Sin embargo fue detenido por ella, cuando dijo:
- No, no, no, marinero, no es usted quien dirige el barco.
Ella pensó que lo que quería hacer lo haría en la bañera, era aquí donde todo debía tomar lugar, decidió que debería ir al baño para tomar la ventaja, dijo:
-Querido, dame unos momentos mientras voy al baño, ¿ok?
-Por supuesto, tomate tu tiempo, no me iré a la calle desvestido -añadió de manera chistosa.
Ella fue al baño, se quedó solo con la tanga que llevaba puesta, abrió la ducha, se mojó toda, después de que llevaba varios minutos asegurándose de que estaba lista, llamó a Mike, él escuchó pensando que había pasado algo aproximándose así al baño, cuando vió la escena, la erección tomó lugar nuevamente pues; completamente estaba ella mojada en camiseta blanca que tenía un toque transparente, sus pezones se visualizaban a través, sus perforaciones en ellos también, tenía unas tangas rojas que contrastaba con su clara piel, el quedó como un niño entusiasmado admirando su plato de comer en la mesa listo para devorar, ella fue quien aproximó hacia él para besarlo, el no dejó esta vez que ella lo dominará pues procedió a regresarla a la bañera, la besó, se subió una pierna de ella a su cintura, la acorraló en la pared, los besos sonaban por todo el lugar, la tensión entre ambos subía más y más.
Mike removió de una vez por todas el t-shirt, vió los anhelados pezones rozado con las perforaciones, estaban jugosos, erectos, con gran deseo comenzó a chuparlos mientras ella se excitaba; gemía como todo un puta cuando sentía cada chupón, cada uno era más duro que el anterior, sentía cada lenguada más excitante aún. Ella pensaba : ''¡¡ maldición!!! Este si que sabe como juguetear con ellos, en años había tenido tanto placer '' ella gemía gritando: '' ¡¡ahhhh!!, ¡¡que rico papi!! '' no te detengas '' ¡¡me encanta!!!
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El castigo Anhelado
ContoUna visita esperada por Diana durante un mucho tiempo, un jovencito perverso más soledad para ambos, estos son los elementos para el castigo tan anhelado, las apariencias pueden engañar así que no te confíes de ella, placer inesperado es lo que grit...