-El accidente-

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Estaba ocasionando un desastre por última vez, sé que mi vida había sido un fatídico fracaso luego de tener ese largo tiempo de rebeldía en la escuela, seguí muchísimas malas ideas de malas compañías en mis amistades de las cuales mi madre me decía que me alejara, siempre trato de darme la mejor educación, esa es mi madre, pero no la culpo, la vida siempre tiene giros inesperados que se pagan con otro tipo de favores humanos de los cuales debemos de aprender, yo vivía en un barrio necesitado, necesitado de empleo y de buena economía para subsistir, se puede decir que era de ese grupo social marginado por la sociedad, la "clase pobre", a los 17 años había comenzado a seguir los malos pasos de mis amigos, algunos de ellos ya en prisión por tontos, o yo aún libre por buena suerte, pase 10 años en las calles buscando de donde obtener dinero fácil, me había hecho de hecho tan bueno en mi mal oficio que hasta tenía un apodo mal considerado, era llamado el Chema, gracias a una serie de crímenes en los que me alzaron a la fama local, luego de conocerse mi verdadera identidad como José María Castro, pero no cualquier fama, era más bien una fama de criminal extensa y maligna, si tenía dinero, pero ese dinero era mal utilizado a fin de cuentas por mi estúpida auto dependencia de las drogas y el alcohol, mi madre había muerto luego de su enfermedad de la cual no pude obtener el dinero suficiente para pagar sus medicamentos, además de que ya en ese entonces era conocido en las calles como un criminal muy buscado, el colmo era que ni siquiera era un criminal de calidad, era un criminal sumergido en la vagancia, una de las razones por las que no me encontraba la policía era mi aspecto sucio y descuidado, mi baso conocimiento en las calles, callejones y pasadizo de las alcantarillas donde me escondía lo cual me ayudaba aún más en mi criminal libertad.

Pero bueno, les decía, esta mañana había entrado al banco del centro de la ciudad una vez más, fue la última, no porque me capturaran si no porque ya estaba bien puesta media docena de policías tratando de capturarme, todo fue gracias a una bendita alcantarilla colocada en una de las salidas de ductos de agua del edificio que pude escaparme, sin dinero, decidí que sería buen momento de moverme de ciudad, ya no era seguro quedarme en ella, me fui de infraganti en una camioneta que me dio un aventón hasta otra ciudad más al norte, ahí no era tan conocido, pero fue donde comencé a elaborar nuevos planes de vida, me daba cuenta de que la seguridad de la ciudad era menos fuerte por ser más pequeña que la otra, así que fácilmente decidí el siguiente día entrar a robar al banco central para ver cuánto dinero conseguía, esa última noche la pase en pena, tenía hambre, no tenía mucha municiones tanto para inyectarme una nueva dosis de cocaína o para el próximo asalto al banco, tampoco conocía la mafia de este nuevo sitio lo cual me dejaba un poco atemorizado por pensar que algún narquillo de mierda me sacaría muerto de su ciudad, ni si quiera me daría armas o más municiones para seguir robando, aun así, pase lo que quedaba de la noche reflexionando, me encontré una revista sucia y maltratada, quizás algo vieja de esas que mostraban a varios artistas y famosos de la televisión, veía a muchas mujeres que fácilmente ganaban dinero teniendo buenas vidas sin hacer nada, pensaba en lo que mi mama se había sacrificado para darme una buena vida y yo la había desperdiciado con mis malas acciones.

A la mañana, espere a que abrieran el banco, en ese momento los guardias estarían más desprevenidos que nunca y podría tomarlos de sorpresa para actuar rápido, tomar ala primer chica cajera que viera y obligarla a tomar el dinero de la bodega para entregármela y huir de la forma más segura y planeada posible, me acerque a la puerta aun en las mala presentación que ostentaba, los guardias en ese momento no se imaginaron nada pues pensaban que era uno de esos vagabundos drogadictos y alcohólicos de siempre que se quedaban a dormir afuera del banco, comencé a tratar de dialogar con el guardia y tal como lo pensé este intento correrme, en ese momento saque el arma apuntándole a la cabeza obligándolo a darme su arma, la guarde y seguí mi camino directo a una de las cajas donde ya se encontraban otras personas, rápido la chica asustada comenzó a tomar el dinero que podía ante el pánico que le provocaba, entonces escuche un disparo, gire la vista para todas partes intentando buscar el punto del eco del disparo, fue entonces que vi como otro guardia del cual no me había percatado salía por detrás de las oficinas apuntándole, la chica llego con un maletín lleno de dinero, yo la tome como rehén con una mano mientras ella sostenía el dinero y yo le apuntaba con el arma de la otra mano en la cabeza, el guardia no tuvo opción más que dejar que me fuera lentamente con la chica con tal de que no le hiciera daño, el seguía dirigiendo su arma hacia mí pero el miedo que tenía como si fuera un novato inexperto le hacían mantenerse en guardia sin si quiera pretender jalar el gatillo de la arma para herirme, cuando llegue a la puerta note como un hombre salía de su auto entonces empuje a la chica por las escaleras mientras yo corría hasta el auto donde obligue al sujeto que me diera las llaves para huir del lugar, el guardia intento alcanzarme ayudando primero a su compañera del banco mientras que el otro lo apoyaba siendo este el que tomara su arma para seguirme, cuando arranque el auto apenas comenzaba a escapar cuando el guardia apunto directo hacia el vehículo disparando en las llantas cuando ya estaba por acelerar, el derrape de las llantas ocasionó que el auto girara resbalándose en la cera, una chica estaba pasando con su auto a una velocidad media cuando o aparecí con el auto descontrolado terminando por ocasionar un choque entre ambos de los cuales yo salí disparado desde la ventana hasta el otro lado de la cera donde otro coche había pasado sobre mí las llantas de su flamante deportivo, sentí el crujir de mis husos destruyendo cada órgano interno hasta terminar desangrado como un vil gusano en el suelo, la gente se acercaba para ver lo sucedido pero más allá de mi terrible final se acercaban a la otra persona quien era la chica del otro auto con el que había chocado, esta estaba tirada en el cofre delantero del choche del cual parecía haberse salido por el cristal a pesar de tener el cinturón de seguridad el cual por mala suerte le había también fallado rompiéndose, rápido llamar a la policía que mando al igual dos ambulancias para atendernos, cuando vieron la escena del crimen llamaron al forense para dictaminar la horrorosa imagen de mi muerte.

-"De ladrón a madre en 9 pasos"-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora