III

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                                                      Querida Romina:

Hoy he llegado tarde a la escuela, 

iba caminando apurado, 

y entonces,

escuché que gritabas mi nombre. 

Me volteé con una sonrisa, 

y entonces te vi.

Y esa sonrisa,

al verte tan mal,

tan triste,

con lágrimas en tus ojos,

se desvaneció.

Lejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora