La sombra del viento

Capitulo 1: Las dieciséis primaveras

Cuando me despierto miro por la ventana  y me doy cuenta de que en ese  día de primavera  los árboles están cubiertos por polen y en los campos hay flores de todos los colores y formas. Todas llenas de vida y luz. Siento como el viento me acaricia la cara y juega con mi pelo.

A muchas personas no le gusta el viento, pero el viento es especial, dice muchas cosas aunque nunca habla. Espero que el viento continúe todo el día, por lo menos hasta que terminé mi fiesta de cumpleaños para celebrar mis 16.En estos momentos desearía tener una hermana mayor, para que me contará los errores que ella había cometido en su fiesta y no cometer yo los mismos. Pero mi hermana murió cuando yo solo tenía 5 años, aunque era pequeña me acuerdo  de que me ayudaba y defendía .También recuerdo que me leía cuentos todos los días antes de dormir. Siempre hacía cosas por mí con una sonrisa en la cara, pero yo varias veces la oí llorar en su habitación.

-Alejandra- Grita mi madre desde la cocina interrumpiendo mis pensamientos.

Al llegar a la cocina me da una caja de zapatos, unos preciosos zapatos crema de tacón. La abrazó y le doy un efusivo abrazo.

Entonces  miró los ojos de mi madre, tiene los ojos llorosos, tiene los mismos ojos expresivos que tengo yo. Esa siempre será la mayor herencia que tendré de ella..

-De nada cariño, ahora termina de prepararte o llegaras tarde.

Tengo ganas de preguntarle qué sucede, pero sé que me mentiría, así que prefiero quedarme con la duda. Me preparo, me visto con el uniforme del colegio, un polo blanco con una chaqueta color azul y una falda gris por encima de las rodillas, un uniforme común.

Cuando llegué a la clase me esperaban  Amanda, ella es una chica estudiosa, siempre sacaba buenas notas, pero no por ello no tenia vida social, era una fiestera en toda regla; también estaba Rocío, ella era la típica chica mala, pero cuando la conoces te das cuenta de que en realidad es una chica cariñosa que solo usa una barrera para protegerse.

-Hola chicas-. Dije con una gran sonrisa.

Ellas me señalaron el reloj, llegaba tarde, como siempre, menos mal que el profesor que nos tocaba era el profesor Davidson, y siempre me perdonaba todo, era extraño porque a los demás les gritaba y no podían entrar.

-Buenos días profesor- Dije rezando a todo dios existente para que no me dijera nada por mi pequeño fallo, y así no arruinar mi cumpleaños.

- Buenos días señorita Alejandra, feliz cumpleaños.- Me respondió.

-Gracias profesor Davidson-  Eso me extraño, porque yo jamás le había dicho cuando era mi cumpleaños.

Al terminar la clase de matemáticas Amanda y Rocío se acercaron donde yo estaba. Primero habló Amanda.

-Feliz cumpleaños, ¿Qué tal, ¿ Ya sabes dónde va a ser la fiesta?, ¿sabes la lista de invitados?, ¿Qué vas a servir?, ¿ Dónde lo vas a comprar?- Y así una infinidad de preguntas con una rapidez, de que si no la conociera no habría entendido ni una sola.

-Deja a la pobre chica en paz, ya hablaremos de eso el jueves y el viernes, apenas es martes así que descansemos un poco.- Dijo Rocío en mi defensa,

-Podemos quedar el Jueves y empezar a organizar todo y el Viernes ya terminamos.- Ellas estuvieron de acuerdo en mi propuesta.

Después de otras 5 horas de clases llegue a casa, allí me esperaban todos mis familiares, mis padres, mis abuelos, mis tíos, mis primos, tanto hermanos como segundos y como terceros.

Después de comer, una rica lasaña, de darme los regalos y de partir una deliciosa tarta de chocolate y nata se fueron mis familiares a sus respectivas casas. Cuando empecé a recoger mis padres me hablaron:

-Cariño, necesitamos hablar contigo.- Me dijeron con una cara muy seria, cara que me preocupo.

Hola, espero que les guste esta obra, os dejo la foto de los zapatos que le regalaron sus padres a  Alejandra, si les gusta comente para saber que les gustó y que no y así poder saber que les interesa.