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Chan es un fantasma.
Minho se muda a un nuevo departamento.└◌───❀*̥˚ ──◌────❀*̥˚┘
—Es una lástima, que Jisoo haya fallecido.
—Sí, es aún más triste que tengamos que vender este lugar.— Dijo el segundo hombre, guardando las cosas del departamento en cajas de cartón. —Un departamento en un barrio de primera clase, pero con el interior de un anticuario.
El hombre más alto se encogió de hombros.
—Cuando vaciemos va a parecer cualquier otro departamento del edificio, ahora a limpiar.
Chan, por su parte, miraba todo desde una esquina, completamente desconcertado.
Jisoo le había dicho que cuando muriera, le haría compañía en el departamento, para burlarse de cualquier persona que se mudara al—ahora— inhabitado departamento, para hablar por las noches y sobre todo, para que Chan no se sintiera solo, pero ahora, no se encontraba ni un rastro de ella, se fue al hospital y después vinieron al departamento docenas de personas vestidas de negro, algunas llorando, algunas haciendo bromas, otras en sus celulares, y después de unos días, estos dos hombres habían comenzado a sacar las pertenencias de Jisoo.
Ni siquiera vino a despedirse, quizá encontró a un grupo de fantasmas más interesantes que él, y que Jisoo se había quedado con ellos.
Antes de vivir—o mejor dicho, existir.— con Jisoo, había estado en una casa familiar, a las afueras de Hongdae, un matrimonio sano y estable, tres niños y dos perros pequeños, al ser Bang un alma bastante ligera, ninguno de ellos había notado su presencia, hasta que un día, por una torpeza de un segundo, soltó un sonido de asombro al hojear uno de los catálogos de cocina que el señor de la casa compraba mensualmente.
—¿Oíste eso Nara?— Dijo uno de los niños, abriendo sus ojos de par en par. —Alguien dijo algo.
—Basta, es tu imaginación.—Contestó la niña.
Cuando voltearon a la cocina se llevaron una gran sorpresa, Chan, quien se había congelado en su lugar, sostenía la revista, haciéndola parecer como si flotara.
Después vinieron los gritos, los llantos, las pesadillas de los niños, el sacerdote bendiciendo la casa y por último, la mudanza.
Chan era completamente inofensivo, y le pareció una aberración que la familia entera se haya mudado solo porque un sacerdote cuarentón dijera "Hay una presciencia malvada aquí."
Bang no era malvado, al contrario, cuando los niños olvidaban alimentar a los perros de la casa, él lo hacía para evitar que los regañaran, ¿Y qué obtuvo de vuelta? Ser llamado una presciencia repugnante. Bien le había dicho Hyunjin, el fantasma de al lado, que las familias grandes eran un dolor en el trasero.
¿Saben que era aún más un dolor en el trasero? La soledad que se sentía en la casa desde que la familia se fue.
Y es que, a Chan jamás le gustó la soledad, aveces siente que murió por culpa de ella, noches en vela mordiendo sus uñas, con más frío de lo normal, pensando en que quizá nunca iba a ser amado, en que quizá las barreras que había construido alrededor de su corazón eran demasiado altas, demasiado gruesas.
La soledad que se sentía en su vieja alcoba era nada a comparación del frío y del dolor que sentía en esa casa inmensa.
Así que se fue, y en un mercado local cerca de Gangnam, dentro de una floristería al otro lado del aparador, encontró a Jisoo, la dulce, misteriosa, y gentil Jisoo.
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«Why Not?» - Minchan OS
Fanfiction-(••÷[ 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠 𝑀𝑖𝑛𝑐ℎ𝑎𝑛 ]÷••)- →𝘌𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘢𝘥𝘢𝘱𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘦𝘤𝘦𝘯, 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘳𝘦𝘤𝘩𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳𝘢́𝘯 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘢...