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Espera – me dijo mientras su pene se separaba de mi feminidad. Corrió hacia el montón de ropa que estaba en la esquina del cuarto y metió la mano al pantalón. Saco un plástico en forma de cuadrado, un condón. Lo saco cuidadosamente y lo puso a lo largo de esa bonita erección. – Listo – dijo mientras se dirigía hacia mí con sigilo.

Volvió a ponerse encima de mi y beso la línea delgada de mis labios, los lamio y los mordió. Cerré mis ojos. Solo quería sentir.

Su mano se poso en mi espalda baja. Empujo mi coxis hacia él y sus labios bajaron para besar mi cuello lentamente. Sus movimientos eran delicados, realmente llenos de cariño. Aunque ella no sintiera nada de eso. Podía sentir la intención de cada una de sus caricias. Quería que fuera especial, me quería complacer.

Sentí su miembro tocando mi feminidad y entro, se metió en mi lentamente. Saco un suspiro justo cuando por fin pudo meterlo todo. Aprete mis parpados, dolía mucho. Suspire. Chaeyoung puso su mano en mi cabello y comenzó a acariciarlo.

- ¿Te duele mucho? – me preguntó mientras besaba uno de mis parpados. Abrí los ojos y vi una mirada de ternura en sus ojos.

- No, solo un poco – admití.

- Lo haré lento, no quiero que te atormentes.

Volví a cerrar los ojos y sentí como empezó a sacar su miembro y meterlo de nuevo lentamente.

El dolor me hizo apretar el antebrazo de Chaeyoung, ella beso mis labios dulcemente y volvió hacer lo mismo una y otra vez, hasta que la entrada y salida fueron más fáciles. Mi parte femenina ya no sufría tanto como antes. Una parte de mi cuerpo empezó a sentir una descarga eléctrica, tenia la necesidad de hacer que Chaeyoung lo hiciera más rápido y más duro, lo necesitaba. Abrí mis ojos y vi los gestos retorcidos de mi profesora.

- Más rápido.

- Oh, ya quería que lo pidieras – gruño.

Se inclinó aún más a mí y empezó a hacer sus movimientos más rápidos y bruscos. Sentí como su miembro se puso duro y caliente dentro de mí. Poso sus manos en mis muslos y fue más a fondo. Mi espalda se arqueó y solté un grito.

- ¿Estas bien? – pregunto Chaeyoung.

- Siento. Que ¡Dios mío!... ¿Qué, que es esto? – pregunte asustada ante la sensación que sentía en todo mi cuerpo.

Empecé a temblar. Chaeyoung sonrió de lado y jadeo mientras seguía el ritmo de sus movimientos sin detenerse. Grito junto conmigo y dejo caer su cuerpo sobre el mío.

- Se llama orgasmo – susurro recuperando la compostura. – Pasa después de que el cuerpo se ha extasiado completamente. Casi nunca hay orgasmos compartidos – sonrió y saco su miembro de mi feminidad. La acaricio con sus dedos haciendo que me estremeciera.

- ¿Acabamos de compartir un orgasmo? – suspire. Me llevé mis manos a la frente sacando el rastro de sudor que había en ésta.

- Así es. Ahora, recuéstate – me dijo mientras le daba palmaditas al lugar vacío de la cama, a un lado suyo.

Me recosté en el espacio vacío junto a ella, me beso e hizo que pusiera mi cabeza en su regazo.

- Estuviste increíble – soltó.

- Estoy cansada.

- Duerme.

- ¿Te iras? – pregunte somnolienta.

- No. Cuando despiertes seguiré aquí. Me asegurare de que descanses un poco. Tenemos que enseñarte otras tácticas – me guiño el ojo.

Le sonreí y cerré mis ojos, caí en la inconciencia rápidamente.

Sex instructor; michaeng g!p.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora