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Zayn deslizó la lengua por sus labios, como pidiéndole que los abriera y, sin pensar, Niall obedeció. Se perdió en el beso como si hubiera estado esperando ese momento desde siempre.

Pero esta vez Zayn no se dejó llevar. Mantenía las manos en su cara, concentrando toda su atención en el beso, lento, sensual. Como si pudiera pasar el día entero besándolo. Y entonces, como había imaginado, oyó el clic de una cámara.

Los paparazzi habían llegado.

Niall se apartó de inmediato. Un minuto antes, Zayn estaba besándolo con tal pasión que apenas podía recordar su propio nombre. Y, de repente, eran el objetivo de media docena de cámaras.

Nervioso, lo único que podía pensar era: «¿Cómo pudo haberme pasado otra vez?».

Cuando se levantó. Zayn se levantó también, poniendo una mano en su espalda. No parecía tan nervioso como el, de hecho, parecía absolutamente tranquilo.

Antes de que pudiera preguntarse por qué, el reportero de un canal de televisión local puso un micrófono en su cara.

—Es la segunda vez en dos días que la atrapamos en una situación comprometida, joven Horan. ¿Quiere comentar algo?

Un segundo reportero, éste menos amable, se abrió paso hacia ellos.

—¿Son ciertos los rumores de un compromiso?

—Eso de «el ultimo buen omega de Europa» debe de haberlo molestado, ¿no? Da la impresión de que se parece más a su madre de lo que nos había hecho creer — afirmó un tercero.

Niall parpadeó, la confusión dando paso a la furia.

El era una persona tranquila, pero todo el mundo tenía un límite y, sin pensar, alargó una mano, dispuesto a quitarle el micrófono al reportero para metérselo por... algún lugar recóndito.

Afortunadamente Zayn no había perdido los nervios y se apresuró a tomar su mano para ponerla sobre su corazón. Y luego, para asombro de Niall, soltó una carcajada.

—Nos han vuelto a atrapar chicos. Lo siento, pero no puedo dejar de tocarlo —declaro Zayn—. Imagino que lo entenderán.

A Niall le parecía que había hecho un milagro con Thais Rotham, pero aquello era increíble. En los siguientes quince minutos transformó a la manada de paparazzi sedientos de sangre en un grupo de cachorros.

Cuando se marcharon, todos con una sonrisa en los labios, los había convencido de que estaban enamorados y, sobre todo, de que la foto del día anterior no era más que un beso entre dos novios.

—No me lo puedo creer —hablo Niall sorprendido—. Los tenías comiendo de tu mano. No sé cómo describir lo que has hecho.

—Inteligente, brillante, inspirado —sugirió él.

Accidental Fiancé | ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora