5. Nuestra isla.

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—¿está todo amor? –pregunta Ana sujetando una maleta con una mano y a su hija con la otra.

—creo que si –responde la rubia con una maleta en la mano derecha y los pasaportes en la izquierda, sale por la puerta de su piso mientras Ana llama al ascensor.

—Luna que nos vamos de vacaciones –le dice Ana mientras bajan en el ascensor, la pequeña rubia ríe.

Las tres chicas van con una sonrisa hasta que llegan al portal de su edificio, lleno de periodistas.

—amor... está el taxi fuera ¿verdad? –pregunta Ana, Mimi asiente, mira a la rubia pequeña y le da un beso en la mejilla pegándola más a ella misma instintivamente.

Siguen andando hasta la puerta, en cuanto Ana sale los periodistas se empiezan a acercar, al menos no demasiado, seguramente porque la morena lleva a la niña en brazos.

Ana se limita a contestar alguna pregunta mientras anda hacia el taxi, que como dijo la rubia estaba en la puerta.

Se mete directamente en el coche con su hija en brazos, dejando a la rubia y el conductor con las maletas.

—eres demasiado pequeñita para esto –susurra Ana a la de ojos verdes.

—al aeropuerto por favor –dice Mimi en cuanto se ha montado en el coche, Ana sonríe.

Ana va mirando por la ventana mientras entretiene a Luna y habla con su hermano por whatsapp, ellos ya están en el aeropuerto.

Cuando llegan a este otra vez las puertas están repletas de periodistas, Ana suspira sacando a su hija de la silla del coche que llevaba el taxi, la rubia le da un beso en la mejilla a su madre que hace que esta sonría, agarra una de las maletas y espera a que su mujer la siga para entrar en el aeropuerto.

Esta vez la rubia pasa primero contestando algunas pocas preguntas como antes hizo Ana, mientras la morena se dedica a entretener a su hija.

Cuando entran al aeropuerto y los periodistas no las pueden seguir se relajan, prácticamente en la entrada de este están esperando Amaia, Alfred, Marta y el pequeño Lucas que tiene unos meses más que Luna.

La pequeña de rizos es la primera en verlas, las mira sonrientes saludándolas con una mano.

—¡Tita Ana vamos a montar en avión! –dice Marta emocionada mientras se abraza a su tía Ana ríe.

—si vamos si –dice está mientras Marta le da un beso en la mejilla a su prima.

Después de los saludos y los abrazos, pese a que solo hace dos días que no se ven, van hacia la entrada para poder coger su vuelo y llevarles a su destino de vacaciones.

—¡mami! –dice Luna todo el rato mirando a la otra rubia de ojos verdes de la familia, esta se acerca a su hija cogiéndola en brazos llenándole la cara de besos.

—hoy estás especialmente guapa –le dice Ana sin apartar la vista de su mujer.

—muchas gracias, tú también –le responde Mimi riendo, Ana también ríe, dándole un beso a esta.

—a ver chicas por favor, los besos después, que según sois os perdéis –dice Alfred mirando a las chicas estas ríen al igual que el moreno y es que todos saben, que tiene razón.

El momento de los controles con niños pequeños es el más estresante, sin contar los periodistas a la salida de su casa y la entrada al aeropuerto.

—Se está quedando dormida –dice Mimi riendo, están esperando a que sea la hora de que salga su vuelo y abran las puertas de embarque sentados en las sillas del aeropuerto.

¿Y ahora qué? // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora