Y después del frío invierno, llegó la primavera.
Las flores empezaron a brotar, y con ellas las emociones del corazón de la princesa. Esta no quería esperar en su castillo para ser conquista, sino que sería ella misma la que fuese en busca de su príncipe.
Por el camino se cruzó con muchos lobos interesados,como es evidente porque son lobos, solo querían su carne. Pero eso a la princesa no le interesaba, ni un segundo se distrajo con ellos.
Ella solo quería a alguien que la valorase por lo que realmente era, una persona que a pesar de ser princesa era bastante tímida y que confiaba poquito en ella misma, pero una princesa con muy buen corazón y con una sonrisa siempre para los suyos.
Ella solo quería un príncipe que la apoyara siempre, que fuese bueno, la tratase como se merecía y la diese muchos abrazos. Porque al fin y al cabo, los abrazos son para el alma, lo mismo que el aire para los pulmones y que los libros para el cerebro, cosas que damos por sentado que siempre vamos a tener pero que realmente valoramos como se merecen cuando nos son arrebatadas.
ESTÁS LEYENDO
Little talks with The red cheeks girl
PoesíaPequeños relatos e historietas en formato poesía, o al menos esa es la intención.