La melancolía de un Sol- (Supercorp)

Capítulo 34

No había salido el alba cuando se comenzó a listar, se decidió por un traje negro ajustado al cuerpo con varios compartimientos y botas de tacón bajo, cabello recogido y un maletín pequeño con los objetos que necesitaba.

Le había dado órdenes discretas a todos, a Samantha le había priorizado que estuviera al tanto de la empresa y unos documentos que le entregarán en un día o dos a más tardar, la morena la había cuestionado, pero le expresó que no era nada importante, solo cosas de rutina.

Andrea transmitirá su inauguración el día de hoy de la nueva versión de Obsidiana, así que le expresó su interés que fuera en cierta hora específica, con la excusa que en la tarde el tráfico visual sería mayor y eso beneficiaría a la empresa en la recopilación de datos, su amiga estaba encantada y alegre volviéndose algo irritante comentando que tendrían que celebrar y lo cual, ella asintió siguiendo la corriente para evitar explicaciones.

Maxwell la había llamado emocionado porque el proyecto iniciará y que activaría el dispositivo que habían creado los dos podía funcionar la joven Luthor le explicó los ajustes y demás sería cargo de él.

Suspiro con fuerza y observo el lugar por última vez antes de salir, miro todo con lentitud y pausa memorizando, quizás recuerdo mundanos del sitio que considero estéril, pero si lo miraba con calma tenía ciertas particularidades de ella, algunos libros, sus películas y otros objetos.

Encendió el automóvil negro que estaba en el parqueadero, rápidamente el sonido y la sensación del cuero alrededor de su cuerpo, la pantalla con indicaciones y otros dispositivos, le dió la seguridad y adrenalina de que en verdad había llegado el día de ejecutar su plan, repaso mentalmente todo los pasos que tenía que realizar y los elementos que llevaba, agarró con fuerza el volante y mantuvo la mirada fija en el camino que iniciaría.

La carretera se sentía tranquila y una vista despejada, era un momento que se veía tan bien que distorsiona con los pensamientos que tenía, la alegría que mirar algunos motociclista que encontraban y la rebasaban con su aura, era extraño, su personalidad empática la realidad que sentía que vivía. Una felicidad ajena, pero que motivaba a continuar.

Después de horas de pasar entre el ruido de la urbanización, semáforos constantes, ruido de peleas por choques de tránsito o cambiar alguna que otra vez de ruta por reparaciones en la vía, fue un alivio salir por la vías de carretera a toda velocidad, finalmente se acercaba a un camino rocoso y boscoso, habían cambiado algunas cosas vagamente se veía familiar, era revivir un tiempo pasado. El olor de la vegetación se intensificó a pesar de que varias de las hojas de los árboles, ya estaban descoloridas por la temporada de otoño.

Llegó hasta el final del camino en el cual, el auto podía transitar, el resto se veía maleza que había crecido por descuido alrededor del camino, que indicaba que debía seguir a pie, apagó el motor, revisó su móvil por última vez y tomó el pequeño morral que trajo para salir y comenzar a caminar.

Miro al cielo, ya era pasado medio día, el clima estaba despejado, pero no hacía sol, un punto gris, sin lluvia ni luz solar, un punto etéreo, que la brisa que había le enviaba escalofríos. Lena recordó con malestar.

La última vez que estuvo había sol...hoy, es un ambiente diferente.

Se tomó su tiempo para llegar a la casa hasta el fondo del camino, uno porque estaba evaluando si había alguna arma escondida y viendo todas las rutas de escape y al ver nuevamente la cabaña le generaba muchas sensaciones.

Efectivamente, había pequeños drones salieron sin más así ella, sacó su arma para disparar los objetos voladores cayendo uno por uno, sintió su morral fue arrancado de su espalda y arrojado lejos de su vista, maldecía cuando logró derribarlo.