-¡Empezamos!- Samantha asintió ante la orden del director, colocándose detrás de los mandos de las luces, un trabajo sencillo y muy gratificante pero que no permitía ni un error. Samantha se ajustó las gafas y fue difuminando las luces hasta que recibió la señal de que había aparecido la protagonista.
Colocó los focos en Eco, que estaba vestida con una simple toga blanca, con las mejillas mojadas por las lágrimas. Estaba en la escena final, consumiéndose en la cueva.
El silencio absoluto se adueñó de la escena y solo se escuchaba la voz de Eco "... Qué tonta, que tonta" repitiendo las últimas palabras que había escuchado. La actriz miró al cielo y cayó al suelo, mientras las luces se apagaban lentamente.
-Va bien Samantha, me gusta que sea simple, un final sencillo pero chocante a veces es lo mejor--apuntó el director.Samantha asintió de nuevo con una tímida sonrisa mientras se fijaba en "Eco" que recibía algunas instrucciones de otro actor. Quizá era su especial mirada lo que le había hecho fijarse en ella especialmente, queriendo hablarle. Cosa que obviamente no ocurriría, ella era una who que no podía hablar con la protagonista. Observó el ordenador con el que programaba las luces y lo apagó. Esa era la última obra y por fin podría desaparecer de aquella compañía de teatro. Bueno desaparecer, como si alguien notara su presencia,en ese pequeño espacio entre bastidores.
Cogió su pequeña libreta con apuntes y salió al escenario, donde el director iba a decir la charla de siempre. Mientras hablaba, Samantha se giró a ver el escenario un par de veces. Todos los participantes estaban semiatentos a las felicitaciones e indicaciones del pobre hombre, que estaba emocionado de haber ensayado hoy gran parte de la obra. Samantha se acordó de las gafas y se las quitó disimuladamente, casi con vergüenza. Ja, como si alguien la fuera a mirar. Justo delante suya estaba Eco, que si que estaba atenta a la charla aunque daba pequeños golpecitos con el pié en el escenario, lo que significaba que algo le preocupaba. La verdad es que Samantha había tenido más tiempo del que creía para mirarla y ya le empezaba a pillar algunas cosas. A su lado estaba el increíble chaval que hacía de Narciso. Iba perfectamente con la historia, era increíblemente guapo y bueno... Quizá también un poco soberbio. O eso suponía Samantha.
La especie de túnica que llevaba Eco hacía que se le viese la espalda y estuviese medio descubierta. "Quizá lo que pasa es que esta congelándse" pensó Samantha. Antes de que descartara la idea de llevarle alguna chaqueta, el director se despidió y Samantha suspiró. Llegó al ropero, cogiendo su bandolera y metió las gafas en su funda.
-Que, te ha gustado nuestra cueva?- una de las pocas personas que hablaba con ella, Gerard, un chico que trabajaba en escenografía que se le acercó con una sonrisa.
-Era justo lo que me esperaba de vosotros, es perfecta- respondió.
-Muy bien tus luces también. Supongo. - Samantha asintió antes de despedirse de él y escapar de aquel lugar.
-¡Hey!- un grito le alertó antes de chocarse de bruces con alguien.
-¡Dios! Perdona- La verdad que Narciso o mejor dicho Flavio no era tan soberbio como parecía. Samantha negó, quitándole importancia, levantándose y ofreciéndole la mano a el chico. A su lado iba caminando "Eco" que conectó su mirada con Samantha mientras que esta la apartaba corriendo.
-Gracias eh... - se calló Flavio
-Samantha. Y perdona- murmuró antes de huir de nuevo, con el corazón a mil.
-¿Quién es? - escuchó decir a Eco. Bueno, no podía estar decepcionada, que no se supiera su nombre después de 1 año era incluso normal. Si no esperaba nada, ¿entonces que era aquel sentimiento?
-"Mai, me puedo pasar por tu casa a comer? Necesito hablar contigo"
"Obviamente Sam💘💘💘Ven cuando quieras, mi puerta esta siempre abierta only for you"
Justo eran esos comentarios ñoños los que necesitaba Samantha para sacarle una sonrisa mientras esperaba a que llegaran los últimos pedidos que tenía que entregar. Odiaba tanto la moto azul del restaurante de comida china que se había negado a comprarse otra, a pesar de que eso significara que tuviera que ir en metro o bus por Londres (que tampoco tenía malas conexiones).
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All I wanna hear you say {Samaju}
FanfictionSamantha nunca había creido en las energías pero si lo que le pasaba era casualidad, la verdad que tenía una malisima suerte. Samantha, Eva y Maialen tienen un grupo indie en Londres y tocan todos los lunes y jueves en "The black unicorn" Anaju es...