10• Sueño profundo.

263 17 2
                                    

Me despierto con Brent tocando fuertemente la puerta.

-¡Pasa!- doy un grito más alto de lo que esperaba. Aún estaba bastante dormida.

-¡Has puesto llave!- grita Brent del otro lado de la puerta. Por la urgencia de su voz parecía que llevaba prisa.

Logro percatarme que debía ir a trabajar, me había acostado muy tarde, no a mi horario habitual y mi mejor amigo venía al rescate.
Me levanto rápidamente haciéndome una cola alta dejando unos mechones salidos a los costados y me dirijo a abrir la puerta, no me acuerdo por qué le eche seguro.
Al abrir la puerta salgo disparada hacía el baño más cercano.

-¿Qué hora es?- exclamo por el pasillo, no me importaba despertar a alguien.

-En 10 minutos debemos entrar- exclama Brent ya totalmente listo siguiendome hacia baño.

Me cepillo los dientes a una velocidad que ni yo sabía que tenía, me echo desodorante y perfume. No alcanzaría a tomarme una ducha.

Una de las cosas que más me tomo en serio es el trabajo, nunca había llegado tarde antes. Brent me pasa el uniforme que había ido a buscar rápidamente a mi habitación.

-¿Dormiste tarde?- pregunta mi mejor amigo. Dentro de todo él estaba bastante tranquilo, ya había acostumbrado a  llegar tarde otras veces y yo lo ayudaba a mantener puntualidad. Esta vez era al revés.

-Un poco...- confieso y me pellizco un poco los cachetes para tomar color,-andando.

Ibamos caminando a pasos muy apresurados, Brent quedaba muy por atrás algunas veces, excusándose que no tenía aire ni estado físico para hacerlo.

Normalmente nos tomaba unos 15 minutos llegar a Blockbuster, pero pudimos acortarlo a unos 8 minutos según una aplicación que tenía en el celular que contaba los pasos, pero de igual manera llegaríamos tarde.

Finalmente llegamos y no había tanta gente, eran el número de personas que acostumbramos a tener un día normal.

Saludo con la mano a todos y voy a chequear si falta alguna cosa que reponer.

-Dixie, busca más imanes para refrigerador- me indica Addison a lo lejos y me regala una sonrisa.

Acepto y voy al depósito donde las guardamos. Normalmente estaban arriba de un estante y me tocaba subirme a una pequeña escalera la cual no encontraba, pensaba si yo fuera una, donde me esconderia. Hasta que recuerdo a Nick en la entrada limpiando la vidriera con esa misma escalera.

Acúmulo unos cuantos cajones y me inclino a tomar la caja, mi equilibrio falla haciendome caer con un par de cosas. Me incorporo tomando las cosas hasta encontrarme con la misma caja de juego que vi ayer, tomo recuerdo de todo.

Había llegado enfadada dando un portazo, no quería saber que haría Avani con ese juego pero más le valía que cumpla la única petición que le pedí.

Estaba tan enojada que se tome todo a la ligera, había que tener respeto por esas cosas, no por simple aburrimiento entrar en eso. Me daba demasiado pavor, ¿y si convencía a mi hermana de hacerlo?.
Yo en este estado lo único que hacía era pensar y agobiarme más de lo que estaba, tomo unas pastillas para dormir que me habían recetado hace tiempo, pero ya había controlado mi sueño por lo tanto ya no las necesitaba, seguido a ponerle seguro a la puerta.

Las pastillas habían hecho que me quede dormida, había perdido costumbre a tomarlas y eso ocasionó una gran debilidad en mi cuerpo, además de no haber desayunado.
Escucho unos pasos que me hacen volver a la realidad. Empujo la caja debajo del estante y tomo las cosas con cuidado fijandome si no se ha roto nada.

-¿Pasó algo?- la voz de Anthony me asusta.

-¿De qué?- respondo su pregunta con otra pregunta, nada ingenioso.

-Oí un gran ruido y supongo que proviene de aquí- enmarca una ceja.

-Me caí- confieso y tomo la caja con imanes,-Permiso.

También estaba un poco enojada con Anthony, tenía un año más que Avani, podría ser un poco más maduro y frenarla.

Luego de unas horas era el horario de salida, les pierdo el rastro ya que les dije que no me esperen y que yo cerraría la tienda. Me daba un poco de miedo estar sola en el mismo lugar que esa cosa, ¿podría invocar algo sólo por el miedo que tenía?. 

-Boo- Mi gran amigo de cabello rizado me toma por los hombros como acostumbra gravemente a hacer en malos momentos.

-Hola a ti también- respondo sarcástica.

-Que mal genio,- rie mostrando su hilera de dientes,- ¿Quieres contarme?- dice finalmente pasando su brazo por encima de mis hombros, así vamos caminado y yo me desahogo.

-Avani estaba aburrida y se le ocurrió comprar este juego maligno- paso mis manos por mi cara frustrada y saco la caja que se encontraba en mi bolso enseñándole. Este simplemente ríe.

-Dixie deja de ser la madre de todos, ellos sabrán que hacer.

-Los protejo- lo miro molesta, ¿por qué para nadie esto era peligroso?.

-Ellos sabrán qué hacer, descuida y no te atormentes con estas cosas- me abraza y acaricia mi cabello.

Resoplo luego de romper el abrazo, me daba tranquilidad estar así.

-Deja la caja donde sea que estaba, mira si se te pega a ti lo "maligno"-me aconseja y hace comillas con los dedos en la palabra maligno.

Sigo su consejo, la verdad me daba mucho miedo cargar con esto y estar sola, además, ¿dónde se supone que lo dejaría?, tampoco quería que otra gente lo encontrase.
Nos despedimos y me dirijo a la casa.

⛓⛓⛓

Heir.of.atticus en multimedia.












𝑯𝒂𝒃𝒍𝒂𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒊 | 𝑫𝒊𝒙𝒊𝒆 𝑫'𝑨𝒎𝒆𝒍𝒊𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora