Desperté sintiéndome mal todavía, pero no le hice caso a mis malestares y fui a asearme. Cuando me dirigí a la cocina Phany y William ya estaban desayudando, tocino con huevos revueltos, una tostada y jugo de naranja, era mi favorito así que me imaginé que los hizo William.
―Buenos días Phany.―Dije sirviendo jugo de naranja en mi vaso.
―Buenos días.―Respondió ella bostezando.
―Buenos días, amor.―Le dije a William a lo que él respondió con un dulce beso, y Phany rodó los ojos.
―¿Adivina quién hizo el desayuno?―Preguntó Phany mientras yo llevaba una porción de huevos y tocino a mi boca.
No me dio tiempo a responder cuando la comida que estaba por tragar me provocó un malestar terrible que salí corriendo al baño a vomitar.
―No sabía que me había quedado tan horrible el desayuno.―Dijo Phany con cara de asco al escuchar como devolvía hasta lo que no me había comido.
―No creo que haya sido por el desayuno, digo, cocinas malo, pero no es para tanto.―Respondió William con cara graciosa levantándose de su asiento y dirigiéndose hacia el baño.
―Ja ja, muy gracioso.―Contestó Phany siguiéndolo hasta el baño para ver qué pasaba.
Cuando William y Phany llegaron al baño me encontraron lavando mis dientes, me sentía cansada y muy mareada, pero no les iba a demostrar eso. Me preguntaron si estaba bien, a lo que respondí que sí; querían llevarme al médico, pero les dije que estaba bien y que solo era toda la comida que había devorado la noche anterior. Me maquille un poco para que no se note lo pálida que estaba, Phany y yo fuimos a la repostería y William fue a dar sus clases de música.
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Eran las tres en punto de la tarde, no había querido almorzar nada por miedo a que me den nauseas otra vez, pero el olor a huevos y harina que había en la cocina de la repostería me estaban haciendo una mala jugada; me senté un rato a descansar y en eso entra Phany a la cocina y me mira preocupada.
―¿Estás bien?―Pregunta ella preocupada, a lo que yo asiento con la cabeza.―Te noto pálida y cansada, ¿Segura que estás bien?―Insistió tomando mi cara con sus manos.
No me dio tiempo a responder con una afirmativa cuando todo en mi cabeza dio vueltas y después vi todo negro. Cuando desperté note que estaba en la habitación de un hospital con un suero intravenoso puesto; me moví un poco y en eso se levanta Phany de una silla que estaba justo al lado de mi cama.
―Dios, Frida que susto me diste. No vuelvas a hacer eso por favor.―Dice ella con tono preocupado.
―¿Qué pasó?―Pregunté con voz seca.
―Te desmayaste, y dale gracias a Dios que estaba yo ahí, porque el golpe que te hubieses dado no sería muy bonito.―Dijo con tono preocupado.
―¿Dónde está William?―Pregunté al no verlo por ningún lado de la habitación.
―Claro, yo te salvo la vida y ni un gracias.―Dijo rodando los ojos.
―Gracias, Phany.―Dije con voz cansada―Ahora, ¿Me podrías decir donde esta mi esposo?
―Ya, no te pongas de mal humor, solo bromeo contigo; tu querido esposo se encuentra atascado en el transito, salió para acá desde que lo llame pero todavía no ha llegado.
Phany no había terminado de hablar bien cuando vimos a William asomar su cabeza por la puerta de la habitación. Nos miró y las dos sonreímos para hacerle saber que todo estaba bien.
―Y hablando del rey de Roma.―Dijo Phany con tono chistoso.
William le dedicó una sonrisa y luego se acerco a donde yo estaba.―Estaba muy preocupado, te dije que debíamos traerte al médico temprano, pero la señorita terquedad no quiso.―Dijo William sonando cansado, parece que no tuvo un buen día.
―No lo creí necesario, amor.―Dije un poco apenada, sabía que si hubiese venido temprano esto no estaría pasando.―¿Qué te sucede amor?―Pregunté preocupada al observarlo distraído.
