Run

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Yoongi aparecía de visita cada que tenia tiempo (o eso fingía), Taehyung seguía teniéndole miedo, con algo de histerismo tal vez, la verdad era que Yoongi le daba impresión. Lo tenia algo desquiciado, era un ser muy bello en realidad, tranquilo, relajado e incluso con modales, parecía un Príncipe (lo cual era, por ahora). Tae, en su ausencia, se dedicaba a analizar el rostro y, a veces cuerpo, de Yoongi con detalle. No se atrevía  a dibujarlo, temía invocar algo o a alguien mas. Su familia creía que estaba todo bien, el seguía rezando siempre, a toda hora, pero la realidad era otra: Yoongi no era de hablar mucho, aunque Taehyung era alguien realmente curioso (cosa que se le limitaba al ser de familia fanática religiosa) así que todo el tiempo hacía preguntas o se le quedaba mirando fijamente, de reojo, hasta que Yoongi se cansaba y le contaba sobre él, su reino, el infierno, el mundo... todo lo que Tae desconocía y más. 

Yoongi amaba eso, amaba el brillo de Taehyung en sus ojos mientras él paseaba por su habitación husmeando y le relataba historias o simple conocimiento del mundo, a veces solo se sentaba en una esquina a observarlo y el menor le hablaba de él; eso lo relajaba, deseaba oír hablar a Taehyung todo el día. 

El príncipe candidato a Rey nunca había tocado a Taehyung más que esa vez en el baño como susto, nunca se había acercado a más de un metro, siempre era cortes y nunca le hacía nada malo, así que Tae empezaba a creer que el Vampiro no era lo que decía ser... Los vampiros mataban, torturaban, succionaban sangre, eran Demonios de la noche, y aun así Yoongi era tan normal y bueno. 

A veces, en la noche mientras Tae dormía, él aparecía en su cuarto y le dejaba flores y notas. Taehyung creyó volverse loco, porque no podía ser que un chico como Yoongi le pareciera tan... atractivo y lindo. Era la verdad, con el era tan dulce...

ㅡ Hmm... Yoongi Hyung. ㅡCreyó ahogarse en su saliva cuando oyó ese "Hyung", ya no aguantaba la tortura llamada "No poder follarte y corromperte". Quería hacerlo, con todo su ser, pero era paciente y no quería que Taehyung lo odiara. Dejo la biblia que estaba leyendo con diversión y miro al menor que estaba en su cama con el pijama que siempre usaba: pantalones largos y sueltos y una remera mas grande que su existencia. Esa maldita remera...

ㅡ Dime, Taehyungie. ㅡEl menor se sonrojó, no se acostumbraba a aquello. El mayor solo sonrió contento ante lo que le generaba.

ㅡ S-si tu eres un Vampiro... ¿Por qué no me muerdes? ㅡAhí estaba esa pregunta. Yoongi se quedó observando al menor con seriedad y meditación en sus ojos, tanto tiempo que a Taehyung casi le da un infarto del miedo.ㅡ L-lo siento si te he-he ofendido...

ㅡ Hum... Taehyung, ¿Tú te consideras atractivo? ㅡLa pregunta resonó en toda la habitación. ¿Tenía que contestar?ㅡ Responde. ㅡEra paciente, pero ya se estaba agotando.

ㅡ S-sí... ¿P-por qué? ㅡYoongi cerró los ojos, inhaló profundo y se paró en dirección al menor. El de piel canela seguía ahí, tieso y con algo de miedo al sentir como el colchón se hundía a su lado, por el cuerpo del mayor.ㅡ ¿Hyung..?

ㅡ Creo que eres precioso. ㅡSe apoyó en ambas manos sobre la cama, a los costados de las de Tae, inclinándose hasta la cara de éste.ㅡ Si fuera por mí, te hubiese chupado la sangre el primer día que te encontré. ㅡSonrió ante la incredulidad del rostro frente a él.ㅡ Pero hay limites, Taehyungie, y sé respetarlos... Sé que me tienes miedo ㅡObservó sus labios entreabiertos, respirando con dificultad por el temor.ㅡ, así que no voy a hacer nada que no quieras...  ㅡSe acercó aún más a su rostro, rozando los labios de uno y el otro, pero solo pudo besar su mejilla caliente, posándose ahí un minuto largo y cruel. 
Se despidió de Taehyung con un susurro y desapareció (o eso parecía).

Esa noche el menor no pudo dormir por todo lo que su cabeza divagaba, ¿Le parecía atractivo Yoongi? Sí, ¿Estaba bien?... ¿No? No sabía qué creer, sus padres le habían enseñado tantas cosas y, de un día para otro, todo eso se veía desmoronado. Tener sexo estaba mal, incluso el deseo, pero él quería saber que era la experiencia de tenerlo y cómo se sentía. Tocarse estaba mal, no debías profanar tu cuerpo, pero... había una delgada línea que lo estaba llevando a querer intentarlo. Yoongi podía verlo en sus ojos, de a poco toda esa pureza e ingenuidad se estaban extinguiendo. Le encantaba ver como su pequeño se desenvolvía extraño. Cómo se miraba al espejo, completamente desnudo... Sus dudas lo estaban asfixiando y estaba listo para disiparlas. 

Royal Blood | Taegi•YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora