West Covina. California. Presente.
“Gustar y Nick en la misma oración”
Desperté una mañana cualquiera, pensando en lo relajante que era sentir el aroma a primavera entrar por mi ventana. Miré mi cuarto, que estaba más desordenado que de costumbre, ya que mis padres no estaban en casa. Mis repisas estaban llenas de objetos inservibles y mi armario estaba entre abierto debido a que la ropa caía de un lado. Miré ceñuda a todas partes, tendría que ordenar antes de la llegada de Patrick y Susan.
Miré mi despertador, que marcaba las seis con tres minutos. Me levanté estirando mi cuerpo para despertar por completo y me dirigí a la habitación de Kathleen, mi hermanastra.
La habitación estaba casi igual que la mía, solo que la de ella era un poco más grande y estaba pintada de un rosa chillón.Comencé a sacudirla porque era muy buena para dormir y no la despertaba nada que no fuera un mensaje de Jack, su novio, por la mañana.
- Kath, ¡Despierta!
- Cinco minutos más, Elaine – dijo ella con los ojos cerrados.
- Vamos Kathleen ya son las seis, ¡KATHLEEN! – era agotador intentar despertarla, siempre era el mismo juego. Resoplé al notar que claramente no tenía intenciones de levantarse.
- Ya, ya voy – respondió sin abrir los ojos.
- Kath, todos los días es lo mismo. Me voy a dar un baño, tú prepara el desayuno rápido ¿Entendido? – ordené caminando al baño. Ella balbuceó algo parecido a un "De acuerdo", que para mí fue suficiente.
Kathleen y yo éramos hermanastras desde hacía seis años. Mi padre, Patrick, se casó con Susan, la madre de Kath, en ese entonces. Lo hizo porque era viudo, mamá murió hace mucho, y no era propio de mí mencionarla.
Esa semana ellos estaban de vacaciones, por lo que Kath y yo teníamos la casa para nosotras solas. Yo la quería mucho, pero a veces era algo odiosa, hablaba de Jack todo el día. Antes cuando ellos no eran novios, pasábamos más tiempo como hermanas, pero últimamente ella se había alejado un poco de mí.-¿Aun no te levantas, Kathleen? – volví a su cuarto, ella estaba con los ojos cerrados, seguramente volviendo a caer en los brazos de Morfeo.
- ¿Qué hora es? – masculló sentándose en la cama para abrir los ojos.
- Las seis treinta, deberías haber preparado el desayuno, Kath – reproché.
- Ya, lo siento, prepáralo tú y mañana lo hago yo, me voy a dar un baño - anunció muy relajada. Claro, porque para eso son las hermanas, para cubrirse. Pero ella se aprovechaba de mí todo el tiempo.
- Bueno, ¡pero me la debes! – grité bajando las escaleras para ir a la cocina.Kathleen y yo éramos como hermana-amigas. nos contábamos todo, salíamos juntas, teníamos una muy buena relación. Aunque sin duda, mi mejor amiga era Brenda, la conocía del jardín de niños y había estado para mí mucho antes que Kath. Gracias al cielo, Brenda vivía a solo dos casa de la mía, no podíamos vivir a mas de cincuenta metros de distancia.
Preparé unos waffles con miel y a las siete en punto Kath salió del baño secando su negro cabello largo. A veces, envidiaba lo lindo que mi hermana tenía el cabello; ella era realmente bonita, delgada de ojos marrones claros y de nariz respingada. ¿Yo? Simplona era la palabra correcta para definirme.
Mientras me cepillaba los dientes, Brenda llegó a la casa como todas las mañanas antes de ir a la escuela.
- ¿Desayunaste? – le dije a la rubia de ojos verdosos cuando la encontré sentada en el sofá de mi sala. No era un lugar muy grande pero era inmensamente acogedor.
- Hummm… no - sonrió.
- ¡Brenda! Ya hablamos sobre esto, ¡tienes que comer algo! – dije pasándole la caja del cereal. Ella metió su mano, saco un puñado y lo enterró en su boca.
- ¡Ahora ya desayuné! – rió con la boca llena de cereal.
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Sí, pero no || 1ra temporada
General FictionLa vida de Elaine Tolley. Esta obra se encuentra en proceso de edición. Esta novela ha sido publicada en esta cuenta con el permiso del autor: Scarlet P. G.