El primero en llegar al internado fue un dulce duque de cabellos rubios y ojos azulados. Teniendo tan solo 6 años, el pequeño duque de Irlanda, Niall Horan, había sido enviado a Inglaterra a principios de Enero con el propósito de obtener los mejores estudios y educación que el dinero de su padre pudiera pagar. No fue fácil, pese a su peculiar carisma, no le fue posible hacerse de amigos en aquel horrible lugar.El tierno niño tomó todo como un castigo, quizá, si hubiera sido tan bueno como su hermano mayor, sus padres le habrían permitido quedarse en su casa, pensó.
Siete meses después, un dos de Agosto, al internado llegó un noble príncipe de ojos portadores del cielo y el mar mezclándose. El príncipe de las Netherlands, Nash Grier, ingresó a KING'S BLESSING con seis años de edad, aunque en unos cuatro meses cumpliría los siete. Su llegada había sido acompañada de tristeza, el último lugar en el que quería estar era ahí.
El adorable príncipe no sabía qué pensar, ¿por qué estaba ahí? ¿Por qué sus padres lo habían desechado? Algunas noches pensaba que quizá, lo mejor habría sido que él hubiese muerto en lugar de sus hermanos. Probablemente así sus padres estarían felices.
El destino tiene una manera muy peculiar de unir o separar a personas, pero ese dos de Agosto, decidió unir a un príncipe y a un duque haciendo que compartieran habitación.
Exactamente un año después, a seis días de cumplir ocho años, un príncipe de mirada oscura y triste ingresó al internado. Shawn Mendes, príncipe de Dinamarca, sintió una carga menos cuando sus pies pisaron el suelo donde se alzaban aquellos viejos muros. Muchos veían al internado como un castigo, pero Shawn lo vio como una bendición.
Ese mismo día, sólo que en el edificio que recopila la información de las mujeres, una duquesa inglesa de siete años -casi ocho- también ingresaba al internado. Sophia Fitzalan, de cabellos rojos tal fuego, aún no lo sabía, pero sus ojos asustados pronto encontrarían tranquilidad en la amistad de tres chicos.
Cuando la oficina fue notificada del parentesco familiar de el príncipe de las Netherlands y el príncipe de Dinamarca, no dudaron en asignarles una misma habitación. Algunos pensarían que el duque Niall saldría perdiendo, pero en realidad terminó ganando.
Porque cuando Shawn entró en la habitación mientras Niall aún empacaba sus cosas para mudarse a su nueva habitación, Nash lo miró con sorpresa al no esperar verlo, y, con sus ojos azules llenos de lágrimas, corrió de su cama a la puerta para abrazar a Shawn.
Y lloró, porque tenía más de un año sin ver a su primo, lloró porque durante todo ese tiempo se había sentido tan solo, tan perdido. Nash lloró porque el destino le estaba regresando a Shawn.
Niall tan sólo se había quedado ahí parado, viendo la escena, preguntándose qué rayos estaba pasando, sin embargo, algo en el fondo de él ya le había dado la respuesta.
Shawn no lloró, se quedó quieto, limitándose a abrazar a Nash permitiéndole llorar, no hizo mueca de dolor alguna a pesar de que el abrazo de Nash le estaba causando dolor en el costado donde se hallaban algunos moretones.
Y el príncipe de Dinamarca que se había sentido ahogar desde aquella tragedia, finalmente sintió salir a la superficie y respirar con tranquilidad al abrazar a Nash.
"Eh, bueno, no sé quién eres, pero yo soy Niall y voy a dejarte mi cama."
Y Shawn le sonrió.
Hacía bastante tiempo que no lo hacía.
El destino tiene una manera muy peculiar de unir o separar a personas, pero ese día unió a un duque de Irlanda, a un príncipe de las Netherlands, y a un príncipe de Dinamarca.
CrazyyWriterr ⚡️
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R O Y A L |KING'S PREQUEL|
Fanfic"Hay amistades que crecen. Hay amores que se desvanecen. También hay lazos que simplemente no pueden romperse. Y los únicos testigos son los muros de aquel viejo internado que aún prevalece. La advertencia está aquí; la realeza no es algo con lo que...