Sombras

20 5 9
                                    

Narra Suki:

Después de un rato fui poco a poco abriendo los ojos, no podía ver bien veía todo borroso además había una luz que me cegaba y no me permitia abrir los ojos ya que mi vista no se acostumbraba a la luz. Sentía una fuerte presión en mis muñecas, yo creo que estaba atada en una silla, mis manos estaban atada a mis espaldas y mis tobillos también estaban atados a las patas de la silla. De repente el sonido de una puerta abriéndose resuena por la habitación en la que me encuentro pero sigo sin distinguir nada solo puedo aun sigo con la vista nubla y no se porque mis ojos parecen no quererse acostumbrar a la luz. Oigo los pasos lentos de alguien acercando, de un momento veo una sombra delante mía no puedo distinguir su rostro.

-Tranquila esto terminara muy rápido- dice una voz grave y con un tono muy calmado.

Intente decir algo en ese instante mi boca se movía pero mi voz no salía, no sabía lo que me pasa pero sabía que moriría en cuestión de segundos tal vez minutos quién sabría, de repente oigo una risa que parecía de un psicópata que cada vez se hacia mas fuerte y hacía que me doliera mucho más la caba y de repente esa risa eso dejando aquel lugar en completo silencio. pero yo seguía intentando gritar pero nada no me salía la voz.

- No te esfuerces no vas a salir con vida de aquí pero tranquila como dije antes tu sufrimiento acabara de un momento a otro- En cuanto terminó de decir eso noté un fuerte golpe en mi cabeza y todo se volvió negro otra vez.

Después de lo que a mi parecer eran minutos o eso creía volví a recuperar la conciencia cada vez me encontraba más débil ahora ya casi ni podía abrir los ojos y por si fuera poco siguia viendo borroso, todo mi cuerpo me dolía. Ya no estaba sentada y atada en una silla sino que estaba acostada a mi parecer en el suelo ya que sentía que en lo que me habían tumbado era muy gélido y estaba duro, aún tenía las manos atadas a mi espalda y los pies tampoco podía moverlos suponía que con lo que me habían atado era una cuerda pues tenía un tacto un poco rasposo.

Esta vez la habitación en la que me encontraba estaba iluminada con unas velas ya que la luz ya no me cegaba tanto y me permitía ver que al menos tres de las velas que alcanzaba a distinguir estaban colocadas como si estuvieran formando un semicírculo. De repente por mi cabeza paso el pensamiento de que me estaban usando para un ritual y que yo iba a ser una ofrenda, vaya y yo que pensaba que morirá vieja y rodeada de gatos, como serían los titulares de la prensa, a lo mejor algo como "Por fin es encontrado el cadáver de la joven desaparecida hace un mes" eso si llegaban a encontrar mi cadáver pero tampoco es que le fuera a preocupar a mucha gente mi desaparición total era otra estudiante asesinada más. Estaba tan perdida en aquellos pensamientos tan pesimistas que cuando quise darme cuenta ya estaba enfrente mío un hombre el cual iba vestido con una túnica negra la cual tenía una capucha que no me permitia ver el rostro de el hombre que resultaría ser mi asesino, aparte en sus manos tenía un cuchillo que no podía ver bien como era ya que aun seguía viendo borroso pero cada vez menos. Pero cuando estaba apunto de matarme....

Bueno pues aquí termina todo así que no bajes más.


































Te dije que no bajaras mas.




































Así que te crees muy rebelde no?












































Pues no hay más así que deja de bajar.













































Te la creiste... bueno sigamos.

Una gran explosión fue provocada a las espaldas del hombre, de repente mis oídos se inundaron de un pitido muy molesto y vi como el hombre que me quería asesinar estaba tirado en el suelo cubierto de sangre pero no pude alcanzar a ver su rostro. Poco a poco mis ojos se fueron cerrando, deje de luchar por mi vida y simplemente espere a que llegara a mi hora.

-Tranquila ya estas a salvo por favor sigue luchando un poco más- dijo una voz grave parecía la de un hombre pero esta no era como la del otro esta era mucho más dulce y melodiosa.

Después de unos minutos tal vez horas me desperté esta vez podía ver bien aunque aun la luz de la habitación me cegaba pero poco mis ojos se fueron acostumbrando hasta que porfin pude ver perfectamente. Me encontraba en una habitación normal y corriente las paredes eran blancas, el suelo era de madera, en la pared que se encontraba enfrente mía había una puerta, está también era de madera pero el color de la puerta, era un poco más oscuro que el color del suelo. A mi izquierda simplemente había una una ventana, con unas cortinas lisas de color beige, que se encontraban cerradas. Y a mi derecha había una ventana igual y de la misma forma que la ventana de la izquierda, y debajo de la ventana un escritorio de madera del mismo color que la puerta, con una silla con ruedas de color blanca. De repente vi que la ropa que llevaba durante lo que había sucedido anteriormente se encontraba encima del escritorio, limpia y doblada perfectamente. Yo me encontraba tumbada en una una cama de sábanas blancas y me mire, resulta que llevaba un pijama de camiseta de manga corta y pantalones cortos de color negro, también llevaba algunas vendas en el abdomen muñecas y tobillos.

La puerta se abrió de repente y por ella entró una chica de mi edad ,es decir, de unos 18 años, parecía un poco más alta que yo, su pelo era negro con las puntas de color aguamarina y sus ojos del mismo color que sus puntas.

-Por lo que veo porfin despertastes, eso me alegra- su voz era dulce y muy suave en ese momento, se notaba que sabía que estaba aún un poco débil y que no quería molestarme iba a decir algo pero se me adelanto- si no te importa respondere a tus preguntas luego primero deberías comer algo- dijo mirando a la bandeja de la cual no me habia dado cuanta hasta ese instante aunque la llevaba en las manos, la bandeja tenía unas tortitas con muy buena pinta y tenían por encima sirope y algunas moras y un zumo de lo que creo que era naranja.

-Se que me has dicho que deje las preguntas para luego pero fuiste tu quien me salvo?.- dije mirándola directamente a los ojos.

Antes de que ella pudiera contestar la puerta se volvió a abrir y una voz dijo "No fui yo, ella te curó" y por ella entró...

============================================================================

Bueno retomamos la tercera parte del au de magia, espero que hos haya gustado.

Quien seran esos dos chicos?

Qué habrá pasado?

Lo sabremos en el proximo cap hasta la próxima.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora