-En el cuerpo de Laura-

3.9K 39 1
                                    

Al llegar a la casa me asombre de lo linda que era, tenía un jardín muy bonito lleno de flores de las cuales me decían que yo cuidaba mucho y que provocaba tremendos corajes si alguno las dañaba, lo decían con algo de sarcasmo pero yo añadí exclamando una leve sonrisa de emoción, la casa era tan grandiosa como los recuerdos de mi mente me decían, entramos a la casa encontrándome con una hermosa estancia, ni se diga de la sala entre otras cosas que habían dentro de la casa como la cocina y los cuartos, si bien no eran de lujo se puede decir que vivía bien, pasamos al comedor donde ya tenían puesta la mesa para cenar, me habían dado un plato con un filete de pescado al vapor y unas verduras igual de cocidas, poco a poco fui comiendo aunque pronto comenzaron a surgirme ganas de comer algo más con grasa, le pedí a Jorge que me cocinara unas papas fritas, él se miró con mi madre y ambos mostraron una sonrisa de gracia, el cocino rápido las papas para comerlas aunque espere porque estaban calientes, el resto de la noche fue amena, yo comenzaba a sentirme algo más familiarizada y tranquila, aunque mi madre me decía en constantes ocasiones que cuidara mis modales al comer o como me estaba sentando ya que no mostraba una forma educada de portarme, algo que sabía que con los recuerdos de este cuerpo me ayudarían a cambiar, la cena había terminado aunque al final en el momento de comerme las papas sentí algo de malestar en el estómago, poco después al levantarme, pareció haberme dado algo de vértigo el movimiento que hacia ocasionándome algunas nauseas, rápidamente corrí lo más que pude hasta el baño donde entre apresuradamente sin fijarme, levante la tapa de la taza y expulse todo lo que había comido en la cena, el mareo persistía pero mis nauseas ya habían sido saciadas, me sentía mal por haber hecho un acto tan repugnante, limpie la taza, seguido de eso, me comencé a enjuagar la boca y las manos, realice un leve movimiento mostrándome frente al espejo, una vez más admire mi bello rostro ya sin la venda con lo que pude apreciar mejor mi cabello, este era rubio aunque no natural, pero me gustaba como se sentía y resaltaba mejor mi tono de piel, sin detenerme a meterle mano a mi cuerpo regrese de nuevo a la sala, el me mostró una carta donde decía que esta diagnosticada con tres semanas de embarazo, unas lágrimas recorrieron mi rostro mientras que por dentro me sentía feliz y culpable, fue cuando pensé.

-¡Embarazada, estoy embarazada, no puede ser! –decía entre lamentos y emociones encontradas-

Jorge me abrazo alzándome con felicidad, me sentí algo mareada pero me contuve esta vez, los vómitos y los mareos eran la razón por la que estaba embarazada, el saber que estaba casada con Jorge me hizo sentir algo sensible, pero había recordado algo muy importante que había olvidado por recordar ambas vidas en un minuto en ese momento a solas en el hospital, pues era el hecho de que estaba embarazada, no sabía cómo reaccionar ante ello, apenas estaba familiarizándome con mi nueva posición de género como para tener que imaginarme como seria estar todo ese tiempo sufriendo por el embarazo, lo más ideal era decir la verdad y ver la manera de que me ayudaran a dejar este cuerpo embarazado, pero sabía que me tomarían de a loco o de a loca, no obstante el sentirme en familia estas últimas horas además de ver todo lo que ahora tenía me hacían dejar de imaginarme planes para abandonar mi nueva vida, solo me aterraba por dentro el saber que estaba en esa situación tan comprometedora con mi vida, ahora tengo una vida dentro de mí, yo quien antes no era ni siquiera responsable de mi misma vida ahora sería la responsable de dos o de tres y quizás de más vidas, lleve mis manos a mi abdomen como lo había hecho extrañamente en el hospital, comencé a acariciarme sin darme cuenta dejando salir unas lágrimas mientras mostraba una leve sonrisa en el rostro, me había quedado hipnotizada ante la sorpresa de mi bebe, ellos parecían notar que no lo recordaba del todo, pero me explicaron que el doctor lo había diagnosticado luego del fuerte accidente que tuve, quizás provocaría que tuviera algo de amnesia, aunque lo más sorprendente es que haya sobrevivido de milagro pues para todos los diagnósticos yo ya estaba en el umbral de la muerte, aun así fingí sentirme mejor, luego le pedí una paleta de chocolate fría pues por alguna razón me había surgido el antojo.

-"De ladrón a madre en 9 pasos"-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora