17• Epílogo.

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Despierto sin saber con exactitud después de cuánto tiempo, pero estaban todos a mi alrededor conservando su distancia. Las personas que habían venido recitaban oraciones con unos crucifijos. Todo a mi alrededor se veía muy mal, cosas tiradas en el suelo, mis amigos estaban muy asustados mirándome pero yo no tenía el control de mi misma.
Volteo los ojos como un reflejo, pero no quería hacerlo en realidad, no sabía que me estaba pasando, también mi cuerpo se empezaba a encorbar de una manera muy extraña. El párroco parecía querer expulsar algo dentro de mí, cuando tocaban mi frente ardía demasiado, lo que sea que estaba controlandome no era yo definitivamente.
Duramos varios minutos o quizás horas así, ellos recitando oraciones, mientras yo hacía todo el esfuerzo posible por contribuir aún no sabiendo qué es lo que me pasaba.

-¡Dime tu nombre!- exige uno de los párrocos. En ese instante de mi garganta sale una voz completamente distinta a la mía, no era yo en lo absoluto. Era muy ronca y profunda.

-Gauge- dice la voz de mi interior manifestándose.

-No eres tan poderoso como lo piensas y vamos a acabar contigo- habla el otro párroco al lado suyo.

Un gruñido que hace arder mi garganta sale de mi, seguido a varias palabras que ni siquiera era capaz de comprender.

Los focos de luz revientan y todos se cubren, mientras más pasaba el tiempo podía sentirme más débil.

-Debes dejarla ir- sigue hablando el párroco.

-No quiere, está muy aferrado a ella- esta vez habla la mujer que llegó después.

-¿Qué quiere de mi hermana?- habla Charli entre sollozos.

-Apoderarse de ella por completo y quedarse en su cuerpo- le explica la mujer.

Las oraciones siguen sin cesar y mi cuerpo no podía resistir más, caigo desplomada al suelo.

•••

ADDISON.

-Puede oírlos- nos incita la mujer,- si le hablan ella podrá luchar y será todo más llevadero- nos da una media sonrisa. Miro a Charli y esta asiente con la cabeza.

-¿Recuerdas cuando pusimos ese puesto de limonada en la calle y nadie paraba a comprarnos?,- Charli reía con melancolía- estabas muy enojada con los conductores.

-Tendremos una aparición en una serie, D'Amelio, estamos muy emocionados, no lo olvides- habla Griffin.

-O la vez que estabas tan enfadada conmigo porque no te dejaba comer hamburguesas, cielo recién te habían sacado la muela- habla Heidi.

-Eres de las mejores personas que he conocido Dixie, eres fuerte maldita sea- mis lágrimas eran incontrolables.

-Esta funcionando- nos dice la mujer con entusiasmo.

Dixie expulsa una especie de humo negro, la mujer es rápida y logra atraparlo en un pequeño frasco.
No para de toser y tomar aire a lo loco.

-Respira tranquila cariño, estamos aquí- habla Marc nuevamente con esperanzas.

-Eso es todo, ha sido exitoso- nos confirma el párroco.

Todos soltamos el aire que habíamos estado reteniendo todo es tiempo. Siento un gran alivio y como todo mi cuerpo deja de estar tan tenso, corro a darle un beso.

-Te amo, ¿oíste? eres muy fuerte, nunca dude de ti- la abrazo y puedo sentir como llora en mi hombro.

-¿Hay lugar?- se acerca Charli.

-Oh, ven- la atraigo a nuestro abrazo, de a poco se acercan los demás.

-No la sofoquen tanto- habla la mujer un poco más alegre.

-Gracias a todos- Dixie nos da una mirada muy tierna, todos teníamos los ojos muy hinchados de tanto llorar por esta chica a mi lado.

•••

DIXIE.

Había empezado a ir al psicólogo, tenía mucho apoyo de todos pero admito que siempre estaba el miedo presente.
Me habían pedido perdón por todo lo que ocasionaron, no fue su culpa, quizás no fue la manera tampoco pero hemos salido todos juntos de esto, como siempre nos hemos caracterizado.

No guardo rencor a nadie pero si algo bueno puedo destacar de esto es que nos volvimos más unidos, nos apreciamos más y sabemos que sin el otro no somos nada. Somos más precavidos con todo.

Al final he descubierto su nombre, era Gauge. De todas formas he ganado yo, es muy escalofriante pensar que me perseguía un ente todo este tiempo y solo quería apoderarse de mí con esa mentira de juego y todas esas reglas absurdas que había estado siguiendo.

Llego a casa después de la cita con mi psicólogo, iba escuchando música con los mismos pensamientos de siempre, era algo que me había marcado completamente.
Toco la puerta esperando que alguien me abra, aguardando unos minutos pero no oía nada proveniente de la casa. Finalmente abro con mi llave, rápidamente entra un refrescante olor a rosas, habían limpiado la casa bastante al parecer.

Camino a las escaleras habían unas velas aromatizantes de cada lado, eso explicaba el olor tan rico. Subiendo puedo ver que las velas siguen hasta mi habitación, mis pasos siguen lentos y torpes mientras observo a mi alrededor.
Abro con delicadeza y puedo ver unos globos colgados en el techo con muchas Polaroids mías y de Addi, sonrío ampliamente y la busco. Ella sale del baño con su característica sonrisa resplandeciente, totalmente sonrojada.

-¿Te gusta?- me pregunta con una pisca de vergüenza.

-Me encanta- le doy una sonrisa segura.

Las luces led tenían un color rosa suave, nos podíamos ver perfectamente.

-No puedo aguantarme más esto,- Addi juguetea con sus dedos- ¿Recuerdas lo que juré decirte ese día?.

-Si...- recuerdo con un poco de miedo, odiaba ese día.

-Tranquila,- Addi se percata de mi comportamiento, era como si me leyera la mente, toma mis manos y se acerca a mi- Siempre me he sentido atraída hacia ti, intentaba alejarme y pensar que pasaría, pero eso logras es mi. Te instalaste en mi mente desde que te conocí y me haces muy feliz- planta un pequeño beso en mis labios, siento que en cualquier momento me desmayo- ¿Quieres ser mi boo?.

Quiero que alguien me pellisque en este instante. Addison es la mujer que quiero conmigo, en mi vida, para siempre. No lo dudaría ni un segundo. Me encuentro con su mirada esperando mi respuesta.

-Has tardado un poco, ¿no?- río y Addi suelta todo el aire de sus pulmones riendo también.

-No quiero perderte Dixie, si de algo sirvió todo esto fue que estoy segura que eres tú quien me hace feliz todos los días y me los alegras con tus ocurrencias.

Nos damos un abrazo eterno y perfecto, beso su cabeza hasta encontrarme con sus labios y profundizamos aún más el beso.

-Te amo Boo- le doy una sonrisa.

-Y yo a ti Boo- me responde con una de las mejores sonrisas que Addison Rae puede darme.

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Gracias por cada voto y comentario que le han dado a la historia<3. Espero que les guste el final y estaré leyendo sus opiniones.

𝑯𝒂𝒃𝒍𝒂𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒊 | 𝑫𝒊𝒙𝒊𝒆 𝑫'𝑨𝒎𝒆𝒍𝒊𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora