Capítulo 7

36.2K 3.2K 365
                                    


Estoy parado en la puerta del departamento de estudios calado hasta los huesos. Apreté la bolsa que Jin hyung me dio intentando recordar sus palabras para darme confianza, si YoonGi no quería verme al menos lo habría intentado y demostrado que el problema no lo tengo yo sino él. Entré al establecimiento encontrándome a la secretaría que ya tan bien conocía por mis anteriores visitas.

- Buenas noches, joven Jeon. Tengo ordenes de no dejar pasar a nadie a el estudio de YoonGi.- Me sonrió un poco apenada.- Creo que esta trabajando muy duro desde hace unas semanas, aparece al principio de mi turno y nunca lo veo salir.- Pareció preocupada pensándolo un rato viéndome para volver a sonreír.- Si gusta puedo llamarlo. El otro chico que viene, el de cabellos rosas, se queda por varios minutos hasta que lo contactamos. Cuesta un poco, de seguro es porque no se saca esas cosas de las orejas.

- Sí, suena bien.- Me indico que tomara asiento mientras ella intentaba contactarlo. Recibí un mensaje de Jimin preguntando si tuve suerte, se lo negué pero le deje saber que traía muy interesada a la secretaría. Me es sencillo imaginar su respuesta, reiría ligeramente.

- Joven Jeon, puede pasar.- Me sorprendí, no estaba esperando que me dejara pasar en absoluto. Le sonreí a la secretaria que parecía más bien emocionada desenvolviendo un caramelo de menta del aparador. Voy con paso cauteloso hasta el ascensor esperando que me diga que más bien se trata de una especie de chiste sin gracia. Mas las puertas se cerraron sin otro intercambio de palabras y sin darme cuenta ya estoy en su puerta, repasando los consejos de Jimin mentalmente. Toque para recibir como respuesta un gruñido para adentrarme y encontrarlo ahí, metido en la melodía del piano, la misma que, supuestamente, había salido de mi sin ser consciente al respecto.- Hola, hyung. Le traje la comida de Jin.- Sacudí un poco la bolsa enfrente de mi para que la notara.

- Gracias, déjala en la mesa, vete y no te olvides de decirle a todos que te deje pasar.- Sentí mi corazón apretarse y un regusto amargo expandirse en mi boca ante su tono impersonal y carente de emoción.- Y por favor, no mandes a Jimin otra vez. Se queda horas incluso cuando ya lo rechace.- Sus ojos seguían en la partitura colocada frente a él, sus dedos se movían al ritmo adecuado y su pie marcaba el tiempo inconscientemente con suaves golpes en el suelo. Tras unos cuantos minutos se digno a verme aun sin frenar la música.- ¿Algo qué decir o ya te vas?

Me acerque a la mesa para dejar la bolsa bajo su atenta mirada y aun así no erro ni una sola nota. Me senté en el sofá, si él me observaba yo también podía hacerlo con esa intensidad.- Canté la canción para mi, hyung. Hágalo y me iré.- Me miro desconfiado dejando de tocar, pude ver como se cuestionaba en su cabeza porqué debería de hacerme caso, no es como si tuviese muchas opciones. Le sería imposible echarme el mismo de su estudio y tampoco podría llamar a alguien  para que lo haga por él, sería un escándalo ser escoltado fuera del estudio de mi "amigo" por la policía.

Tras un suspiro comenzó a tocar la melodía nuevamente pero esta vez desde el principio, lo vi remojar sus labios justo antes de comenzar a cantar. En momentos sus ojos se cerraban, su cuello se inclinaba hacia atrás , dejaba salir a su lengua para alcanzar sus comisuras y sus dedos se movían con precisión, destinados a su tarea. Se convirtió en un limbo, una obra de arte creando otra pero sin saber cuál creaba y cuál se dejaba hacer. La canción termino, hundiéndonos en un silencio que comienza a ahogarme.- ¿Podemos hablar?- Vi su espalda tensarse y sus manos bajar de las teclas para engancharse furiosas a su pantalón.

- Dijiste que te irías, que si cantaba te irías.- Su voz, generalmente grave y relajada parecía estar por partirse aun desangelada. La tensión es palpable, probablemente estaba furioso consigo mismo por dejarme entrar y creer que podría deshacerse de mi rápidamente.

- ¿Por qué quieres que me vaya, Gatito? ¿Por qué me evitas?- Se dio la vuelta en su silla mirándome entre exasperado e irritado, como si no acabara de convencerse a si mismo de lo que había preguntado.

- Creí que era mutuo.- Apoyo su espalda en el respaldo de su silla y sus codos en los reposa brazos, por otro lado mi postura denota más interés, mis codos en mis rodillas viéndolo fijamente. 

- Quiero que me cuentes que paso, porqué te alejaste de mi en primer lugar, YoonGi.- Rió rasposamente con ironía mirándome con sorna, tamborileo sus dedos en el reposa brazos distraidamente mientras balancea la silla de un lado al otro con una sonrisa cínica.

- Ahora si soy YoonGi, ni la mentira de hyung ni tu juguete sexual como Gatito.

- ¿Juguete? ¿Cuándo di a entender eso?- Lo mire aun más confuso, no pude recordar ningún momento en que lo hacía entender que así lo veía  aun así, comenzaba a resbalarse su fastidio y se le veía más bien dolido.

- Ni siquiera recuerdas cuando fue la primera vez que me llamaste así, ¿verdad?- Tras reírse cruelmente de mi mirada confundida continuo.- No fue precisamente tierno, no como los apodos que le ponías al resto. Te encantaba susurrarlo en mi oído.- Me miro desafiándome a que lo contradiga, no sería así. Intente encontrar en mi memoria la primera vez que lo llame de esa forma, no podía recordar haberlo hecho de una manera extraña. La primera vez que lo hice fue probablemente en una de esas tantas veces en las que YoonGi nos sacaba de problemas, creo que fue después de un fansign en el que Tae y yo seguimos una estúpida idea de Jimin. Recuerdo haberlo abrazado susurrado solo para que él lo escuchara, sentía que estaba haciendo una travesura de las más traviesa porque ese apodo no se me había ocurrido en mi cabeza en ese momento. No, para nada. Estaba ahí desde hace meses, todo comenzó tras un fansign en el que le dieron orejas de gato, soñé con las benditas orejas por tanto tiempo. Sentía una de mis fantasías realizadas diciéndolo en su cara incluso cuando él no sabía lo mucho que me torturaba por la noche, porque no lo sabía ¿No?

- Se refiere.- Volví a pensar en lo que quería decir.- ¿Lo sabía?

- No debías pensar así de mi, Jungkook. Y me comprometí a sacarte eso de la cabeza, eras mi dulce dongsaeng.- Rió amargo estirando su cuello, dejando la sensible piel al descubierto al mirar el techo.- Creí que habías dejado de pensar así cuando comenzaste tu relación con Jimin, pero veo que las viejas costumbres perduran.

- Lo siento, YoonGi. No tenía idea que lo sab...- Interrumpió desinteresado de mis palabras.

- Dime lo que realmente quieres de mi, Jungkook. Ya no eres un niño, ya no vamos a jugar.

- Ya lo dije.- Bajo su mirada del techo solo para encontrarse con la mía, sedienta y dispuesta a aceptar todo lo que se le dieran.- Tenerte, solo quiero tenerte.

En mis piernas, Gatito. (Kookgi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora