El viento helado entraba por las pequeñas rendijas de la puerta que daba un pequeño tendedero que se había vuelto nuestro escondite para llorar o hablar con Dios a solas.
Sonó el teléfono y de un brinco estaba sentada. Pude escuchar a la persona detrás del teléfono:
- ¿Aló? Dijo mi hermano atento a la respuesta.
- Familiares de la paciente (a quien por respeto le diremos Luz las primeras 3 letras de su segundo nombre de mi mamá) se escuchaba una mujer muy alarmada y con mucha seriedad en su voz.
- ¿si? ¡Soy el hijo! confirmó mi hermano.
- ¡Ella no está nada bien, que alguien se acerque de inmediato! Nos aseguró la persona del otro lado del teléfono y con prisa colgó la llamada sin dejarnos hacer preguntas. Nos miramos fijamente, y las únicas palabras que se me ocurrieron fueron: ¡Llama a mí papá de inmediato!
- (tunnn) sonó el teléfono. Hola hijo ¿qué pasó? Dijo mi papá.
- ¡Te necesitamos con mi mamá! Dijo mi hermano desesperado.
- ¡Pero si yo estaba con ella! Solo salí por un cepillo dental que ella me pidió... No terminaba de explicarnos qué hacía lejos de mamá y lo escuchamos correr, colgando de inmediato la llamada.
MI CASA...
El lugar donde vivíamos le llamábamos la "vecindad del chavo", recuerdo que por el año 2015 mis padres habían tenido su tercera separación de esas que son definitivas y cada uno comienza de nuevo. Mi padre tenía un departamento completamente amoblado y mi mamá tenía que quedarse viviendo con sus padres, osea mis abuelos. La entrada tenía un garaje donde mi abuelo guardaba su auto beige. Arriba quedaba la casa de mis abuelos donde todos sus nietos nos reunimos cada domingo por una buena cangrejada o alguna parrillada en conmemoración a quien cumplió años. En la segunda planta quedaba el departamento de un sobrino al cual mis abuelos criaron como un hijo. Detrás del garaje quedaba el departamento de mi tía y atrás de ella quedaba una pequeña lavandería y nuestra casa; El ambiente era muy bonito en la parte superior teníamos nuestras habitaciones y abajo estaba la sala.
De vuelta a la tragedia inmediatamente llamamos a mi tía y con solo un grito estaba lista. Me acuerdo de haber tomado unos jeans negros, una blusa color durazno fue lo primero que salí a relucir en el cajón y una colección en el cabello, fue lo único que se me ocurrió, nos cepillamos los dientes y nos alistamos en menos de cinco minutos . Luego salimos... Ya estaba mi abuelo encendiendo el auto, mi tía se quedaría con los pequeños de la casa y mi primo el que vivía en la parte superior de la casa de mi abuelo salió corriendo por su auto que quedaba a la vuelta en la casa de mi bisabuela.
El hospital donde estaba mi mamá era muy lejos estaba el norte y nosotros vivíamos al suroeste literalmente nos demoraríamos alrededor de 25 minutos, el tráfico era una barbaridad y yo en el camino a donde mi mamá tenía una ligera tembladera en mi columna, mis dientes chocaban por los nervios. Ibamos en el carro mi abuelo que conducía, mi hermano y una prima. Lo único que pensaba en ese momento era la frase "Espéranos ya llegamos", una vez más escuché mi teléfono sonar, decidí ponerlo en altavoz para que todos los que estén en el auto puedan escucharlo. Era mi papá: ¡Lo siento, lo siento mucho hija! Pude ver a mi abuelo desvanecerse a mi prima llorar con mucho dolor ya mi hermano soportar los hombros de mi abuelo y decirle que se tranquilice porque él estaba conduciendo. Ya sabíamos lo que había pasado. La esperanza que llegar y poder despedirla...¡Al piso!. Podía ver a mi hermano tranquilo y yo llena de paz.
En realidad ya no estaba asustada ya mi corazón dejó de bombear el doble de lo normal, estaba tranquila. Nos habían preparado casi tres años para este momento, para esta llamada. El camino se nos hizo eterno; aún recuerdo por el lado de emergencias del hospital donde mi mamá estaba ingresada, por cierto, era un lugar que solo tenía pacientes con cáncer o muertes terminales. El carro aún ni siquiera frenaba y casi todos también abriendo las puertas; miré a mi papá que estaba en una vereda cerca del letrero donde surgieron emergencias llorando desconsolado, solo, perdido y con mucho miedo. Mi momento ha llegado...
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Gané perdiendo
Historia CortaRespondes la llamada y detrás del teléfono están las peores noticias de tu vida. ¡Has perdido gente que amas!.