|| Chapter Five: Back to the limits |

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Hola, soy la autora original del libro _-TartaDeLimon_- (cuenta no válida)
Quería decirles gracias por votar y comentar y... Pues bueno, apoyar la historia a pesar de que está del orto lqslqjs.

Además de que pronto reescribiremos las historias de mi amiga _TartaDeFresa_ (cuenta no válida).
Si no han leído sus historias, deberían de hacerlo, aunque no van más allá de un solo capítulo, creo que vale la pena leerlas, ¿No?

No olviden pasar por mi libro de One-Shots, y Two-shots, luego me pondré al día con los que había escrito uwu.

Ehhh, creo que me tarde mucho con este aviso, ¡Son 119 palabras, mierda!
así que, gracias por leer, y disfruten de ésta historia tan... Rara.

( . . . )

Ambos se quedan en silencio, en especial Gon. El príncipe se hallaba notablemente desconcertado, aunque más que nada, avergonzado. Había olvidado por unos segundos su situación, y el hecho de que tenían que mantenerse ocultos, en silencio.


Se acomoda mejor en su sitio, si era sincero las ganas que tenía por ver lo que pasaba habían sido totalmente opacadas por la vergüenza.

Pero quería, tenía tantas ganas de ver si estaban próximos a encontrarlos, o si su cebo había funcionado correctamente.

Los guardias pasan por el camino de rocas que había en el río, aproximadamente habían 16 de ellos, el chico albino observa uno a uno, analizandolos lo mejor que puede. Era difícil hacerlo, las armaduras, y ese casco tan ridículo que tenían era algo que complicaba su tarea.

"¿Por qué tú si puedes ver?"

Unos 2, tal vez 3, se le hacen conocidos, pero no está del todo seguro.
Solamente se estaba guiando por las voces, ¿Que más podía hacer? No había otra opción desde su posición.
Tenía mucho cuidado con las hojas y el ruido sordo que provocaban al chocar unas con las otras, en especial por su cabello abultado, y desordenado. — Las huellas desaparecen aquí. — Masculló uno de ellos.

— Pero... ¿Que haremos cuando lo encontremos? Tiene al príncipe como prisionero. — No puede evitar fruncir el entrecejo, un sentimiento de incomodidad, e impulso, lo invade.  ¿Prisionero? ¡Pero si era el dichoso príncipe quien lo había arrastrado!

Gon voltea su cabeza suavemente, quiere preguntarle al chico cuanto tiempo tomará eso de "ocultarse y esperar".
Comenzaba a ser aburrido. Y, si lo pensaba bien, había una pequeña posiblidad de que dejarán a "la rata albina" (como lo había apodado) en paz.
La rama en la que estaban era gruesa, pero temía intensamente el que se rompa, y caer en frente de sus enemigos, cual regalo de Dios. — Oy-

-— ¡Shhhh..! — Oh, dios. Gon odia cuando la gente hace eso.

— ¡Shhh, tú..! — Ambos se fulminan con la mirada por unos segundos antes de voltear indignados al lado opuesto de sus acompañantes.
¿Quien se creía ese idiota al callarlo? ¿Un príncipe?
Oh, espera, él lo era.

( . . . )

Se quedaron callados en su sitio durante un buen tiempo. Una hora, aproximadamente.

Pero fue una fortuna el simple hecho de que se fueran, por donde vinieron, y se rindieran en su deber. Al menos, por esa zona ya no estaban activos.

Y Killu' sabía que no volverían en un largo rato.

Así que bajó del árbol de manera habilidosa, la cual sorprendió al moreno.

Observa desde arriba al albino, y se avergüenza de si mismo al saber que, si intenta aterrizar de manera "cool", fracasará al instante. — Oye, ¿Que esperas? — Si era sincero también estaba apenado, no sabía cómo volver al palacio, y, si era nuevamente sincero, no quería volver.

Desliza sus manos nerviosamente por la madera, áspera, y fría, fingiendo contemplar el árbol con admiración.

"Vaya rarito que terminó ser"

— Aún no me dices tu nombre. — Se encoge de hombros, restándole importancia. — no es justo ya que yo te dije el mío.

— ... — ¿Que era esto? ¿Jardín de niños? No estaba allí para que le digan que era justo, o no. En especial después de todo lo acontecido.

Solo quería estar solo y refugiarse en sus pensamientos una vez que todo terminase.

Y ponerse a pensar en lo que la muerte de su hermana implicaba. Porque seguía en una especia de negación, y shock. Quería salir de ese estado en cuanto antes, y eso implicaba alejarse del dichoso príncipe. — Aquí me voy, nos veremos...  De hecho, me gustaría que eso no ocurriera. Adiós.

— ¡Espera!

¿Y ahora qué? ¿De vuelta a los límites?

The Prince and the Pauper || GonKilluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora