Supercorp
Kara Darvers sufre una profunda melancolía por tener una discusión con Lena Luthor tanto que la lleva a reducir toda su tristeza en las palabras, donde por cosas del destino Lena encuentra aquellos escritos.
Qué tanto influirá en la jove...
Se levantó del asiento de su escritorio, dirigiéndose al ventanal donde se dispuso a observar la vista, una serena oscuridad con pequeñas luces parpadeantes en la lejanía. Colocó la palma de su mano en el ventanal, donde sintió una impresión por el frió vidrio y a su vez de cierta manera vislumbra su reflejo cansado.
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Suspiro...el emporio que tenía los Luthor era inmenso pero más allá de eso la estaba sofocando su propia vida personal, por una vez en su vida sentía que estaba perdiendo el control...quizás hace rato lo había perdido, tal vez, solo está siguiendo el teatro de ser perfecta cuando nunca lo había sido, continuaba con esa rutina incesante.
Se alejó y dispuso a recoger unos cuantos documentos, tomando su móvil se dirigió a buscar sus pertenencias, un abrigo y su bolso.
Saliendo del edificio, sintió una corriente de aire despeinar su cabello, donde buscó con su mirada si de casualidad aquella brisa tenía un causante conocido, una chica rubia si fuera posible, pero no era alguien, solo era el clima dando un poco de su presencia.
El chófer llegó a los cuantos minutos, disculpándose por el momentáneo retraso, a lo cual ella comentó que no era inconveniente, de hecho era bueno para distraerse un poco.
Ya en el interior dejó su bolso a un lado y con más tranquilidad en el trayecto, sin la ocupación y concentración que tenía, volvió a sentir la pequeña pero no insignificante punzada de dolor en su mano, la observó con detenimiento reviviendo los fragmentos de esa noche y pasando su vista hacia su bolso, estaba intrigada en que debería hacer si continuar o no de leer aquellas palabras de Kara, hasta que su cordial conductor interrumpió sus pensamientos.
Chófer: Señorita Luthor todo bien? Desea que la lleve a algún lugar en particular.
Tardando en responder por el trance que se encontraba, negó con su cabeza.
Chófer: Bien la llevaré a su casa...
Esas fueron las únicas palabras hasta que llegaron a su destino.
Agradeció y le deseo buena noche a su chófer, con calma ingreso al edificio siguiendo su camino al ascensor para llegar hasta su apartamento.
Ingresando visualizo que todo seguía igual de cómo dejó el lugar, resignada se dirigió a su alcoba para cambiarse para poder arreglar el desorden.
Recogido los vidrios y organizado algunos objetos, no tenía apetito alguno pero aunque su cuerpo estaba exhausto por la falta de sueño, no se permitía dormir.
Se dirigió a paso lento hasta el perchero donde estaba su bolso y con cautela sacó aquel preciado objeto, la libreta.
Se dispuso que antes de poder leer alguna página, tenía que buscar alguna botella de vino. Busco en el mueble de licores un vino suave y una copa, dirigiéndose a la comodidad de su sofá.
