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Chaeyoung

La puerta se abrió, dejando ver a Jisoo en una adorable vestimenta.

La joven de cabellos claros no pudo evitar centrar su atención en aquel atuendo ¡Qué linda! Soltó una alegre voz en su cabeza.

La pequeña sonrisa seguida de una risa delató el hecho de que, además de ternura, le generó un poco de gracia verla vestida de aquella forma.

—Yah, Chaeyoung. —se quejó la pelimarrón y se cruzó de brazos— Sabía que no tenía que ponerme este vestido, no me sienta.

—¿Qué andas diciendo? —Chaeyoung abultó sus labios, con la intención de hacer derretir a su novia a través de ese sencillo gesto.

Pero sabía mejor que nadie que Jisoo no era fácil de entibiar, así que derretirla era definitivamente una tarea más difícil.

Si bien era cierto que fue la mayor de las dos quien dio el primer paso en la florería, Jisoo era la más tímida de la relación cuando se trataba de contacto físico o regalos melosos.

Jisoo

Quizá tendía a ser muy cerrada en ocasiones, pero ¡No lo hacía a propósito! Además tampoco era su culpa que Chaeyoung la pusiera así, tan vulnerable.

No le gustaba sentirse de esa manera porque no estaba para nada acostumbrada.

Park Chaeyoung era su primera vez en casi todo.

—Pasa. —se hizo a un lado, evitando el contacto visual con la otra chica.

—¿No me vas a dar ni siquiera un besito? —Chaeyoung continuó mirándola con esa expresión que a Jisoo le recordó al personaje del Gato con Botas de Shrek.

Extendió sus brazos, fue ahí cuando la otra muchacha, después de cerrar la puerta detrás de ella misma, se acercó a la mayor.

Se abrazaron mientras el característico y agradable aroma de shampoo de manzana de la menor le inundó las fosas nasales.

Chaeyoung

Sus manos recorrieron la espalda ajena y se toparon con el cierre a medio cerrar del pintoresco vestido.

Pudo sentir como Jisoo se tensó en sus brazos al darse cuenta de donde estaban posicionadas sus manos.

Dejó salir una risita y subió por completo el cierre de la prenda ajena.

—Listo, Jisoo. —habían acordado llamarse por sus nombres, pero a veces Chaeyoung sentía la necesidad de llamarla "eonnie" debido a todas las cosas que día a día, esta le enseñaba.

Porque la oficinista era la más rígida de las dos pero también era un modelo a seguir para cualquier joven.

Tan estable, responsable y elegante.

Se separó del cuerpo opuesto y con las manos todavía en sus hombros, robó un corto beso de sus labios.

Jisoo

Sus mejillas ardieron a causa de las acciones de su pareja.

No se le presentó la oportunidad de corresponder al beso apropiadamente debido a su duración y sólo se quedó parada allí, sintiéndose tonta de repente.

—¿Sabes? Estaba pensando en que podríamos pedir algo de comer. Tengo antojo de pollo frito.

Qué rápido recuperas la compostura, Chaeyoung.

—D-de hecho... —Dios mío ¿Por qué tartamudeo? Ni que esto fuese nuestra primera cita.

No le dio tiempo a terminar de hablar, pues la alarma de humo comenzó a sonar.

Chaeyoung

Antes de salir a paso ligero tras Jisoo, quien desapareció del corto pasillo en cuanto oyó la alarma, Chaeyoung dejó los zapatos en la entrada y recargó la guitarra enfundada que traía consigo sobre la pared.

Y al llegar allí estaba su pareja, envuelta en una potente pero pequeña nube de humo a su alrededor. Jisoo no tardó salir de la misma con una fuente en sus manos, las cuales estaban protegidas por un repasador amarillo.

Una vez que el recipiente llegó al mesón, la menor observó el contenido, parecía ser lasaña, pero tenía toda la parte superior teñida de negro.

—Oh. —fue lo primero que soltaron sus labios— No te preocupes por esto, a todos nos pasa. Si supieras la cantidad de veces que a mí me ha pasado. —comentó con la esperanza de hacerla sonreír, pero no funcionó.

—Esto es un desastre. Trabajé tan duro para que estemos cómodas pero quemo la comida y me veo poco atractiva. —parecía que la voz de la contraria estaba a punto de quebrarse.

—Jisoo eonnie...

lovely mess ‹ chaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora