Belinda pov
Con el corazón en la mano le pregunté todo lo que quiero saber, sin importar el dolor que me cause, cuanto sufra y cuanto tema al escuchar su respuesta. Estoy tratando de comprender a mi hermana, se lo que significó en su vida pero aun estoy enojada y triste porque no me dijo nada.
— ¿Aún me amas?
J— yo... Yo te amo, pero no como una relación de pareja, te amo como a una amiga, yo se que me equivoque al mentirte pero estoy enamorada de otra persona y...
Sentí como mi corazón era atravesado por cientos de dardos seguidos uno tras otro con cada una de sus palabras. Sentí un vacío terrible, tanto que me dieron ganas de salir corriendo, llegar a mi casa y sentarme en un rincón de mi habitación fría y vacía a llorar sin parar, porque también a ella la pierdi, no fui capaz de conservar su amor.
B— ¿De quién? ¿De mi hermana? ¡Dímelo de una maldita vez!
Trate de controlarme, no porque trate de hacerle daño a Juliana, no sería capaz, pero si controlarme en la forma de quererme desquitar con algo, de evitar romper lo que fuera para descargar mi tristeza y coraje.
J— si, desde su regreso estaba confundida porque estaba segura de que te amaba y que años de relación no se podían acabar así de fácil, pero... Me estoy enamorando de ella, estoy enamorada de Valentina
Ya con esto mis lágrimas aumenron, me dio un golpe bajo en el corazón con sus palabras, juro que lo estoy evitando pero las lágrimas me traicionan y siguen su recorrido hasta desaparacer en el mantel de la mesa y algunas otras terminan su recorrido en mis mejillas y bajan por mi cuello. Reuní todas mis fuerzas y con la voz entrecortada pregunté lo último que quiero saber.
B— ¿Mi hermana lo sabe? ¿Sabe lo que sientes por ella? También quiero saber si me pusiste los cuernos o están empezando algo
Juliana tomo una de mis manos sobre la mesa y los rodio con las de ella, después le deposito un beso, sus lágrimas aumentaron mientras me responde, incluso se perdian entren nuestras manos ¿y yo?, yo me quedé perpleja escuchando sus respuestas, mi corazón empezó a bombear con más fuerza, me dieron ganas de hacer locuras pero lo evite cerrando mi puño, trate de procesar sus palabras pero no pude evitar pensar en el dolor que siento.
J— Nunca te puse lo cuernos, no he estado con tu hermana. Sabe lo que siento por ella, apenas ayer se lo confesé, después de... Un beso...
B— la besaste estando conmigo Juliana...
J— se dio en el momento, necesitaba saber mis verdaderos sentimientos a ella
Estuve apuntó de preguntarle sobre la reacción de mi hermana o su respuesta después de que la besara, pero eso es algo que tengo que hablar personalmente con ella. No fue justo que ninguna de las dos me dijera nada. Retire mi mano de las de Juliana, me puse de pie, busque entre mi bolsillo trasero y saque mi cartera, después tomé asiento de nuevo.
B— veo que de nuevo hay alguien mejor que yo y esta vez no fue mi mejor amigo, esta vez es mi hermana. Confieso que estoy orgullosa de ti ojitos, siempre me ganas en todo, eres mejor.
Dije en voz baja con la mirada opaca mirando los billetes de mi cartera, tratando de ser fuerte por no llorar pero es imposible, no es fácil fallar dos veces en el amor y sin embargo esta duele más que la primera, talvez porque este amor fue mutuo al principio ¿porque tiene que doler tanto? ¿Porque no simplemente no puede parar este dolor? ¿Porque el amor es hermoso pero doloroso cuando no lo quieres dejar ir?
J— te acompañaré
Evite responderle a Juliana, solamente sonreí de lado mientras colocacaba dinero en la mesa. Bien, aquí se termina todo, justo como lo presentía mi amor, nuestra última cena juntas, quisiera decirte que fue maravilloso y que me la pase increíble a tu lado, pero ya no es necesario. Hace tiempo que no salíamos, nisiquiera platicábamos, en este día de nuevo te vi sonreír de verdad, algo que hace tiempo no veía en ti, desde que llegó mi hermana ella se encargo de hacerte feliz, yo ya no pude hacer mas por mantener esa hermosa sonrisa, lo intente y fracase, cuando tus sonrisas empezaron a faltar algo me dijo que a mi lado ya no eras feliz. Si tan solo... Si tan solo hubiera hecho más o talvez nos hubiéramos conocido antes, ¡miarda, me duele mucho! Duele tener que aceptar que te dejaré ir. Tome mi teléfono, me puse de pie y me dispuse a huir.
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