El castigo Anhelado

Pt. 2

De buenas a primeras, ella dice :

¿Te vas a quedar a cenar? Podemos hacer algo rico de comer, ¿Qué dices?

¿Algo rico? ¿Que hay en el menú?- Con una mirada llena de lascivia inquirió.

-Todo lo que quieras, hay mucha carne si deseas, añadió ella mientras se tocaba las piernas.

-¿Carne, dices? Me agrada, soy adicto a ella.

¿Ah sí? ¿Qué tanto?

-Si veo el corte de carne le digo que tanto, ¿Qué opina?

-Hmmmm, entiendo, ya veo.

Sin previo aviso, él arrojó su mano sobre las piernas de ella, las tocaba suavemente pero con deseo mientras la miraba a los ojos sonriendo de manera pervertida. Eso intensificó la tensión, la temperatura en el aire, ambos hicieron un silencio, se sentía como la lujuria hablaba, como hasta las mismas paredes gritaban que ellos debían llevar a cabo lo que ya era obvio.

Mike tomó la iniciativa, se abalanzó sobre ella besándola. Diana fue tomada por sorpresa mientras estaba embobada mirándolo, sentía el deseo, la suavidad de cómo el besaba, mordía, chupaba esos labios; las lenguas de ambos se encontraban, ellas, danzaban el baile de la pasión al ritmo del deseo. Los besos eran húmedos de parte de ambos, sonaban cuál música que inspira al pecado de la carne, de momento, ella se trepó sobre él tomando el dominio, con sus brazos envolvió el cuello de él, lo besaba de manera dominante, no fue mucho tiempo para que ella entre sus piernas sentí era como algo debajo del pantalón se ponía duro, palpitaba también. Ella decidió que debía desvestirlo en el sofá, dejarlo en ropa interior solamente. Como toda una mujer llena de experiencia, procedió a desvestirlo, sin ninguna dificultad, tal y como ella quería solo quedaba él en ropa interior con un bulto erecto entre las piernas. El optó por desvestirla de igual forma.