¡Bienvenidos al campamento mestizo! En este libro encontraréis consejos que todo escritor principiante (y no principiante, quizá) debería leer. Desde la experiencia personal de los dioses, podréis leer buen material... ¿Qué esperáis?
La creación de personajes es, probablemente, una de las cosas más difíciles de lograr. Es que, siendo honestos, crear un personaje correctamente es como crear un humano. Literalmente.
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Cada personaje tiene su propia personalidad, sus propias características, sus propios gustos, etc. Todos son distintos y todos interactúan en una misma historia al igual que las personas en la vida real.
No se los debe ver como algo secundario, ya que los personajes, junto con otros factores, hacen a la historia. Mientras mejor hechos, más realista será (incluso en las historias de género fantástico). Y esto es un factor importante a la hora de atraer lecturas y mantenerlas. Poneros a pensar, ¿qué es lo que más os atrapa de una historia? No vale mentir, todos tenemos un personaje favorito al que amamos muchísimo. Y esto, muchas veces, se debe a que podemos empatizar con él/ella. Algo que debemos evitar a toda costa es crear personajes sin sentimientos (a menos que la historia sea de robots, claro) a los que no les afecte en absoluto lo que les sucede.
Ya hemos dicho que nuestros personajes deben parecerse a una persona real en cuanto a emociones, sentimientos, personalidad, etc. Por lo tanto, si a él/ella le pasa algo bueno, la reacción lógica es que se alegre; igual que si le pasa algo malo esto puede entristecerle o incluso enfurecerle. Y cuidado, los personajes secundarios también son personas con sentimientos, aunque (en la gran mayoría) mucho menos desarrollados como los de los protagonistas.
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Es aquí donde la magia ocurre: todos se mueven a vuestro antojo. En la historia, eres como el/la director/a de cine, el/la titiritero/a, etc. Tú y solo tú manejas todo. Es por ello que debes estar bien metido/a en ello. Si no estáis acostumbrados podéis pensar cómo reaccionaríais vosotros en la situación en la que se encuentra el personaje, y partir de ahí para describir lo que siente. Si no os sentís para nada identificados con él/ella, buscad una persona de vuestro entorno con una personalidad similar a la de vuestro personaje. Si ya la tenéis, pensad cómo se comportaría, qué diría, etc. Cuanto más cercana a vosotros sea esa persona, más fácil será adivinar su forma de actuar en distintas situaciones y momentos. Eso sí, no debéis olvidar basarte en la forma de ser y actuar del personaje. De hecho, podéis basar a vuestra creación en ese familiar, amigo, pareja, conocido cercano...
