– Por alguna razón los jubilosos ruidos de guerra habían callado. El sabor desabrido en las gargantas, eran como un trago lato de agua estancada. –
– Empezaron los primeros ruidos de espadas, y los empíricos aventureros, sentían que todo lo que los nombraba había decaído. Un peso echado por un inescrupuloso ser los había tirado. –
¿Dónde están las personas que pueden echar esta llama oscura al olvido?
– Mientras cada uno era golpeado por las rocas que defendían a Shiro desde lo alto, todos ellos pensaban, ¿Dónde están aquellos? –
"Ayudenmeeee!!". – El grito de clamor de un aventurero hizo trepitar las piernas de Aiz. Sabía que era una línea de defensa, importante, pero ver tal acto. Era demasiado para que ella olvidase a sus compañeros cayendo en su delante. Sin embargo, Finn no dejaría que se aventurase ahora. –
– El éxito dependía de que tanto aguantaran hasta que el ataque Final de Riveria y Lefiya les diera si no era la victoria, al menos una oportunidad para tenerla. Que la gloria no se escurriera de entre sus dedos dependía del batallón que se enfrentaba a Shiro no caiga antes de que el hecho sea consumado. –
– Sintieron la mirada de Shiro, viendo que los miembros más fuertes aún no se habían movido. Eso hizo que Shiro enfocara una necesaria atención en ellos. –
"Nuestra flecha aún no está lista para dispararse", Grito. – "Traten de mantener alejado al enemigo".
Con la orden, todos se dispersaron.
"Era lo que esperaba", dijo Bete. Aunque no podía ganar, tampoco le gustaba el no hacer nada.
"Muy bien", dijo Shiro. "Al fin siento que esto está yendo como quería".
El mundo es obsecuente con los fuertes, y déspota con los endebles.
"Ataquen", se escuchó. Los más fuertes despedían el asalto del cinturón rocoso. Las rocas volaban y la expedición estaba sobrepasando el juicio impuesto.
Shiro parecía haberse esperado los sucesos que estaban aconteciendo. Su rostro no había cambiado desde el inicio, como Finn lo esperaba. Era obvio que no había nada a que temerle. Ese era su visión.
Como las notas cayendo, la melodía del horror empezó luego de la caída de los aplausos rocosos sobre el sedimento.
Se toco la melodía de la desesperación.
"¡Deténganse! ¡No se dejen tocar!".
"Protejan a Riveria y Lefiya".
Las brazas tocaron hasta el rincón parvo de las fisuras. Egoístamente las brazas no se llevaron las vidas de nadie, sino que los dejo la suficiente mente heridos como para que no pudieran moverse sin que sintieran un horrible ardor. El acto ejecutado fue uno muy perverso. Pero aun así tenían que continuar.
Con la mitad del cuerpo quemado Finn dijo que deberían solo el equipo principal debería de estar preparado para dar su ultimo suspiro. La vida debía tener la llama, el fragor, de rugir incluso en su último momento. Sin embargo, ahí en lo alto aun destellaba algo. Varios de los miembros mas fuertes de su propia familia.
Tiona y Tione. Gareth y Aiz, incluso algunos de grandes facciones que se habían unido para subyugar a la tan esperada continuación del mito.
"¡Aun no!", Había voces de exclamación.
"Bien", dijo él. Shiro estaba bastante impresionado. – "No pensé que aguantarían esto", les dijo él. Habia un pequeño sonido siniestro bajo su tonada.
Sacando su lanza dorada le declaro la guerra a la superficie.
"Deseo librarlos de sus metas inalcanzables, o hacer que las toquen sí es que son capaces de frenarme. Así como la pesadilla los espera solo unos pisos más abajo, sí es que quieren tocar la copa deberán de superarme".
En medio del discurso de Shiro, Finn pensó que estaba pasando realmente por su cabeza. Sin embargo, nada se le vino a la cabeza. Lo único que era seguro era que era peligroso, y demasiado poderoso como para que haya alguien capaz de enfrentarlo.
Lo noto. Aiz era muy lenta, Gareth muy débil. Los combos consecutivos de Tiona y Tione parecían perderse en el aire. Sin embargo, había algo raro.
Con una mano desvió el filo de la espada de Aiz, con una pierna hecho al suelo el hacha de Gareth. Empujo el brazo de Tione para hacer que choque con el de Tiona, y además de eso habia golpeado a Bete para luego lanzar alguna especie de onda de choque.
Expulsando a todos del campo de visión.
Su defensa era demasiado perfecta y sus técnica de combate una de una forma inexpresable.
Eso sí no fuera por....