―Me conoces bien, no puedo mentirte; hoy no ha sido un buen día para mí, primero mis dos chicos estrellas pelean y deciden abandonar las clases de música, con eso la participación del concurso de talento, segundo me llaman de emergencia para decirme que mi esposa se había puesto mal, tercero el transito estaba de la madre hoy y cuando decido salir del taxi porque ya estaba cerca del hospital y podría venir caminando piso caca de perro, ¿En serio? ¿Caca de perro?―Se dejó caer en un sofá que había cerca y respiro muy profundo para intentar calmarse, Phany y yo lo miramos con una sonrisa triste.
―Amor, por mi no te preocupes me encuentro estupendamente bien. En cuanto a tus alumnos estrellas no te preocupes demasiado ellos se darán cuenta de todo lo que van a perder si abandonan ahora sus clases de música, además ninguno de esos niños podría vivir sin ti, tú llegaste a ellos como su salvación y has hecho que dejen completamente las calles, ya verás que van a volver, y sobre la caca de perro, allí está el baño ve a limpiarte.―Dije para que se calme e hice una seña a Phany para que le diga algo a su primo.
Phany se acerco al sofá y se sentó al lado de él, le tocó el hombro y le dijo:―Frida tiene razón primo, esos chicos van a volver, ellos te adoran y no te dejaran así no más, solo son jóvenes que se enojan por nada pero desde que se les pase irán corriendo a que los dejes volver, ya verás. Y por favor ve a limpiarte esa caca de perro, estas apestando toda la habitación.―Después de decir esto último todos reímos, William se levantó y se dirigió al baño no sin antes pronunciar un:―Las amo chicas.―Dicho esto cerró la puerta del baño.
La puerta de la habitación se abrió y entro una chica que parecía de mi edad vestida de doctora, se acerco y nos brindó una sonrisa bastante cálida.
―Qué bueno que ya estas despierta, soy tu doctora Raquel, Raquel Molina.―Dijo la doctora con un tono muy amable.―Mientras estuviste inconsciente te sacamos muestras de sangre para saber el motivo de tu desmayo y te realizamos más estudios para descartar cualquier enfermedad. Todo hasta ahora ha salido muy bien, así que por los síntomas que presentas puede ser un posible embarazo o solo te cayó mal algo que comiste. Vuelvo en media hora con los resultados, sigue mejorando, adiós.―Y con todas las dudas que tenía en mi cabeza simplemente se fue, vaya eso fue raro.
―¿Embarazada?―Phany y yo miramos a William que venía caminado hacia nosotras en estado de shock.
―No puede ser posible, yo me he estado cuidando bastante bien.―Dije sin comprender la situación.
―Los métodos anticonceptivos no son cien por ciento confiables, eso lo sabes Frida.―Dijo Phany con cara de no creer lo que estaba pasando.
Los tres esperamos que pasara la media hora sin decir ninguna otra palabra, cada quien estaba sumergido en su propio pensamiento. De a ratos veía como William sonreía y negaba con la cabeza, se que quería tener un bebé pero no hablábamos mucho sobre ese tema, no obstante Phany se encontraba sin ninguna expresión en su rostro, no podía creer lo que estaba pasando, ella siempre me decía que tenía que tener un bebé primero que yo, ya que me case primero que ella, pero sé que en el fondo se encontraba muy feliz. En cuanto a mí, estaba normal la noticia me llegó de sorpresa pero como dijo la doctora sólo era una posibilidad y no era totalmente seguro, tendría que esperar los resultados.
―Aquí traigo tus resultados Frida.―Dijo la doctora de una vez que entró a la habitación.
Nos dio una mirada a todos y cuando su mirada se encontró con la de William esta abrió los ojos con una gran sorpresa y estos se llenaron de lágrimas, Phany y yo nos miramos con sorpresa a lo que la doctora con voz temblorosa dijo: ―¿Carlos, eres tú?.
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Tú Eres, Mi Más Hermosa Realidad.
Roman pour AdolescentsHola, mi nombre es Frida Morris hoy les quiero contar como mi querido esposo y yo morimos.... Es broma, pero si les quiero contar la historia de todo lo que tuvimos que vivir por una chica demente que pensó que mi esposo era "su novio muerto". Prime...