Apuesta entre demonios

Capítulo 2: Nuevo trabajo.

Había pasado al rededor de una semana desde que Hisoka e Illumi se habían encontrado, tiempo suficiente para poner el papeleo en orden y conseguir los permisos correspondientes para la tarea, a pesar de que fue Hisoka quien propuso ir a hacer aquel trabajo, fue Illumi quien formalizó todo, estuvo dos días enteros llenando papeles, y finalmente hoy era el día, cada uno tenía que tener una historia, un trasfondo que fuera lo suficientemente creíble, además de un hogar, siendo demonios tenían suficientes contactos como para conseguir departamentos e incluso trabajos.

Dos figuras yacían frente a las puertas de un departamento en una zona residencial, era un edificio de 13 pisos, cercano a la universidad donde ambos trabajarían, subieron hasta el último piso, a cada uno le correspondía su espacio privado, el de Hisoka era el número 1301, y el de Illumi el 1302, por lo que eran vecinos, cada departamento contaba con dos piezas, dos baños, cocina, living y comedor, las paredes eran negras y los muebles eran blancos, creando así un contraste.
Luego de haber reconocido su espacio Hisoka fue a ver a Illumi, no podía evitar entrometerse en el espacio de este, lo encontró en el balcón, mirando el panorama que tenía el edificio, se veían más edificios, la universidad, y al fondo unos cerros, corría una ligera brisa que hacía que el largo cabello negro de Illumi se moviera.
—¿Y bien, que te parece?.—
—Normal.—

Como siempre Illumi era muy escueto para responder, a Hisoka eso no le molestaba, así era su relación, tenían personalidades opuestas pero al mismo tiempo similares, Illumi siendo más calmado y calculador, la mayor parte del tiempo, pero irracional cuando la ocasión lo ameritaba, y Hisoka era por lo general más impulsivo, pero era capaz de idear planes, es por ello que había sido amigos por tanto tiempo.
—Nos hemos cambiado tarde, desde mañana empezamos, te vendré a buscar a las 8 de la mañana.—
—Bueno.—

Y sin más, Hisoka salió del departamento, dejando a Illumi por su cuenta, ambos habían conseguido empleo, por un lado Hisoka de maestro de economía, e Illumi de maestro de contabilidad, y por lo mismo les correspondía enseñar en la facultad de economía.
Y sin más pasó el día y finalmente les correspondía su primera clase, como lo había dicho el día anterior Hisoka comenzó a golpear la puerta a las 8 en punto, vestía un traje burdeos, con una camisa y zapatos negros, sin corbata, eso es demasiado formal para su gusto, es por ello que usaba los primeros botones abiertos, por otro lado Illumi salió a recibir a su amigo vestido con unos pantalones formales y corbata verdes y una camisa y zapatos negros.
Caminaron juntos hacia la facultad, cuando hubieron llegado fueron a presentarse con el jefe de carrera, se encontraba en su oficina al interior de un edificio de color gris, golpearon la puerta, los recibió un hombre rubio, de alrededor de 30 años, vestido con un traje a rallas con diversas tonalidades de naranjo, claramente era un colega suyo.
—Adelante, pasen.—

Les hizo un gesto con la mano para que tomaran asiento frente a su escritorio, mientras él se dirigía al suyo propio.
—Me informaron hace un par de días que ustedes habían sido asignados para este trabajo, yo me encargaré de guiarlos y esporádicamente darles objetivos específicos, mi nombre es Pariston Hill.—
—Gusto de conocerlo, esperamos ser de ayuda, y que hayan objetivos interesantes.—

Hisoka, como siempre, se tomaba esto como un juego, por otro lado Illumi solo esperaba subir algunos niveles, para luego tener vacaciones.
—No hay mucho que explicar, ahora mismo les hago entrega de sus horarios y las salas a las cuales deben atender, desde mañana comienzan las clases oficialmente, ¿alguna pregunta?.—
—Sí, no se nos informó exactamente qué debemos hacer con los objetivos.—

Inquirió Illumi, Pariston apoyó los codos en su escritorio y entrelazando los dedos apoyó su rostro en ellos, claramente cuando se trataba de trabajo se lo tomaba muy enserio.
—Hay diversas opciones, pero básicamente, los objetivos que elijan por su cuenta pueden enamorarlos, llevarlos por el mal camino, como ustedes prefieran, es decir, que pequen de alguna forma para que vayan al infierno, por otro lado los objetivos que yo les dé consisten en asesinatos, una opción es que ustedes deben matarlos y otra es que los manipulen para que maten a alguien más, ¿alguna otra pregunta?.—
—No.—

Ambos respondieron al unísono, Pariston sonrió y se levantó de su asiento, nuevamente realizó un gesto con su mano, esta ves para que ambos salieran.
—Espero que les vaya bien, los llamaré cuando me llegue la lista de objetivos, hasta entonces.—

Ambos salieron del lugar, estrecharon la mano de quien ahora era su jefe, y salieron de la oficina, caminaron hacia la salida, cuando se toparon con un grupo de estudiantes, se notaba que estaban en la bienvenida, ya que les iban enseñando los salones que se encontraban en aquel edificio, de entre todos un grupo de cinco muchachos resaltaba, ambos se quedaron mirándolos, no querían parecer sospechosos por lo que comenzaron una charla trivial, a cada uno le llamó la atención alguien, pero no podían decir aún.