Chaeyoung hizo que me sentara en la salita y le contara de mis "expectativas de la clase" pero preferí no decirle. La verdad era que no me esperaba nada. Ni siquiera sabia si quería tener sexo con una chica desconocida....
- Bueno, te hare unas preguntas. Tendrás que contestarlas sinceramente, ¿de acuerdo? - dijo seria, pero sin perder rastro de su belleza pura.
- Edad
- 17 años.
- Menor de edad - mascullo al tiempo que anotaba algo en una hoja. -¿virgen? - pase saliva y apreté mis manos. Me puse tensa.
- Sí - admití a regañadientes.
- ¿Tienes algún problema cardiaco o algo por el estilo? - lo tengo ahora mismo. ¡Una putisima mujer con belleza tremenda y una voz ronca esta haciendo que mi corazón se acelere!
- No.
- Bien. Como eres menor de edad y eres virgen no puedo hacerte otras preguntas- dijo mientras guardaba la hoja en una carpeta - Y al ser virgen, no tengo que hacerte estudios.
- Pero... ¿Qué pasa después? - pregunte mientras empezaba a quitarme mi chaqueta.
- Pues, yo puedo desvirgarte - ¿por qué demonios me hablaba del sexo como si fuera cualquier cosa?-O podemos esperar a que pierdas tu virginidad - abrió un poco sus piernas y recargo sus codos en los muslos acercando su rostro hacia mi.
- ¿Tú puedes quitármela?
- No tengo problema con eso.
- Pero...
- Ya sé. Te han dicho que la primera vez es espantosa, pero puedo asegurarte que no lo es. Solo tienes que buscar el momento correcto y la persona correcta - empezó a decir. - Yo con mucho gusto puedo hacer que tu primera vez sea totalmente inolvidable.
- ¿Harías eso? - le pregunte interesada. - Pero...
- Hay reglas en esto, Mina - me interrumpió. - Son simples. Si las sigues, todo será mas fácil.
Empezó a decir las reglas una por una.
- Primera regla - empezó a decir. - No puedes contarle a nadie que doy clases. Si una mujer se topa con ese letrero es porque el destino la llama, no por otras cosas. Dos, no sabrás nada de mi; a que me dedico y que hago fuera de aquí. Tres, nada de sentimientos. Esto es sexo y nada mas que eso. Cuatro, no hay obligaciones. yo te hago sentir bien y a tu a mi. Cinco, me protegeré todo el tiempo. Nada de semen dentro de ti. Seis, nada de buscarnos.
- ¿Terminaste? - le pregunte mientras alzaba las cejas.
- Sí.
- Bien... ¿Y que pasa si rompo alguna regla? ¿Qué pasa si TÚ rompes alguna regla? - remarque la palabra tú para dejar en claro que no yo puedo romper las reglas.
- Yo nunca he roto las reglas.
- Pero puede pasar - arrugue el entrecejo y me acerque a ella. - que nunca te haya pasado no significa que jamás pasará.
- Créeme, no pasará - enarcó una ceja y toco mi rodilla. Sentí como mi piel se erizaba.
- Bien - me levanté y la mire. Ella hizo lo mismo. Era notablemente más alta que yo. (en esta historia chae será alta uwu) - ¿Cuándo puedes desvirginarme?
- Depende.
- ¿De qué?
- Mi estado de animo, mi agenda...
- Okey, revisa en tu agenda- sonrió de lado y se dirigió al pequeño escritorio. Saco una libreta negra ya casi de terminarse. Hojeó un pco hasta que dio con algún espacio.
- Puedo hoy - trague saliva.
- ¿Qué? - apenas y puede decirse que lo dije en un susurro, porque lo dije tan bajo que dude que Chaeyoung lo había escuchado.
- Estoy de buen animo y tengo tiempo...
- Pe-pero - tartamudeé.
- Si no quieres no. No puedo obligarte a hacer algo que no quieres.
Me quede pensando un momento. Mis padres no estarías en casa así que no puede pasar nada. La mire a los ojos, a esos cafés y profundos ojos y tome aire para hablar de nuevo.
- Bien. ¿Dónde y a qué hora?