Letra B: Bebé

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Aomine Daiki estaba nervioso.

Pues hoy era el cumpleaños número 29 de su novio Kagami Taiga.

El regalo que tenía preparado para esta noche era muy especial. Esperaba que el pelirrojo llegara en unas horas de su viaje a Estados Unidos y eso le daba el tiempo suficiente para ir a la pastelería de su amigo Murasakiraba y comprar uno de sus famosos pasteles.

Dicho y hecho, compró el pastel favorito de Taiga, y unos mini pastelitos que estaba comiendo por el camino al centro comercial donde compraría una cajita donde guardar el preciado regalo y unos cuantos detalles más.

Para cuando el pelirrojo llegó a casa, se sorprendió al ver un gran pastel en la mesa con unas velas con 29 en ellas y una cajita de tamaño pequeño esperando por él. Y por supuesto, a un costado y viéndose hermoso se encontraba su moreno.

Tras un sonido de un bolso pesado cayendo al piso, Kagami se acercó y atrapó su chico entré sus brazos, para luego besarlo con fuerza, labios siendo maltratados y lenguas reconociéndose después de semanas separados.

Cuando se separaron, ambos estaban acalorados y respirando agitados. Se sonrieron y a pesar de que Kagami en este instante preferiría ir camino a su habitación a hacer cosas más interesantes, Aomine se veía particularmente nervioso y supuso que se trataría del regalo sobre la mesa.

–Sopla las velas, Taiga. Y no olvides los deseos.

Sin canción de feliz cumpleaños –Aomine sabe que al otro no le gusta cuando le cantan– Kagami se acercó y pensó en su deseo y posteriormente sopló las velas.

–¿Qué se siente estar viejo? –Preguntó Aomine burlón.

–Muy gracioso, Aho. Ahora dame mi regalo.

Una expresión nerviosa cruzó el rostro del moreno, pero tomó la caja. Kagami alzó las manos para tomarla pero fue jalado a una de las sillas donde lo instaron a sentarse. Curioso, miró al peliazul pero este le entregó su obsequio.

–Ábrelo.

Kagami no comentó nada y simplemente abrió la caja. Frunció el ceño al encontrar solo un papel doblado, el cual sacó y se puso a leer.

Mientras leía su boca se abrió sorprendida y miró al moreno que miraba a otro lado con el rostro sonrojado.

Se levantó de un salto y abrazó a su chico con fuerza y lágrimas de alegría. Sentía sus mejillas doler de la enorme sonrisa en sus labios. Aomine de pronto se sintió tan emocionado como él, riendo y llorando como no había hecho en demasiado tiempo.

Por fin lo habían conseguido, después de tantas negativas, finalmente iban a ser padres.

En el papel ahora olvidado, la adopción de un bebé, decía APROBADO.

Un bebé venía en camino.

Espero que les haya gustado, siento que este me quedó más flojito :c

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Espero que les haya gustado, siento que este me quedó más flojito :c

Si tienen alguna sugerencia para la letra C, será bienvenido!

Bye!

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