿Tú me vas a dec....

De otra bofetada la tiró al suelo, esta vez la agarró del cabello y la llevó al sótano como era de costumbre. Sonrió para sí mientras agarraba un cinturón y comenzaba a darle una y otra vez con él, golpe tras otro, herida tras otra ni siquiera los llantos y gritos podían pararla estaba desatada. Sintió el más absoluto de los terrores y se volvió para mirarla hasta que otro cinturonazo llegó a su mejilla, observó los ojos ojos de la madrastra los cuales no mostraban ni el mínimo pensamiento y parecían hacer todo aquello por impulso.

_ Tú y tu madre me habéis desafiado una y otra vez, ahora que está muerta me desharé de su preciosa hija a cinturonazos... aunque me divierte más humillarte.

_ D... De... De que conocía... _ Un nuevo cinturonazo, la muchacha se estaba quedando sin aliento y supuso que era el asma el culpable de todo aquello. De pronto se desmayó oyendo las últimas palabras de la mujer.

_ Ahora te pudrirás en las sombras, te maldigo muchacha para que sufras lo que yo he tenido que sufrir por vuestra culpa.....

Despertó apenas una hora ¿O habían pasado dos? Se miró los brazos y vio que seguían marcados por los golpes de aquel cinturón "¿Dónde estoy?" Pensó oteando el lugar con curiosidad. Le resultaba familiar aquella calle pero el puerto, los tonos amarillentos de algunos edificios ¿Aquello era Porthaven? Mentira, ella sabía perfectamente que aquel mundo era una fantasía, una fantasía demasiado perfecta pero una fantasía después de todo.

El castillo ambulante - La maldición de la bruja -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora