Shinobu había vuelto dos días después de la internación de Zenitsu, se sorprendió bastante al verlo en tan mal estado, auditivamente.
—Nos atacó un demonio qué podía hacer sonidos de grandes magnitudes. Las orejas de Zenitsu comenzaron a sangrar—
Eso fue lo primero qué Tanjirou le contó al verla. Estuvieron varias horas intentando parar ese sangrado, cosa que lograron ya a medianoche.
—Estoy muy agradecido con Shinobu-san por ayudarnos con Zenitsu—Kochou negó suavemente, antes de pasarle a Kamado un poco de té.
—Es lo qué menos puedo hacer, sus oídos estaban muy dañados, pero se recuperará pronto—
Tanjirou no pudo evitar sonreír agradecido luego de beber un poco de aquélla tibia bebida. Shinobu no podía dejar de admirarlo, incluso en momentos así, incluso con situaciones así, incluso con cualquier anormalidad, El seguía sonriendo amablemente ante todos.
De cierta forma le recordaba a su Amada Hermana.
—Shinobu-san— Mencionó Kamado, llamando la atención de la joven— No puedo evitar pensar qué mi vida es bella—
Kochou le miró sin entender, incluso así, lo observó suspirar y levantarse, para rodear aquella pequeña mesa y quedar a su lado, inclinado.
—Por eso, Cuándo mis notas ya no estén, ¿Podrías apagarlas?—
Shinobu sintió una leve corriente eléctrica cuando Kamado Rozo las palmas de su manó en su mejilla. En un suave tacto, casi como si fuera de cristal.
—..Kamado Tanjirou-kun...— Susurro Kochou, con las mejillas levemente pintadas— ¿Q-que es..? —
—Shinobu-san, Usted me interesa... como mujer—
Tanjirou no pudo evitar cerrar sus ojos, nervioso, era la primera vez qué sentía esa clase de emoción por alguna mujer. Por ello mismo, decidió ser firmé y sinceró, entendería si el no era del agrado de La Pilar del Insecto, sin embargó necesitaba saber si...
—¿Te das cuenta qué aún eres un niño? —
Continuará