Obsessed

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Trató de disimular su rostro pero este la delató completamente. Sus mejillas se tornaron color carmesí al instante notando como su corazón se había sobresaltado por la simple presencia de un extraño.
Levantó su mirada lentamente mientras se dirigía a preparar el trago. El chico sólo estaba ahí, etéreo, existiendo con su paz y plenitud como si flotara y todo a su alrededor desapareciera. Ella no lo miraba pero sentía que lo veía, que conocía sus intenciones, sus deseos y sus pensamientos.

-¿Estás bien?- Las palabras la sacaron de su mente para volver a encontrarse con esa maravillosa sonrisa. Miro a su mano y ahí tenía el trago ya hecho, sólo faltaba entregarlo.

-Ah, si. Perdón, acá tenés tu bebida.- Dijo rápido, entregando la bebida e intenta pasar por alto el pequeño inconveniente. Era usual en ella que se pierda en sus pensamientos.

-Hoy nos vimos. En la calle.- Tomó un sorbo, acto seguido haciendo una mueca de placer

Mia abrió un poco la boca y la volvió a cerrar.
-Me pareció que eras vos.- Le dió una sonrisa sincera aunque con sus palabras quería ocultar que ya le había contado de él a su mejor amiga y que casi le da un subidón cuando apareció en la barra.- ¿Ya sabías que trabajaba acá?.- Preguntó levantando una ceja.

El chico rió ligeramente.- Quizás te haya visto antes.- Tomó otro sorbo.- Quizás soy un acosador.- Dijo abriendo sus ojos en forma de broma, buscando complicidad con ella.

Mía le sonrió y notó que nuevos clientes se acercaban a la barra.- Bueno voy a seguir trabajando.

-¿Tu nombre?-. Preguntó mirándola serio.

-Em Mía. ¿Vos?-.

-Vincenzo, Vince.

Ella solo le dió otra pequeña sonrisa y siguió su camino. "Peculiar nombre", pensó, pero no le dió mayor importancia.

La noche siguió normal, trabajo, risas y un par de tragos. Llegaron las 3 y esa era su hora para cerrar. El bar estaba desierto, sus compañeros también se habían ido. Mia estaba terminando de alistar los últimos detalles y así ya dirigirse a su casa. Por más que amaba su trabajo había que admitir que era un enorme gasto de energía dialogar con toda la multitud.
Estaba parada delante del mostrador pasando la mopa entre las sillas y algo por el rabillo del ojo le llamó la atención, una sombra. Su cabeza viajó al instante hacia el recuerdo del chico y por un milisegundos se ilusiono en que sea él, pero cuando se dio vuelta noto que solo era un gato en el borde de la ventana.

-Hola bebé.- Dijo acompañando el saludo con su mano, agitándola hacia el gato.

*En proceso*

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⏰ Last updated: Oct 27, 2024 ⏰

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Beso amargoWhere stories live. Discover now