Capítulo 3.

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Jungkook corría a toda prisa por las calles de Busan, sintiendo la brisa chocar contra su rostro mientras gotas de agua salpicaban sus tenis color blanco cada que pasaba por algún charco.

Su primer día, el primer día de clases y estaba por llegar tarde, se maldecía a sí mismo por no poder hacer algo bien, ni siquiera algo tan sencillo como levantarse temprano.

Siempre era lo mismo.

La universidad le quedaba a 10 minutos en auto, por lo que tuvo que acelerar sus pasos para poder llegar a tiempo.

Entró jadeante por la puerta principal del instituto, sintiendo ese pequeño ardor colocarse en su garganta y pulmones por la falta de aire.

Observó todo a su alrededor, aquel edificio era sumamente grande además de lujoso, tomando en cuenta que ese espacio era exclusivamente de oficinas.

Colocó su tarjeta de identificación en el lector que se encontraba frente a él y una luz que se encontraba en rojo cambió repentinamente a verde, accionando la puerta automática permitiéndole el paso.

Se quedó sin aire, no lo podía creer, cuando pasó por la puerta que se había abierto hace un instante, sus pupilas se dilataron y un sentimiento de nerviosismo recorrió cada espacio de su cuerpo.

Era enorme.

Frente a él se encontraban varios edificios esparcidos por todo el campus, mientras que bajo sus pies, todo el piso estaba cubierto por cesped perfectamente cortado.

Parecía una ciudad llena de vegetación, muchos árboles y flores. Era hermoso.

El cielo pintaba un color gris en las nubes, anunciando de poco a poco una repentina lluvia. El clima era frío y el aire se colaba por cada fibra de su ser, haciendo que una ligera niebla descendiera por la ciudad.

Comenzó a caminar por uno de los muchos caminos de piedra que lo conducían al edificio en el que iba a tener su primera clase.

Mientras continuaba su recorrido, a un costado de él, una escultura de lo que Jungkook supuso, había sido el fundador de la universidad, se encontraba tallada en piedra.

Apresuró el paso y al llegar, jungkook subió las escaleras, su salón se encontraba en el cuarto piso, iba a llegar tarde.

El chico sentía las gotas de sudor bajar por su rostro mientras un hueco de nervios se hacía presente en su estómago.

Los pasillos eran realmente largos y a los costados se encontraban casilleros perfectamente colocados. Parecía como una película.

El pelinegro tomó aire y golpeó un par de veces la puerta del aula 302.

Al instante un hombre de traje, relativamente joven abrió la puerta observándolo con indiferencia.

—Llegas tarde chico.— Dijo éste despectivamente.

—L-lo siento, no v-volverá a
pasar.— Dijo Jungkook casi en un susurro mientras agachaba la cabeza y comenzaba a temblar.

—Eso espero.

Jungkook pasó frente al docente y al instante sintió como todas las miradas se clavaban como una daga sobre él.

Claramente él no pertenecía ahí.

Todos los chicos lo miraban de arriba a abajo, sus zapatos que en un momento fueron blancos, ahora se encontraban cubiertos de lodo, al igual que la parte inferior de su pantalón.

El pelinegro sentía sus mejillas encendidas de color rojo mientras caminaba a un asiento que se encontraba en la esquina del aula, escondiendo sus manos dentro de su sudadera y con la cabeza gacha.

"Qué raro es"
"¿Qué hace él aquí?"
"Mira su ropa"

Los alumnos murmuraban todo tipo de comentarios despectivos sin importarles que jungkook los escuchara.

—Creo que te equivocaste de universidad amigo.— Un chico alto de piel blanca, claramente deportista se dirigió al pelinegro con una voz burlona.— Espero y no quieras robarme.

Un bullicio de risas se hicieron presentes en el aula mientras todos festejaban lo que el alumno había dicho.

Se daba lástima a si mismo, fue absurdo pensar por un momento que todo iba a ser diferente, pensó jungkook mientras se encogia en su lugar y su respiración comenzaba a acelerarse.

Jimin:

Su corazón latía de felicidad, era su primer día de trabajo y estaba emocionado.

Un día antes, Jimin había colocado todas sus pertenencias en orden y acomodado su traje perfectamente planchado a un costado de su cama. Quería que todo fuera perfecto.

Ahora se encontraba justo en la puerta de su nueva oficina.

Era sumamente grande y espaciosa.
Al igual que la oficina donde había sido su entrevista, ésta se encontraba cubierta en su mayoría por estantes llenos de libros; Todos y cada uno de los muebles que ahí se encontraban estaban hechos de madera tallada a la perfección.

En el centro se encontraba un escritorio con una placa en color oro con las palabras "Lic. Park Jimin" en cursivas color negro.

Frente a éste, un sillón color chocolate de textura aterciopelada se colocaba perfectamente alienado sobre la alfombra color vino que cubría cada espacio de aquella habitación, además, un par de cortinas de apariencia canela cubrían aquellos ventanales que daban visión a la parte más bella del campus, los senderos.
Daba una sensación de calidez.

En un abrir y cerrar de ojos, Jimin ya se encontraba dentro de aquella habitación observando cada detalle, al mismo tiempo que terminaba de instalarse acomodando sus pertenencias sobre el escritorio.

Posterior a ello, sentó en la silla que estaba detrás del escritorio y comenzó a mirar su celular.

Jungkook:

Las horas pasaban y lo único que deseaba más que nada era salir de ahí.

Las primeras clases había terminado, pero aún faltaba una más y apenas era el primer día. No podía concentrarse, por más que lo intentaba, lo único que hacía era tratar de retener las lágrimas que amenazaban con salir.

Los chicos se la habían pasado molestándolo y juzgandolo por la manera en que iba vestido.

Todos los presentes en esa aula, y en general en la facultad eran gente de dinero, llevaban ropa de marcas muy caras y el hecho de que el pelinegro no se viera como ellos eran razón suficiente para molestarlo.

El resto de la clase se la pasó dibujando al final de su cuaderno, tratando de ignorar a las personas que se encontraban junto a él, Al final de cuentas, ya estaba acostumbrado.

Al pasar los minutos, sus párpados comenzaron a pesar, estaba por quedarse dormido, hasta que un sonido hizo que reaccionara de inmediato.

El timbre sonó, por fin.

Jungkook tomó su desgastada mochila y con rapidez salió de ahí, corrió lo más que pudo, quería que el día terminara ya. Estaba cansado.

Jimin:

El tiempo había transcurrido de forma tranquila. Hasta el momento, ningún alumno se había aparecido en las 4 horas que llevaba ahí, pero a pesar de eso, lo estaba disfrutando.

Sabia que era el primer día y se requería tiempo para que algun estudiante necesitara su ayuda o un espacio para hablar, además, realmente tenía trabajo, los directivos le habían pedido entregar un par de documentos importantes lo antes posible, así que sin más preámbulo, colocó su computadora en el escritorio y empezó a escribir.

Pasados unos minutos, el rubio comenzó a sentir un poco de hambre y recordó haber guardado un paquete de galletas en su portafolio antes de salir de casa.

No tenía intenciones de ir a una de las tantas cafeterías de la universidad, se sentía cómodo en su oficina, y ya habría tiempo para hacerlo.

Las horas pasaron y sin darse cuenta, había llegado el tiempo de irse.

Con calma tomó sus cosas y se subió a su auto aparcado cerca de la entrada.

Había sido un buen día.

Safe With Me [Jikook/Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora