Mientras el almuerzo se llevaba acabo y Hijikata aún no daba sus luces, Kondo se consumía en una duda tan grande que sentía ahogarse. Observó a el oficial Okita, comiendo tranquilamente como todos los días y no pudo soportarlo más.
—Sougo.... ¡Oye! —le dijo en susurros, no quería que los otros se enterasen.
—¿Eh? —respondió Okita con esa tierna mirada, digna de un demonio—. ¿Pasa algo Kondo-san?
—Bueno... —respondió rodando la mirada—. ¿Tú también escuchaste esos ruidos en la noche? Parecía un fantasma, ¿Crees que sea hora de volver a llamar a un exorcista?
—¿Uno ruidos? —repitió elevando la mirada. Al instante comprendió a qué tipo de ruidos se refería el gorila—. ¡Ah, esos ruidos!
—¡Sí, sí, esos! —dijo Kondo, más animado por no haber sido el único en escucharlos—. Parecía que estaban aplaudiendo.
—Sí, eso parecía —afirmó Okita, en el preciso instante en que Hijikata llegaba y tomaba asiento frente suyo y al lado de Kondo—. Pero capitán, no era un fantasma ¿Verdad, Hijikata? Los ruidos de ayer no eran de ningún fantasma... Sólo eran aplausos, ¿Verdad, Hijikata?
El azabache pegó un brinco, con ese brillo carmín en los ojos de Okita entendió que al menos él sabía lo que había pasado la noche anterior y que lo extorsionaría por un buen tiempo. Totalmente nervioso se llevó su taza a los labios y dio un buen sorbo.
—Sí, eran sólo aplausos... — formuló dando por terminada esa conversación.
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¡Neko! ━ GinHiji
RomansaNuestro trío favorito tomó el trabajo de un gato extraviado, y Sakata Gintoki hizo de las suyas para terminar en el lugar menos esperado en todo el mundo. ⚊¡¿Cómo coño una persona se puede parecer a un gato?! ⚊ reclamó el vice comandante del Shinsen...