miradas 𖤐 brightwin .

obra teatral.

number two.
"when Bright was Win's Romeo."

—Bueno, tal vez, si lo miro con más frecuencia... —suspiró mientras se frotaba el rostro con las manos, frustrado, eso también lo delataría según internet.

Él no podía estar enamorado, definitivamente no, se rehusaba a estarlo, no ahora que probablemente estaba en la cúspide de su carrera y su pasión por la música le estaba trayendo grandes proyectos.

Apagó el computador con desgano mientras se reclinaba nuevamente en el respaldo de su silla rotatoria y se cruzaba de brazos. ¿Cuando había comenzado todo eso?

Recuerda vagamente que conoció a Win en un casting para la obra teatral Romeo & Julieta remasterizada; la trama en general era la misma: una historia de dos jóvenes enamorados que, a pesar de la oposición de sus familias, rivales entre sí, deciden casarse de forma clandestina y vivir juntos; sin embargo, la presión de esa rivalidad y una serie de fatalidades conducen a que la pareja elija el suicidio antes que vivir separados; la única diferencia, y quizá una bastante grande, era el hecho de que ambos protagonistas eran hombres, este hecho daba paso a más conflictos debido a la manera de pensar que la gente tenía sobre las parejas homosexuales en esos tiempos.

La idea era buena, pero aún no lograba comprender porque razón tuvo que audicionar para el papel principal, ni mucho menos porque aquel apuesto chico de leyes también lo hizo. Como era de esperar ambos compartieron el protagonismo, siendo Win el hijo de los Capuleto y él el de los Montesco.

La gente había armado un revuelo después de que la noticia sobre la obra que ambos casanova de la Universidad protagonizarían. Por alguna extraña razón su popularidad despegó bastante, y no le desagradaba, pero le parecía hostigante la manera en la que toda la institución creía que Win y él eran pareja.

¡Jamás interactuaron fuera de los ensayos! ¿Por qué entonces todos parecían empeñados en juntarlos?

No tenía la más mínima idea, pero un buen día Metawin decidió acercarse a él con el propósito de entablar una amistad, no se negó, después de todo el chico no le hizo nunca nada, pero aquella espontánea amistad le trajo como consecuencia... esto.

Negó con fervor poniéndose de pie con lentitud, observando su al rededor, como si todo pareciera producto de un sueño —o una pesadilla en todo caso—, caminó hacía su cama con toda la intención de dormir y olvidar aquello.

Sí, definitivamente no se podía enamorar.