Danmachi. Luchare por ti. Capítulo 5.

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¿Eres tu? – El no dijo nada en especial, solo sonrió. – Oye abre la boca. – Bete al escucharlo, empezó a rabiar. – Lefiya estaba chorreando una pócima sobre el brazo cortado y la herida, cuando, lo escucho. – Pero, el me salvo. – Fue el quien me ayudo. –

– ¿Esta persona podía ser la que había dejado al grupo de Lulune en este estado? . –

– Dijo que envió monstruos hacia aquí, pero puede que solo los monstruos lo hallan seguido. – pensó lefiya. – Espera. – Estas diciendo que los monstruos te siguieron, ¿Verdad? – Los monstruos te siguieron y se toparon con el grupo de Lulune, ¿Verdad? . –

– ¿Ah? – Que tan mal entendiste lo que dije. – Dije que los envíe aquí porque ellos entraron en este lugar. – Dijo el hombre. –

– Entonces, ¿esto es obra tuya? . – Sí, y bueno. – Si quieren preguntar porque, simplemente, no tengo obligación de decírselos. – Pero como ya estoy harto de estar aquí, los dejare escapar. – Largo. . – ¿Quién te has creído? – Te partiré la cara. –

– Quieres probar tu fuerza, ¿cachorro? – El hombre se burló. – La cara del hombre se frunce con una mueca divertida que solo se ve en su rostro, y bete salta. – Su cuerpo fue impulsado. – Su pierna derecha se levanta y da una patada. – Entonces el hombre golpea la pierna que viene a toda velocidad con su puño, y la pierna de bete cambia totalmente de dirección. – La protección de su pierna se rompe y el impulso que tenia su cuerpo se pierde mientras cae al suelo. – Cae, gritando de dolor. – Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah. –

– El ruido de su voz deja impactado al resto. – El hombre, se rio con suficiencia. – A quien le quieres ganar con esa fuerza, ja ja ja. – Te crees muy fuerte, pero, eres basura. – Anda y sigue jugando a tu aventura, cachorro. – El hombre se estaba burlando de bete, sin dejar de poner esa sonrisa de superioridad. – Bete rabia, apretando los dientes, e intenta dar una patada, pero el hombre sostiene su pierna. – Su mano se clava en el suelo mientras presiona la pierda de Bet. – ¿Que estas tratando de hacer? – ¿Quieres que te mate? – Por primera vez, Bete parece aterrado. – El hombre que estaba de rodillas, aprieta mas fuerte la pierna de Bete haciendolo gritar otra vez. – Aaaght. – El grito de Bete sono espantoso. . – Aaaaaaaa . – Grito de dolor. – ¿Te duele? – Agth. – Vamos dime si te duele. – ¿Quieres que te quite la pierna? – Agth. – Te matare. – jajaja... ¿Cómo puedes decir algo así en este momento? Eres idiota. . – El hombre apreta mas fuerte la pierna de bet. – Te arrancare la pierna. – No te preocupes, sera un solo jalon. – jajaja. . – No lo hagas. – Alguien quiso gritar desde atras, pero por alguna razon. – Nadie era capaz de moverse. – maldi - to. –

– Bueno. – No me culpes si tu amiguito de abajo queda medio partido en dos. – Ojala haya algun mago que sepa como restaurar eso. – Jajaja. . – Noooooooooooooooooo. – Tu. – Ya fue suficiente. – Falgar se pone de pie en ese momento. . –

– ¿Quieres tomar su lugar? El hombre alza mirada, que lo congela. . – Sus piernas dejaron de moverse. . – Su cuerpo se rindió totalmente cuando miro a través de esa mascara. –

– ¿Quieres morir primero? – Soltando la pierna de Bete, el hombre se pone de pie y toma la lanza dorada. – Le dije a sus amigos, que no los mataría, pero, parecen que ustedes desean morir. – La lanza se prende en llamas. – Primero miro hacia adelante. – Todos estaban inmobiles. . –

– ¿Que piensas hacer matarnos a todos? Pregunto Asfi. –

– Eso es lo que debo hacer, ¿Verdad? . – Despues de todo. – Ustedes son enemigos. – Pero, no tengo ganas. – Quizas, solo me divierta hasta que mueran. – Dijo el hombre sonriendo con los dientes mostrandoce. . – Luego, Mirando a bete, dice. – Oye cachorro. – ¿Que dices tu? – Te hare el favor de ayudarte en tu retiro. – Quemare todas tus extremidades hasta hacerlas cenizas. – Así no tendrás que volver a avergonzarte frente a otros. – ¿Dime, quieres eso? – Bete aprieta los dientes. –

– ¿Qué paso? ¿Por qué tan callados? – El hombre ríe con suficiencia. – La lanza que tiene en la mano es apuntada directamente hacia donde se encontraban Asfi y los otros. – Parece que este ya se rindió. – ¿Qué tal ustedes? – ¿Quieren morir? . – El rostro del hombre aun sonreía mientras estaba apuntando la lanza que ardía en llamas. – Pero, nadie dijo nada. –

– Entonces leves pasos se escuchan atrás del hombre. – Eran Thane y Meryl. – Estaban a pocos pasos, mirándolo fijamente. – El hombre se da vuelta y mira en su dirección. – Veo que estas... , El hombre es interrumpido. – La pared de musgo se rompe de un lado y sale de ella una chica con cabellos rojos. –

– H... aft. – La chica se detiene cerca del hombre de la tela negra, y luego, Aiz aparece. – Pisa el suelo y mira en la dirección donde ambos estaban. – Bete estaba en el suelo. – Se encontraba sosteniendo ambas piernas de forma dolorosa. – Una de sus piernas estaba sangrando, y la otra tenia marcas de urdiduras. – Eran los dedos del hombre que habían deformado el metal cuando presiono la pierna de Bete contra el suelo. – La mirada de Aiz, queda fija en él, y en esos dos que estaban delante. –

– Aiiiiiiiiiiiiiiiz. – Lefiya grito. – Aiz. – Princesa. – Princesa. – Aiz. – Todos los demás susurran como si hubieran visto a la persona que los salvaría. – Sin embargo, aiz no estaba prestando atención a los que susurraban su nombre. –

– Pensé que dijiste que querías pelear sola con ella, Revis. – Cállate. – ¿Acaso no puedes? – Cierra la boca. – ¿Quieres que te ayude? – Te dije que no necesito tu ayuda. – Dice Revis. –

/ Revis es la chica de pelo rojo, una de las antagonistas de la novela dungeon no deai wo motomeru sword oratoria. /

– La lanza del hombre pierde las llamas doradas que lo cubrían, y entonces la coloca aun costado como un bastón. – Ah. – Mirándolo de esa manera, Aiz empieza de dolerle la cabeza. – ¿Que? – Aiz. –Princesa. –

– Aiz cae de rodillas. – El paisaje de un infierno rojo de llamas, aparece ante sus ojos. – El lugar estaba repleto de figuras negras y sangre roja que parpadeaba con un color intenso por las llamas. – ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? –

– Aiz baja su espada, y se sostiene la cabeza, apretándola fuertemente. – Y grita. – Queeeee eeeeees. – Ah. – Duele. . –

–Mirando a Aiz débil. – Revis sostiene su gran espada negra. – Y ataca a Aiz. – Pero entonces. –Espera. – Maldito, ¿Por qué me estas deteniendo? . –

– Atacar a un enemigo que está en medio de una crisis emocional, no es algo honesto. – Dice el hombre con una sonrisa. – Me importa una mierda sea honesto o no. – Cálmate, o quieres que te inmovilice yo mismo. – Ca...Cabrón. – Dijo Revis, bajando su espada. –

– Bueno, aventureros. – Es hora de despedirnos. – Dentro de poco, ire a la superficie. – Destruire esa horrible ciudad suya. – ¿Qué? –

– Acaso todos aqui son idiotas. – Ya lo dije. – Los matare si aun se encuentran ahí. – Este mundo no le pertenece a ustedes los humanos. – Devolvere al mundo a sus verdaderos dueños. – El hombre sonrie. – Los monstruos controlaran la superficie como hace miles de años. . – El silencio llena la sala por un par de segundos. – El hombre mueve su lanza y dice algo. – Las palabras son dichas en un dialecto inentendible. – Luego, apuñalando el suelo, el hombre perfora parte de la tierra bajo sus pies. – Bueno, Nos vamos. –

– ¿Qué? Lefiya susurra. – Todos parecen sorprendidos. – Tomaste la semilla, ¿Verdad Revis?. – Sí. – Al piso 59, ¿Verdad?. – Por que lo dices en voz alta. – Nada especial. – El hombre alza la mirada. – Los mira a todos y rie con suficiencia. – Antes de irme quizas su amigo necesite esto. – Dice El hombre de la capa negra, tirando un par de botellas de vidrio. –

– La próxima vez que nos veamos, de verdad los matare. – Así que espero que no se lanzan como idiotas para atacar. – Espero que me diviertan al menos un momento. – Así, por cierto. – Me pueden llamar Shiro. –

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