Aquel chico de pelo negro me quedo mirando atónito, tal vez le sorprendía lo que le había dicho, tal vez no lo esperaba de mí.
Desde que llegué a la fogata que organizo el estúpido de Aiden, estuve sola donde no había mucha gente, un chico de cabello y ojos negros se me acercó. Me preguntó por un chico, después por que estaba sola y si tenia novio.
La única opción que tenía en ese momento para quitarlo de encima, era decirle que no me gustaban los hombres, su rostro no tenía precio y fue muy difícil controlar mi risa.
—¿Probaste con un hombre y el desgraciado era tan terrible que no te gustó y repudias a toda la población masculina?
Negué con la cabeza mientras le daba la espalda. Dyland White tenía algo que sencillamente me hacía una gelatina, yo era muy confiada, me gustaba jugar, pero Dyland me hacía dudar de mis movimientos.
Pero si él me hacía voltear el mundo, ¿entonces por que le dije que era lesbiana?
Fácil, a mi me encantaba jugar.
—¡Hey! — gritó para alcanzarme, no lo mire seguí dándole la espalda. Tenía que hacerlo pensar que no me afectaba en nada su actitud de chico malo misterioso, pero había algo más en esa fachada. Y yo iba a averiguar que era.
—¿Y ahora qué?
—Para ser un licántropo eres muy despistada— abrió su puño cerrado y mostró las llaves de mi motocicleta.
Demonios. ¿Cómo no me di de cuenta que se me habían caído? Era prácticamente imposible que eso me pasara.
—Gracias—dije con desagrado.
Dyland sólo levantó una ceja como si le sorprenderá mi actitud, tal vez estaba acostumbrado a que todas quedarán embobadas con cualquier cosa que hiciera, pero conmigo tenía que ser un experto. Yo no caigo tan fácil. Él se volteó y poco a poco fue desapareciendo entre la multitud que rodeaba la fogata.
Sentía una extraña vibración en mi cuerpo, me quedé mirando en la dirección donde él se había ido, con una pequeña esperanza de verlo o saber dónde estaba. Nada.
Aún no me había transformado y no tengo mucha diferencia con los humanos, por eso no podía seguir su olor, pero mis reflejos eran extraordinarios.
Yo no era muy sociable, ni siquiera recuerdo bien a mis padres, los perdí siendo muy pequeña. Estuve en hogares sustitutos y fue espantoso, me escape de casa y conocí a un grupo de jóvenes totalmente fuera de todo lo que los humanos entendían, ellos eran hombres lobos y yo era uno de ellos. Nunca me acomode muy bien entre los humanos, eran muy hipócritas, egoístas, estaban llenos de ideas llenas de maldad y codicia, capaz de arruinar un país y un pueblo con tal de llenarse los bolsillo.
Me monto en la motocicleta y voy rumbo a un refugio donde pasaría la noche con la mayoría de los lobos que hoy no harían guardia.
No éramos una manada, en cualquier momento nos podíamos ir, estábamos juntos y siguiendo las órdenes de Aiden sólo por cuestión de sobrevivencia, los lobos viven en manadas. Tienes que unirte a una, no puedes ser un nómada, nosotros rompíamos un poco las normas nos hacíamos pasar por manada, pero todos los días se iban grupos de personas a buscar sus caminos y todos los días llegaban nuevos a reemplazar a los viejos. Era un ciclo sin fin.
°°°
Aiden nos despierta apenas el sol sale, hacía un frío que parecía interminable, para los ya transformados, no sentían ni pizca de frío, en cambio los Novatos como yo, estábamos deseando que el sol pegara más fuerte y así quitar el frío.
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Metamorfosis
Werewolf"Tiene unos ojos que gritan peligro, y unos labios que tientan a pecar" Portada hecha por @KeniaOlan