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Chaeyoung

Hacía apróximadamente dos meses que Chaeyoung estaba en pareja con quien -a pesar del corto tiempo- sabía que era el amor de su vida, la señorita Kim Jisoo. 

Le agradaba compartir cálidas tardes a su lado y, al fin tendría la oportunidad de visitar el departamento en donde vivía su novia.

No pudo evitar imaginarse un ambiente cuidadosamente ordenado y limpio.

La rubia se consideraba un desastre andante, pero se volvía una máquina de la limpieza eficaz cuando Jisoo visitaba su pequeño hogar. 

Y además, su pareja le había brindado buenos tips para mantener todo en orden y evitar tener que limpiar tan seguido.

Luego de caminar unas cuadras, pues, el transporte público no la dejó precisamente frente a la vivienda de Jisoo, llegó a unos edificios muy elegantes.

Era increíble como hasta en eso eran tan opuestas.

Frente a su propia figura, separados por una gran reja y una extensa distancia, habían varias construcciones. El largo espacio era perfecto para que pudiese apreciar la moderna arquitectura de las cuatro torres.

Sin perder mucho más tiempo, se acercó hacia la tabla de timbres eléctricos de la torre número dos y apretó el del departamento perteneciente a la castaña.

Jisoo

El timbre sonó y Jisoo se hallaba con la mirada perdida en su reflejo.

Qué ridícula me veo, por dios.

Según ella no le sentaban para nada los colores tan vivos, para usarlos existía Chaeyoung, con su aura cálida y radiante.

—Oh, Park Chaeyoung. Tú realmente eres como una radiante flor que florece en todas las estaciones de mi corazón ¿Verdad?

Se sintió muy melosa al decir aquello.

Definitivamente suena mejor en mi mente y escrito en un papel.

Las flores eran algo simbólico para ambas, ya que se habían conocido en la florería de la menor de las dos.

Acomodó su infantil vestido color verde, el cual estaba adornado con ilustraciones de diminutos conejitos blancos alrededor de todo el ruedo.

Era el único vestido con color vivo que poseía y era uno que no usaba desde los quince años.

Caminó con prisa a la cocina y atendió el portero eléctrico, luego de un breve saludo entre ambas le proporcionó el acceso al edificio a la otra joven.

Los nervios volvieron a invadirla y se dijo que quizá debía deshacerse del vestido y de paso, también de su horrenda cola de caballo. Parecía más una chica de quince que una de venticuatro.

Chaeyoung

¿En qué clase de apuro estará esta bobita? ¿Habrá hecho la cena?

La florista pensó que aquello sería muy romántico; de las dos, la oficinista era quien poseía más habilidad en la cocina.

Y si tenía que ser completamente honesta, sabía que todos poseían más habilidad que ella en eso.

No le agradaba cocinar ni ponía demasiado esfuerzo en ello, por lo que el 98% del tiempo las comidas le salían visualmente poco apetecibles.
Al ser para ella, no le importaba, pero el día que tuviera que hacerle algo a su novia, se dijo que estaría en graves apuros y ni los detallados tutoriales de Youtube la salvarían.

Luego de tomarse el ascensor, llegó rápidamente al piso de la castaña y, segundos después, a la puerta de la misma.

Jisoo

Se deshizo de la cola de caballo y cuando el timbre de la puerta de entrada sonó, estaba casi en ropa interior y con el vestido a medio sacar de su cuerpo.

Claro, cómo se me ocurre hacer esto ahora si el ascensor es rapidísimo.

Volvió a subirse el vestido, se lo cerró lo más rápido que pudo y frunció el ceño mientras lo hacía ¡Qué verguenza! Ahora se veía incluso peor que antes. La cola de cabello al menos le completaba el look y le dejaba el rostro libre de pequeños cabellos.

Caminó con mucha pena hacia la puerta y, antes de abrirla, tomó un gran respiro para calmar sus nervios y su tonto miedo a que su novia la viera con una vestimenta tan poco usual en ella.

lovely mess ‹ chaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora