Sombras Luminosas

Ella

Astrid:

Necesito que te concentres Ast esto es muy serio
- Suspire, sabía sobre todo lo que estaba en juego entre ellos y nosotros era raro que me enviaran a mi a una misión sobre todo tomando en cuenta que recientemente no querían a los Ángeles de alto rango cerca de la tierra.

-Debemos salvarlos Ast ellos los están promoviendo a hacerse daño cada vez más si logramos salvar algún alma podremos tener la satisfacción de decir que les ganamos
-Sabes bien que no podemos intervenir Linch eso es una regla muy sería y existe por una razón, podemos vigilarlos más no intervenir podemos incluso guiarlos pero detenerlos no. - giro los ojos y me miro
-Odio que seas tan correcta a veces - sonreí hacia un centenar de años que Linch y yo éramos amigos y aun me parecía un niño a veces

-Es parte de mi- dije con exageración
-Ahora tenemos trabajo que hacer -Tu tomas un sector y yo tomaré otro después nos veremos aquí y recuerda Linch, no intervengas. - el Giro los ojos pero asintió y desapareció y yo me puse alerta por si veía a algún indeseado. Esperaba tener una noche tranquila así que rogaba porque no fuera así.

Helen:

Un día más en la mierda abri los ojos esperando encontrar a mi madre pero no estaba ahí como siempre no había nada que desayunar así que solo metí mis libros a la mochila y salí a esperar el autobús cuando llegó recorrí los asientos buscando uno libre pero apenas me senté sentí un empujón fuerte

- Pero miren a quien tenemos aquí, pero si es la loca. - gire los ojos ya iban a empezar con su apodo los idiotas
-Se ve más loca de lo que ya estaba no Luis? -
- Si, cada día esta peor ¡veo sombras, veo sombras! - se burló el imbécil y tuve ganas de reventarle mi puño en la cara yo no controlaba mis ataques de esquizofrenia y aveces venían de la nada según los médicos no era nada que no me permitiera llevar una vida normal aunque siempre tenía que llevar una estúpida pulsera con mis datos. Y que también influía en que las personas me vieran con lastima miedo o burla .

- Dime loquita ¿fue tu mamá con las drogas la que te dejó así? - el imbécil de Nathan sonreía con burla aprete los dientes no quería tener otro ataque de ira. Cuando la ira me cegaba me descontrolaba tanto que mi vista se nublaba y hacia cosas que ni yo misma entendía. Los médicos le llamaban ataques de adrenalina y yo estallidos.

-Se está empezando a enojar Nat-llamó Andre que era el único que no estando ellos me hablaba aunque cuando estaban el no hacia nada por callarlos así que no podía considerarlo mi amigo. -Sabes que ella es peligrosa cuando se enoja.
-Tiene razón André, Nat no queremos que la loca se ponga violenta. - llamó Luis
-No le tengo miedo-Suspire esto no terminaría bien.
-Recuerda que necesitas la conducta para seguir en el equipo Nat ya tienes antecedentes - el interpelado giro los ojos ante el comentario de André

-Esta bien, tienen razón. Nos vemos loquita- dijo empujandome de nuevo. André me dio un gesto de disculpa y se fue con ellos. Suspire y me puse los audífonos buscando una canción que me llenará en esos momentos. Escogi obezyanka Nol de tatu. Que me parecía una letra acertada en este momento. Era un mono cero alguien a quien solo juzgaban y señalaban con miedo.
*Justicia para todos menos para los monos.

Era la hija de la drogadicta primero para después convertirme en la loca. El primer episodio lo tuve a los 7 años, los chicos salían y entraban de receso y yo me senté ahí sin más. Siempre habían temido a mis ojos por su color violeta que según leí eran una rara anomalía. Y de pronto la imagen me atacó. Sangre, escuche los huesos de alguien crujir.