Dibujé un corazón en el cristal mojado. Y bufé con cansancio. Venir a Londres, en contra de mi voluntad...No era uno de mis mejores planes en ese momento. Y más, cuando Derek estaba apunto de pedirme por fin, para ser su novia.
— Cariño, deja de suspirar,Londres es un sitio muy bonito —dijo mamá, con su típica voz de todo va a estar bien.
No contesté, no tenía ganas de discutir con ella ahora.
Mamá era una mujer muy bonita, no aparentaba tener treinta y ocho años. Parecía mucho más joven, y no me parecería excesivamente raro que la confundieran con mi hermana mayor. Nuestra historia no es nada drámatica que se diga, lo típico, mamá y papá se pelearon cuando yo tenía seis años, se divorciaron, pero no tenemos ningun rencor a papá. Lo veía cada fin de semana, pero ahora sería mas díficil. También tenía a mi hermano, Alex, de catorce años, el cual papá tenía su custodia.
Mamá conoció a un tal James, muy guapo por cierto, y calleron enamorados. Me pareció bien, es decir, James es buen chico y hacía feliz a mamá. Pero entonces, cuando me anunciaron que se casarian, y que nos iríamos a casa de James, en Londres, a vivir. Allí entonces, comencé a odiar a James.
En España tenía una vida, amigos, mascotas, familia. El echo de no volver a ver a Olivia, mi mejor amiga. Todos mis amigos y amigas. A Derek, el chico por el cual estaba locamente enamorada. Alex, mi hermano, el cual mi padre tiene la custodia. Helen, mi hermanita de dos años, que es hija de mi padre y Elena, la mujer de mi padre a la cual también extrañaré y la cual me enseñaba un poco de francés. Y Mellisa,Jamie y Wendy, mis amigos de teatro...
Todo.
— No te preocupes por los amigos, James tiene una hija, que se llama Danna, es muy buena, tiene tu edad, seguro que os llévais genial..
— Lo que me faltaba, una hermanastra que me odiará.
Mi madre rió.
— Cariño, esto no es como las peliculas. Danna no te va a odiar, está muy ilusionada de tener una hermana —dijo mientras conducía.
<<Eso es lo que dicen todas...>>
Había leído muchas novelas, y en todas, la hermanastra era una pija estúpida que te hacía la vida imposible y...
<<Enna, no es una novela, tal vez la chica sea buena...>>
— Ya llegamos —sonrió—. Te pasaré a recoger.
Asentí y bajé de el coche. Caminé tranquilamente hacía el porche de la casa de mi mejor amiga. Toqué el timbre, la puerta se abrió apenas tocar el timbre.
— ¡Hola, Enna! —mi amiga me abrazó fuertemente.
— Hey —susurré correspondiendo a su abrazo.
— Entra he encargado pizzas...
Me abrió la puerta y entré.
— ¡SORPRESA! —gritaron todos mis amigos sonriendo alegremente, con una gran pancarta que decía ''Te extrañaremos, enana''
Sonreí abiertamente, derrepente se comenzó a escuchar música y todo el mundo vino a abrazarme.
— AY, no puedes irte, pequeñaja —me susurró Alaska, una gran amiga.
La apreté fuertemente.
— No quiero irme —suspiré.
Después seguí abrazando a mis amigos, asta que Derek se acercó a mi. En mi corazón revolotearon cientos de mariposas locas, con sólo verlo.
— Enna... —me sonrió torcidamente.
— Hola, Derek. —sonreí como toda una enamorada haría.
Me abrazó a el y yo le correspondí con mucho gusto.
— Te quiero... —suspiró en mi oído.
Cerré mis ojos fuertemente queriendo congelar el tiempo, y quedarme así toda una vida.
Cuando nos dejamos de abrazar el agarró mi mano y me llevó lejos de la multitud. Nos encerramos en el baño.
— No quiero que te vayas, no ahora que estaba decidido a algo que llevo queriendo desde que te vi... —se acercó a mi—. Quería que fueras mi chica, besarte... No puedes irte.
Poco a poco cerró la distancia que nos unía, uniendo sus labios, con los mios.
Al principio me quedé en shock, pero luego timidamente llevé mis manos a su nuca y lo acerqué mas a mi, profundizando aquel deseado beso. Se separó de mi un segundo y me susurró a un centimetro de mis labios.
— Quédate conmigo.
Lo volví a besar, sin creerlo.
¿Cómo me hacía esto, ahora que me iba? No podría olvidarme de el sabor de sus labios, o de su cara a tan pocos centimetros de la mia. O como sus manos estaban en mis caderas.
— No puedo. —musité casi sin aire cuando volvimos a separarnos—. Quiero, pero no puedo.
Derek juntó su frente con la mía, sus ojos marrones me miraban, cohibiendome.
— Se mi novia —su voz estaba ágitada.
— ¿Qué? —pregunté sorprendida.
Me dió un beso corto, yo estaba en una nube.
— Se mi novia —repitió.
— ¿C-cómo si me voy a Londres?
— Me da igual, hablaremos por skype, por mensaje... Te quiero, y ahora que lo sabes no quiero perderte.
Simplemente le besé, su lengua y la mía jugaron, las dos algo tímidas. Lo acerqué mas a mi si eso era posible.
— ¡Parejita, vamos, estamos por vosotros! —alguien tocó a la puerta haciendonos sobresaltar.
— ¡Si, ya va! —contestó Derek—. Joder.
Le sonreí y me atreví a darle un muy corto beso antes de salir trotando del baño, como una niña feliz.
N/A= Siento las faltas que pueda haber en el capítulo, poco a poco prometo mejorar<3