Cortos Rusmex [Terminada]

Тянуть?

— Te pregunto a ti, Estados Unidos Mexicanos, ¿Aceptas a Federación Rusa como tú legitimo esposo? —

— Si, acepto —

— Y ahora te pregunto a ti, Federación Rusa, ¿Aceptas a Estados Unidos Mexicanos como tú legitimo esposo? —

— Acepto —

— Muy bien, por favor, traigan los anillos... —

Alemania y Chile, quienes eran los padrinos de anillos, pasaron juntos al altar y entregaron los anillos al padre, para posterior regresar a su lugar, no sin antes felicitar a sus amigos.

— Digan sus votos matrimoniales — pidió el padre

— Yo, Estados Unidos Mexicanos, prometo amarte apasionadamente, en todas las formas ahora y para siempre, prometo nunca olvidar que este es un amor para toda la vida y saber siempre que, en lo profundo de mi alma, no importa qué nos pueda separar, siempre nos volveremos a encontrar el uno al otro — habló México, mientras le colocaba el anillo a Rusia

— Y yo, Federación Rusa, prometo ayudarte, a amar la vida, a tratarte siempre con ternura y tener la paciencia que se requiere, hablar cuando sea necesario y a compartir el silencio cuando no, a estar de acuerdo sobre los pasteles y a vivir en la calidez de tu corazón que siempre será mi hogar — ahora habló Rusia, mientras también le colocaba el anillo a México

— Y por el poder que la iglesia a mí me ha otorgado, yo los declaro esposos — los aplausos no se hicieron esperar de parte de todos los presentes — Puede besar al novio — finalizó el padre mientras cerraba su Biblia

Rusia sin dudarlo, se acercó hacia México y lo besó apasionadamente, mientras los demás presentes aplaudían y uno que otro silbaba, en señal de que todos estaban felices por la nueva unión entre ambas naciones.

Después de aquello, los ahora esposos salieron por la puerta de la iglesia, en dirección hacía donde comenzaría la fiesta mientras eran seguidos por los demás.

Ya en la fiesta, todos se acercaron a felicitar a la nueva pareja, dándoles un abrazo y un pequeño presente.
Los hermanos de México estaba literalmente encima de el, unos se encontraban llorando de felicidad a ver a su hermano; y una de esas personas era su padre, España, quien no contuvo la emoción al ver a su hijo totalmente de blanco, recién casado.

— Ya jefe, no llore... — habló el mexicano acercándose a su padre

— No puedo evitarlo México... — le respondió mientras acariciaba la mejilla de su hijo — Siempre soñé con que alguno de ustedes se casará, pero tal parece que yo no me preparé del todo y ahora, se me hace muy difícil ver cuánto han crecido. Pareciera que apenas ayer eran unas pequeñas colonias traviesas y ahora, una de ellas se está casado con el amor de su vida —

— Ay 'apa... Me va a hacer llorar — habló México mientras se lanzaba a abrazar a su padre, quien no dudó en corresponder aquel abrazo. Y seguido de eso, todos se lanzaron a abrazar a su progenitor, mientras reían y algunos otros lloraban.

Y mientras tanto Rusia, se encontraba con sus hermanos y sus padres; si, padres.

— ¡Muchas felicidades Rusia! — llegó su pequeña hermana, Bielorrusia, a abrazarlo

— Gracias Bela — le respondió Rusia, mientras correspondía aquel abrazo

— Muchas felicidades hijo — llegó su padre, URSS, junto con su pareja, Third Reich, quién también lo felicitó