Día 17/ Se te ve la zanahoria baby
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Draco despertó con Hermione a su lado, él estaba al borde de la cama, abrazándola para no caerse, sin embargo, al verla, despeinada, plácidamente dormida y naranja, muy naranja, sintió un cosquilleo en el estómago al saber que no había sido una increíble alucinación, por dios, se estaba volviendo marica. Con cuidado de no despertarla, se incorporó o mejor dicho, se dejó caer a un lado de la cama, dándose con el trasero en el suelo. Se estiró como gato, recobrando su dignidad y sintió la mirada de ella sobre su espalda.
—Hola, tú.
—Buenos días —saludó él mientras se giraba, notó cierto rubor en las mejillas de Hermione mientras se incorporaba, arrojando la sábana a un lado, se veía preciosa con ese resplandor naranja—. Qué naranja tan bonita, como para pelarla y comérmela gajo a gajo —se acercó a ella mientras la jalaba de los tobillos hacia el borde, ella rio pero se dejó llevar, enredando sus piernas en la cintura de él, atrayéndolo hacia su boca.
Se besaron un largo rato mientras una perezosa excitación crecía entre ambos, entonces ella le acarició la espalda, ahí donde había algunos zurcos de las marcas de sus uñas, le besó el cuello, se estiró para besarle las mejillas, los pómulos, las pestañas, la frente y así se quedaron un momento, frente contra frente, enredados, plenos.
Pero entonces, escucharon un insistente sonido a lo lejos que los sacó de su ensimismamiento, intentando identificar el ruido, que provenía de la sala. Se incorporaron de un brinco y Draco se puso uno de su chándal y sus playeras y salió a la puerta, por donde iba pasando Perkins.
—¡Oh, señor Malfoy! —exclamó el hombre, llevándose una mano al pecho—, por un momento pensé que algo malo les había ocurrido.
—Sólo estábamos dormidos —mintió Draco mientras se alejaba de Perkins, para que pudiera moverse por el pequeño espacio.
Hermione se deslizó a su lado con una playera de él, que le quedaba lo suficientemente grande para que supieran que no era suya, se había recogido el cabello e iba descalza. Intercambiaron una mirada intensa y Draco le sonrió, una sonrisa de verdad.
Perkins dejó las cosas en la mesa y aunque evitó mirar demasiado a la señorita de rizos, no pudo evitar notar que no había salido de su habitación, donde la cama estaba hecha, ni que había unas bragas de mujer tiradas junto al sofá, tampoco pudo evitar resbalar con una camisa de hombre, intentó no pensar demasiado en ello y con todo el profesionalismo que le fue posible, los examinó, intentando no colocarse en medio de aquellos dos, quienes se lanzaban miraditas cargadas de intensión a cada rato.
—Bien —carraspeó Perkins—, aquí están sus cosas para preparar sus propias pociones, sin embargo, por favor tengan cuidado en su uso, ya que no podemos proporcionarles sus varitas, deberán medir los tiempos de cocción sin ellas. Por lo que veo —dijo intentando mantener el semblante profesional—, han pasado a un naranja más intenso, pero no se preocupen, es sinónimo de recuperación, sin dolor de muelas o hinchazón, en tres o cuatro días, deberán estar en la curva de sanación y en otra semana, más o menos, ya podremos darlos de alta. Los primeros pacientes se han recuperado perfectamente bien y esperamos que antes del mes, todo pueda volver a la normalidad.
—Perkins... ¿Podemos hacer algo más? —preguntó Hermione con decisión—, me atrevo a decir que somos muy buenos en pociones, no por nada Draco es el Jefe en pociones experimentales y yo... bueno —inclinó la cabeza con humildad fingida—, era la mejor en mi clase.
Malfoy soltó un bufido, pero no dijo nada, al contrario, miró a Perkins.
—Claro, quizá podamos hacer suficiente para todo el piso, al menos para los vecinos...
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De naranjas en cuarentena
FanficFic de Cuarentena: Una extraña gripe que pone naranja a muggles y magos por igual, ha puesto en jaque al mundo. En este caos, Hermione y Malfoy terminan confinados en apenas 30 metros cuadrados sin sus varitas y con sólo un televisor. Todo puede sal...