Nuevos Compañeros

20 5 0
                                    

Estaba a punto de dispararme cuando...

.

.

.

-En serio lo vas a hacer, ahí una forma más fácil de terminar con todo esto y además de raíz- dijo la voz de una mujer.

De la entrada del callejón apareció una mujer de unos 52 años no muy alta quizás media 1,65 pero ya era más alta que yo su cabello era castaño con algunas canas y está recogido por un moño llevaba puesto unos pendientes de diamantes un vestido ajustado rojo y una chaqueta de cuero, la verdad es que la mujer estaba en forma, también levaba unos tacones de unos 7cm y eso le hacía ver un poco más alta. Tras la mujer dar un par de pasos dos hombres bastante altos muy bien peinados y vestían de traje aparecieron por detrás de la mujer, supuse que eran sus guardaespaldas ya que no apartaban la vista, estaban armados hasta los dientes he iban muy cerca de ella.

-Tranquila ellos no te harán nada a no ser que yo se lo pida- mención ya que yo me había dejado mi vista fijada en ellos.

-¿Y como piensas terminar con ellos?- Pregunte

-Bueno si su arma secreta desaparece ellos podrían seguir en pie pero si se va al bando contrario ellos podrían ser derrotados por su propia creación. ¿Qué decides morir ahora mismo y quedar como un desecho más de esta terrible y asquerosa humanidad o morir dentro de unos cuantos años como una heroína que pudo deshacerse de la peor escoria que ha podido conocer este mundo? La decisión es tuya- dijo extendiendo la mano.

-¿Qué gana usted con esto? ¿Y a cambio de qué?- pregunte bastante extrañada ya que normalmente nada hace nada si no gana algo por lo mínimo que sea.

-Todo será contestado a su querido tiempo mi querida nightmer o prefieres que te llame suky -

-Ya veo que estuvo investigándome y me siento más cómoda si me llama nightmer- le dije un poco molesta no me gustaba que me llamaran por mi nombre

-Querida no me presento ante cualquier, tu eres distinta a todos los demás.

Se formó un silencio bastante incomodo en aquel lugar, la verdad es que el sitio tampoco ayudaba de mucho, la mujer aún seguía tendiéndome la mando pero tampoco es que estuviera muy segura de aceptar aquel trato.

-Venga tampoco es tan difícil, además no me voy a tirar toda la noche aquí esperando a que decidas – la mira fijamente de verdad quería acabar con ellos.-Tic tac el tiempo se acaba.

-No le haremos daño a nadie inocente, ¿verdad?

-No y por cierto no soy como ellos, yo suelo decir la verdad desde un principio, si prefieres te doy mi palabra - dijo mostrándome un pequeña sonrisa.-

Sin dudarlo ni un solo segundo más acepte y le di la mano.

-No hace falta que me dé su palabra pero le juro por lo que más quiero que si mure alguien inocente por vuestra culpa- me acerque a ella y le susurre al oído- acabareis todos muertos.

Me fui alejando de ella lentamente y me percaté de que sus dos guardaespaldas me apuntaban con sus armas. La mujer hizo una seña y los hombres bajaron las pistolas, a lo que yo les di una amplia sonrisa.

-Bien pues si ya está todo te enseñare donde vivirás de ahora en adelante, la sala de operativos y a tu nuevo equipo-dijo la mujer dándose media vuelta.

-Yo trabajo sola- le respondí un poco molesta no me agradaba la idea de trabajar con alguien mas.

-Lo siento querida pero eso se ha terminado- en cuanto término de decir eso se puso a caminar hacia la salida de aquel mugriento callejón pero antes de salir giro un poco la cabeza- bienes o te vas a quedar ahí parada a que se haga de día.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora