Natalie.
El timbre del apartamento suena por todo este. Tapo la cabeza con la almohada de la cama y vuelvo a escuchar como el timbre suena una y otra vez.
Tiro la almohada de la cama a un lado de esta cuando el timbre suena cinco o seis veces más y bajo las escaleras del apartamento.
Si yo fuese el que está al otro lado de la puerta saldría corriendo...
En cuanto abro la puerta de la entrada del apartamento, miro con cara de pocos amigos a la chica de pelo castaño que hay al otro lado de la puerta.
-¡Buenos días!- dice doblando sus labios pintados de rosa que forman una sonrisa.- ¿Preparada para la sesión de fotos que le harás a tu ídolo?
Lara entra en el apartamento y camina hacia la cocina del apartamento mientras cierro la puerta de la entrada.
-Primero, no digas buenos días porque está lloviendo- señalo la cristalera descubierta por la cortina negra- y segundo, no me hace ninguna gracia tener que fotografiar a ese idiota porque sino recuerdas mal, hace dos años que ha dejado de ser mi ídolo.
-En tu muñeca no pone lo mismo...- Lara mira mi muñeca izquierda tatuada y miro a la chica con cara de asesina.
-Voy a ducharme porque sino terminaré matándote.- muevo mi pelo hacia un lado ya que Lara ha conseguido ponerme nerviosa y subo las escaleras hasta el piso de arriba.
Aproximadamente quince minutos después, cuando salgo de la ducha, no puedo evitar reír al escuchar como Lara canta la canción que suena de Jason Derulo en la radio.
Lara es mi mejor amiga desde que yo iba al parque de la urbanización a jugar todas las tardes acompañada de mi madre, con mi pelo recogido en una pequeña coleta que estaba sujetada por un lazo azul y vestía un vestido blanco con flores azules. No puedo decir nada malo de la chica de pelo castaño con unos preciosos ojos azules porque sino, estaría mintiendo. Es la mejor persona que conozco y que siempre me ha apoyado en todos los momentos en los que nadie me decía "Continúa, no tiene porque salir mal." o "Puedes con todo lo que te propongas aunque los demás te digan que no." Y si, finalmente, ella tenía razón en todos esos momentos. Gracias a ella pude tener la suficiente confianza en mi misma como para mudarme a Los Ángeles y estudiar fotografía.
Abotono el último botón de la camisa de manga larga blanca y busco con la mirada en uno de los estantes del vestidor mis pantalones lisos ajustados y negros. En cuanto los encuentro, los subo por mis piernas y cojo mis zapatos de aguja negros.
Paso las planchas que hay sobre uno de los muebles del baño por mi pelo marrón oscuro y en cuanto termino, guardo las dos carpetas rosa chillón que hay sobre el escritorio de cristal en mi bolso grande gris junto a mi cartera, el cargador del móvil, mi iPhone y el neceser de plástico que contiene todo el maquillaje que utilizo todos los días que he guardado antes de alisar mi pelo.
Bajo las escaleras del apartamento sujetando con una mano los zapatos de aguja negros y con otra, mi bolso hasta el piso principal del apartamento.
-Si buscas tu maletín está en la mesa de la cocina.- dice Lara desde el otro lado de la barra de la cocina que separa la cocina del salón.
-¿Sabes qué te quiero?- deposito un beso en una de sus mejillas y guardo en el maletín negro mi ordenador.
-¿Nos podemos ir ya? ¡Vamos a llegar tarde al trabajo!- dice Lara mientras me subo a los zapatos de aguja negros.
-No es ninguna novedad que lleguemos tarde al trabajo, en realidad lo sería que llegásemos a la hora como los demás.- digo divertida.
Tapo mis brazos con mi chaquetón corto negro y cojo del sofá mi maletín y mi bolso grande antes de salir del apartamento con Lara y cerrar la puerta de la entrada.
***
Salgo del coche con Lara en cuanto esta estaciona el coche delante de los dos edificios que pertenecen a la revista para la que trabajamos y cojo de la parte trasera del coche mi maletín y mi bolso.
-¡Espérame!- exclama Lara detrás de mi.- ¿Cómo es posible que camines tan rápido con los zapatos de aguja que llevas?- pregunta riendo.
Entro por la puerta grande que hay entre los dos edificios y pulso el botón del ascensor del edificio antes de buscar en mi bolso grande la agenda que había cogido de la mesita del salón antes de salir de casa.
Busco la página del día en el que estamos hoy y, en cuanto la encuentro, miro la hora que aparece al lado del nombre Justin Bieber.
-Gracias por esperarme.- dice Lara entrando en el edificio.
Suelto una carcajada y miro la hora en la pantalla de mi iPhone. Suspiro al ver que ya han pasado cinco minutos desde que tendría que haber llegado el chico y guardo la agenda de nuevo en el bolso.
-¿Qué estabas mirando?- pregunta Lara mientras las puertas del ascensor del edificio se cierran.
-Estaba mirando en mi agenda la hora a la que tenía que estar aquí Justin.
-Por tu cara supongo que ya debería de haber llegado, ¿verdad?- pregunta divertida Lara mientras peina su pelo largo y castaño con los dedos de las manos.
-Has acertado.- digo divertida.
Lara suelta una carcajada.- Los famosos siempre llegan tarde, no te preocupes.- dice mientras las puertas del ascensor se abren en las tercera planta del edificio, en la que se encuentra su despacho.
-Nos vemos después.- digo riendo por su comentario.- Te quiero, no trabajes mucho.- deposito un beso en su mejilla y pulso el botón de la planta más alta del edificio, la planta en la que se encuentra el estudio en el que trabajo, el mismo estudio que ocupa toda la décima planta del edificio.
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¿Perfect Boy?
FanficA mis 16 años voy a mi primer concierto en New York gracias a mi insitencia a la hora de convencer a mi madrina para que me diera la oportunidad de ver a mi ídolo actuar. La cuenta atrás empieza y tengo la sensación de que mi corazón saldrá de mi pe...