idílico

sempiterno

Adj. Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

-"Espero poder seguir diciéndote lo mucho que te amo por más y más meses."

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El cielo, todos nos encontramos debajo de él, de sus hermosos colores, nubes y estrellas, sol y luna, un conjunto tan maravilloso y con un color diferente cada día.

¿No han sentido que el cielo se pone de acuerdo con las situaciones que pasan, dándole así más intensidad a aquello que sucede?

Porque ella sí ha notado eso, los días llenos de melancolía suelen estar acompañados con un cielo gris y un ambiente húmedo, en los días felices el sol brilla más que nunca, y cuando se encuentra en total tranquilidad y comodidad siente la lluvia y el frío arrullarla.

Ella era un paisaje triste, nublado y frío, era ese día en el que las personas prefieren no salir porque el clima no estará de su lado. Pero la llegada de su contraparte fue transformando ese paisaje gris a un día donde el sol irradia con mayor fuerza y el color de las flores es más saturado que nunca.

Desde que se encuentra junto a ella, ya no dependen del cielo para tener un maravilloso día, el sólo hecho de estar juntas vuelve al cielo hermoso, esté como esté.

Un día nublado, una lluvia, el sol fuerte y el calor, la humedad o el cielo despejado no se habían visto mejor que cuando estaba con ella a su lado. Cuando la calidez de su cuerpo la rodeaba, cuando el reconfortante aroma de su perfume llenaba ese espacio, cuando los ojos de ambas encontraban; en ese momento el cielo era el más hermoso de todos.

Esos momentos sólo deseaba que el tiempo se detenga, para así entonces disfrutar sin fin de su perfecta compañía.

Habían días en los que, al contrario de éste, sólo deseaba ver al sol esconderse, ver como su paisaje se volvía negro, tratar de contar la mayor cantidad de estrellas posibles, todo por el deseo de que el tiempo se apresure, llevándola lo más pronto posible a su lugar favorito, a su persona favorita, al paisaje más hermoso.

Azul degradado a naranja, nubes de color rosa. Azul degradado a rojo carmín, sin nubes de por medio. Toda una gama de tonos anaranjados entre el cielo y las nubes. Lila y amarillo pastel, nubes claras. Ninguno se podía comparar a ellas juntas.

Juntas se habían convertido en el paisaje más hermoso.

Ese bello paisaje había sido una larga tormenta fría y oscura, esa que ves como arrasa con todo a su paso, que sientes que no acaba jamás sino que ella será la que te acabará a ti; llegaron a ser eso, a ser su propia pesadilla.

Poco a poco, tal y como todas las tormentas, empezaba a disminuir su fuerza. Comenzaba a salir el sol de nuevo pero el frío seguía ahí, seguía ahí la posibilidad de que vuelva la tormenta a destrozarlo todo, pero cesó la lluvia.

Al igual que los días posteriores a un incendio, se podía ver a los árboles renacer; así como en primavera, se veían las flores aparecer de nuevo, formando poco a poco ese destrozado lugar en uno digno de una pintura de arte renacentista.

Al igual que los paisajes así, el deseo de que sean eternos está siempre presente. Algo tan maravilloso debe permanecer ahí para ser admirado por todos. Su relación debía de persistir para ser el modelo a seguir de los demás, para darle una prueba de que un amor verdadero y puro sí es posible para todos.

Ya luego de tantos miedos, de tanto esfuerzo puesto, después de tanto que pasaron merecen quedarse juntas, quedarse con la persona que saben que merecen y que, aun con el pasar del tiempo, seguirá siendo igual de maravillosa, seguirá sacando sonrisas de ese rostro neutro, seguirá siendo su mejor decisión.

Ella, sin importar cuánto tiempo pase, sin que sean relevantes los posibles inconvenientes que puedan llegar a tener y pasando por alto todos los cambios que pudieran llegar a sufrir, iba a seguir amándola, cada día un poco más que el anterior.

Porque su amor por ella no paraba ni disminuía, cada día sentía más seguridad de que esto es lo que desea tener por siempre. Con el pasar de los meses se sentía más y más segura de que ese casi inaudible "sí" ha sido la mejor decisión que ha tomado en su vida.

Al retroceder en el tiempo, mirando el inicio de todo, cuando no se sabía que habría un futuro para ellas dos, e ir poco a poco regresando al presente, se puede notar lo mágica que es la unión de ellas; y no deja dudas de que, de permanecer así, serían excepcionales.

Es un gran privilegio y una gran fortuna aquello que han logrado, debido a que consiguieron pronto esa hermosa y sana relación que todos desean y merecen tener, a pesar de las limitaciones que este tipo que unión trae consigo.

Esa relación que ayuda a ambas a mejorar, a creer, a mantenerse ahí, a ser felices, a saber que sí se puede tener lo que se quiere y se merece. Esa relación y ese amor que esperan sean sempiternos.

Te amo